“El que ríe último ríe mejor”. Refrán de pueblo. (No necesariamente popular).

¿Cómo es posible que el señor electo gobernador haya hecho campaña por el sí en la primera pregunta del reciente y más concurrido plebiscito de la historia puertorriqueña, votara por esa opción, se jactara de hacerlo mostrando públicamente su papeleta; y luego de que su alternativa perdió por paliza (54% a 46%) diga que ese resultado no es válido? ¿Acaso no participaron en la consulta plebiscitaria los mismos electores que lo eligieron para sepultar… perdón, para gobernar la colonia en este su periodo mortuorio?

Demostrando que la política se relaciona mas con la percepción y los  mitos que con la realidad y que no siempre es justa, un gran gobernador anticolonialista y estadista, al que la historia reivindicará y reconocerá por haber sacado a Puerto Rico de su peor crisis socioeconómica y propiciado la derrota final del colonialismo; como Luis Fortuño, no fue reelecto. Paradójicamente, el mismo día en que con la histórica victoria del ‘no’ en la primera pregunta plebiscitaria, se consumó la muerte política del ELA colonial/territorial, el destino, tal vez por las leyes del Karma (que gobierne la colonia en su funeral quien la defiende), por menos del 1%, dispuso que su síndico liquidador fuera un gobernador colonialista.

La negativa del honorable próximo gobernador a asumir con talante democrático, maduro y civilizado el resultado del plebiscito lo hiere políticamente de modo grave antes de juramentar. ¡Y lo que falta! El irremediable choque entre sus promesas electorales y la imprescindible disciplina fiscal que tanto criticó; y la fragilidad de la alianza de los hambrientos y contradictorios sectores que lo respaldan, le anuncian días difíciles al nuevo gobe… y ni hablar del tema de la descolonización.

Interesantemente, su gobierno será un detonante de lujo para aumentar la ya solida mayoría de estadistas que habemos en Puerto Rico. Y eso que miles de populares estadistas, la inmensa mayoría de hecho de los que entregaron la papeleta en blanco en la segunda pregunta plebiscitaria, postergaron por breve tiempo (hasta el próximo cuatrienio), su apoyo definitivo a la Estadidad. Por tanto, la superioridad estadista muy pronto será aún mayor en el nuevo escenario, en el que por su aplastante derrota quedará excluido como opción el ELA  territorial y Puerto Rico, en coordinación con el Congreso y el gobierno de Obama, dilucidará finalmente su estatus político considerando solamente las tres fórmulas que reconoce el Derecho Constitucional e Internacional y la ética: la Independencia, la Libre Asociación (República Asociada) y la Estadidad. El ELA colonial…. descanse en paz.