RÍO GRANDE – Recorrer la Ruta 66 ida y vuelta costará a los conductores un total de $5.00, lo que la convierte en la autopista más cara del país al considerar su extensión, los pueblos que atraviesa y el pago de peajes.

El gobernador Luis Fortuño, junto al comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, inauguró ayer la extensión hasta este municipio de la autopista Roberto Sánchez Vilella, mejor conocida como la Ruta 66.

El nuevo tramo, que va de Canóvanas a Río Grande, mide aproximadamente 10 kilómetros, que se suman a los 14.10 del tramo entre Carolina y Canóvanas, para un total de 24.10.

Así las cosas, el costo por kilómetro en la Ruta 66 es de cerca de 21 centavos. En otras autopistas -más extensas y que recorren más municipios- ese costo es mucho más bajo.

En la PR-52, por ejemplo, que va de San Juan a Ponce, el costo por kilómetro es de unos 5 centavos. En la PR-22, que discurre entre San Juan y Arecibo, el costo por kilómetro es de unos 8 centavos.

El nuevo tramo de la Ruta 66, cuyo recorrido costará $1.00, estará abierto a partir de esta madrugada. Empero, el paso será gratuito durante los primeros 60 días mientras se realizan los trabajos de sincronización del peaje, explicó el gobernador.

Recorrer la autopista les ahorrará a los conductores 40 minutos diarios, ida y vuelta, alegó Fortuño.

Destacó que la estación de peaje será abierta, sin carriles ni canastas, a fin de agilizar el flujo vehicular.

“Esta ha sido una obra que ha tomado 14 meses intensos, hemos hecho una inversión de $160 millones. (Son) ocho tramos construyéndose simultáneamente”, precisó el mandatario, quien indicó que espera que unos 35,000 conductores se beneficien con este proyecto.

De otra parte, Fortuño señaló que tardará unos dos meses la instalación de “semáforos inteligentes” desde la intersección de la Ruta 66 con la PR-3, en Río Grande, hasta Fajardo. Estos aparatos cuentan con sensores y cámaras para monitorear el flujo vehicular y adaptar las señales de tránsito en aquellas zonas de mayor congestión.

Mientras, el secretario del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP), Rubén Hernández Gregorat, explicó que ya está en construcción la cuarta barrera de sonido para proteger varias urbanizaciones de Canóvanas cercanas a la Ruta 66. Y, además, se completaron los trabajos de iluminación en toda la zona.

En agenda la tercera fase

La tercera fase de la Ruta 66 iniciará en el 2013 y los trabajos podrían prolongarse durante dos años, precisó Hernández Gregorat.

Esta etapa consistirá en la conversión a expreso de la PR-3 desde Río Grande hasta Fajardo.

“Se planifica construir elevados, eliminando las intersecciones, tipo (avenida Román) Baldorioty de Castro. Que las personas puedan continuar sin detenerse en un solo semáforo hasta Fajardo. Este proyecto es como una tercera fase de la Ruta 66”, explicó el secretario del DTOP.