Gómez responsabilizó al presidente actual de la UPR como a los pasados por los problemas con los fondos otorgados por la NSF

Una auditoría del 2006 reveló que desde entonces ya había problemas en el tiempo y esfuerzo rendido (‘Time & Effort’, T&E) de los investigadores científicos de la UPR, reveló el doctor Manuel Gómez, director del Centro de Recursos para Ciencias e Ingeniería de la UPR, en una caldeada vista pública de la Comisión de Asuntos Federales e Internacionales de la Cámara de Representantes, que preside Eduardo Ferrer Ríos.

La National Science Foundation (NSF) congeló en abril del 2012 unos $33 millones de fondos ya otorgados a la UPR por deficiencias en el ‘T&E’. Gómez intentaba explicar lo que él considera errores administrativos y que el representante Charlie Hernández insistió en llamar posible negligencia criminal debido al “patrón contumaz” para no corregir los señalamientos.

“El problema no está en apellidos ni en nombres, que eso quede claro, se llama Antonio García Padilla, lo hago responsable”, y pasó inmediatamente a responsabilizar también al actual presidente Miguel Muñoz así como al anterior José Ramón de la Torre, de quien dijo no estaba cualificado para la posición.

Gómez señaló que la gerencia universitaria de los últimos años no ha tenido la capacidad de entender “las nuevas reglas de juego”, las cuales requieren personas de mucho más nivel, “de nivel internacional”, debido a las nuevas complejidades del mundo académico. Y si eso no se corrigiese ahora, “se va a repetir la historia, porque la gerencia no está cualificada”.

García Padilla fue presidente de la UPR entre el 2001 y el 2009. Gómez señaló que esa auditoría del 2006 ya alertaba y proponía correcciones que tampoco se tomaron. Igualmente reveló que para el 2010, cuando surge nuevamente el problema del ‘T&E’, logró reunir a los 11 rectores de la UPR “pero ninguno hizo nada”.

El problema que planteó Gómez es que no ha habido forma de que la UPR llegue a los tiempos modernos con mejores formas administrativas e inclusive de sistemas, al indicar que “hasta el otro día todo se hacía en papel”.

Un problema de fondo, agregó, es que los profesores en el sistema de la UPR no tienen un salario base uniforme, por tanto, cuando se llenaban las nóminas aparecían discrepancias incomprensibles para la NSF, que requería de esos elementos para determinar si los pagos reclamados eran correctos.

A pesar de que Gómez defendió sus gestiones al frente del cuerpo investigador, el nuevo director José Lasalde pintó un cuadro esperanzador para la liberación de esos fondos. Se supone que en las próximas semanas regrese un comité de cumplimiento del NSF y coteje si la UPR logró resolver los 32 señalamientos que se le hicieron.