WASHINGTON – De un solo tiro, la campaña del presidente Barack Obama ha conciliado un plan electoral para Puerto Rico que no hiere los callos de sus aliados en la Isla y a la misma vez enciende el mensaje hacia los codiciados electores boricuas de Florida.
Si algún reclamo habían llevado a la campaña del presidente Obama portavoces boricuas de la zona de la Florida central y de la Isla era la ausencia de un mensaje dirigido específicamente hacia la diáspora puertorriqueña.
Ahora, el compromiso de convocar a un plebiscito federal con alternativas de status que sea vinculante para el Congreso -si los procesos locales no generan resultados claros-, le otorga a Obama y la campaña demócrata un mensaje que no levantará ampollas entre los demócratas boricuas de Florida y Puerto Rico que simpatizan con los partidos Nuevo Progresista (PNP) y Popular Democrático (PPD).
“Los líderes locales saben de la importancia de tocar a nuestra gente, no solo con la mente sino con el corazón”, dijo la puertorriqueña Betsy Franceschini, portavoz de asuntos hispanos del Partido Demócrata en Florida, cuya colectividad tiene ya pegatinas con la bandera de Puerto Rico que indican ‘yo soy demócrata pa’ que tú lo sepas’.
En esta ocasión, a la jefatura demócrata y del comité electoral de Obama les facilitó el trabajo de redacción el hecho de que la esencia de la agenda sobre Puerto Rico que irá al programa de gobierno del Partido Demócrata surge del informe de marzo de 2011 de la Casa Blanca.
“Sintonía” con el PPD
Los que parecieron más felices que nadie tras divulgarse el contenido del lenguaje que se añadirá a la nueva plataforma de gobierno del presidente Obama y los demócratas, fueron los dirigentes del Partido Popular Democrático (PPD), que, como parte de su propio plan de gobierno, habían decidido darle por lo menos un año a la posibilidad de que la Casa Blanca inicie un proceso federal de status.
“Este compromiso está en sintonía con el programa del PPD de atender el tema en el próximo cuatrienio de forma clara, justa y en coordinación con Washington”, señaló el presidente del PPD y candidato a gobernador, Alejandro García Padilla, casi sonando como si el presidente Obama hubiese aceptando su plan y no viceversa.
Hasta el gobernador Luis Fortuño, seguidor del candidato presidencial republicano Mitt Romney, se tomó con tranquilidad el plan de Obama, pues piensa que reconoce, sin mencionarla directamente, que habrá una votación sobre status en noviembre en la Isla.
“Si votamos que “No” al status actual en la primera pregunta del referéndum de noviembre tarde o temprano el Congreso va a responder”, dijo, por su parte, el comisionado residente Pedro Pierluisi, quien es aliado de Obama
En el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), no obstante, la percepción es que debido a que entienden que el plan de Obama no tiene posibilidad alguna -“nunca el Congreso va a aceptar un plebiscito autoejecutable que incluya la estadidad”-, el temor real debe ser que se prolongue la inercia.
“Le están diciendo al pueblo, o votas en contra de la colonia en el referéndum de noviembre o no pasa nada”, señaló el presidente del PIP, Rubén Berríos Martínez, quien reiteró que la Casa Blanca de Obama ha vuelto a darle validez a la continuación del Estado Libre Asociado (ELA) actual.
Berríos Martínez dijo no tener duda de que Obama “juega electoralmente con los boricuas de allá (Estados Unidos) y teme que en Puerto Rico se vote en noviembre en contra de la colonia”, una decisión que, a juicio del PIP, sí comenzaría un proceso hacia la descolonización de Puerto Rico.
Un punto de partida
Para el presidente del Partido Demócrata de Estados Unidos en Puerto Rico, Roberto Prats, el hecho de que la plataforma sobre la Isla sea también “atractiva” para los electores boricuas en Estados Unidos no quita méritos al hecho de que será “el punto de partida” para los puertorriqueños de la Isla hacer exigencias.
“La experiencia fue esa con la reforma federal de salud. Utilizamos el lenguaje de 2008 para reclamar atención”, dijo Prats. Aseguró que representantes del comité electoral del presidente Obama trabajaron con los demócratas de la Isla en la redacción de lo que a partir de hoy, cuando se apruebe en el Comité de Programa de los demócratas, como parte de una reunión en Detroit (Michigan) se convierte en la agenda electoral del inquilino de la Casa Blanca.
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