“En el futuro los gobernantes deben asegurarse de poner en la dirección de las agencias a personas que han pasado la experiencia de caminar una milla en la sandalia del indio para saber lo que se siente”

Oscar Ramos  Colaborador

Antes de su renuncia, Luis Fortuño anunció que evaluarían las causas de la derrota en las pasadas elecciones. Recordaba estos hechos mientras pescaba con mi hijo en Salinas. Compartí con él mi recuerdo y me preguntó cuál era, en mi opinión, la causa principal de la derrota. Le dije que en el gobierno hay más de 100 mil empleados estadistas y que representan una sólida fuerza electoral para el PNP.

¿Qué pasó con los servidores públicos estadistas? En el pasado fueron marginados y atropellados por las administraciones de Sila y Aníbal. Estos estadistas lucharon con la esperanza de que su partido alcanzara el poder, como ocurrió en el 2008, y se les hiciera justicia.

Para su sorpresa, a pesar de que el PNP estaba en el poder, comienzan a sentirse atropellados por algunos jefes de agencia. Estos ejecutivos, con aires de grandeza, le decían con desdén: “no soy político, no creo en las uniones obreras, puedo trabajar con la mitad de ustedes”. Todo esto con insensibilidad, arrogancia y prepotencia.

No hay que ser un analista político para evaluar el efecto adverso que tuvieron esas actitudes en la mente de los trabajadores. Por eso no me sorprendí cuando miles de estos empleados votaron con la oposición para salir de esos jefes de agencia.

En las agencias, líderes sindicales del PNP, que llevaban años esperando firmar sus convenios (algo que no habían logrado bajo Sila y Aníbal), tampoco lo lograron bajo la administración de Fortuño.

La debacle no fue mayor en las agencias, gracias a que el senador Thomas Rivera Schatz logró que el Gobernador firmara una Ley en el 2010 que permitió la extensión de los convenios hasta el 31 de diciembre de 2012, lo que evitó la paralización del Gobierno.

Además, en la Autoridad de Edificios Públicos se intentó despedir la totalidad de los trabajadores. En la AAA y la AMA pretendían privatizar y cambiar el estatus de todos los miembros de la Unión, de empleados públicos a privados. Estas tres agencias sobrevivieron por la intervención de Rivera Schatz.

Le dije a mi hijo que si el Partido quiere saber la razón para la derrota tiene que reunirse con los servidores públicos estadistas. Mi hijo me interrumpe: “En el futuro los gobernantes deben asegurarse de poner en la dirección de las agencias a personas que han pasado la experiencia de caminar una milla en la sandalia del indio para saber lo que se siente”. Así es. Aprender de las causas de esta derrota es comenzar a ver la victoria en el 2016.