Es una pena ver dentro del partido de Lincoln y de la abolición de la esclavitud, a grupos retrógrados rechazando la liberación e igualdad política para Puerto Rico.

En mi columna de la semana pasada, “¿Casa Blanca o Congreso?” les remachaba que en la lucha por la estadidad en Washington nuestro objetivo táctico apremiante es impactar, ahora que están abatidos en la opinión pública, al presidente Barack Obama y al secretario de Justicia, Erick Holder, que son, hoy por hoy, los principales impedimentos para que se reconozca y satisfaga el mandato de acabar con la colonia que dimos los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico en el plebiscito del pasado noviembre. Concluí señalando que esto no quiere decir que podemos olvidarnos del Congreso.  Volvamos a eso.

Primero, el Congreso está dividido. La Cámara tiene una mayoría republicana mientras que en el Senado la mayoría es demócrata. En el pasado reciente, los proyectos de estatus impulsados en el Congreso han sido apoyados mayoritariamente por demócratas. Por eso llegaron a aprobarse en la Cámara en los dos cuatrienios pasados los proyectos de Serrano-Fortuño (HR-900) y de Pierluisi (HR-2499). En ambos casos la mayoría de los votos para su aprobación fueron demócratas aun cuando el proyecto de Pierluisi se presentó en una cámara también controlada por los republicanos.

Ahora el proyecto del comisionado residente Pierluisi (HR-2000) vuelve a confrontarse con una mayoría republicana en la Cámara y de las 34 firmas de apoyo que consiguió inicialmente solo cuatro firmas son de republicanos. Peor aun, es de esperarse que la principal fuente de oposición en la Cámara venga de un grupo de republicanos conservadores a ultranza y, algunos de ellos, abiertamente racistas que en el pasado se han aliado con el PPD para impedir que se nos considere dignos de ser admitidos a la unión.

Es necesario bloquear las acciones en contra nuestra de estas personas. Los miembros del Partido Republicano Nacional de Puerto Rico tienen el deber de poner todos sus esfuerzos en lograr atraer al mayor número posible de congresistas republicanos a que apoyen el proyecto. Y, en el caso de los racistas y recalcitrantes, deben luchar por bloquear y hacer inefectivas sus tretas coordinadas con el PPD.

Es una pena ver dentro del partido de Lincoln y de la abolición de la esclavitud, a grupos retrógrados rechazando la liberación e igualdad política para Puerto Rico. Pero no hay que ir tan lejos para reclamarles a los republicanos. En tiempos recientes, digamos desde la fundación del ELA, los republicanos han sido los favorecedores de la estadidad. Nelson Rockefeller, amigo de Don Luis Ferré, Gobernador de NY y vicepresidente de 1974 al 1977, fue probablemente el primer político de envergadura nacional que favoreció la estadidad. El presidente republicano Gerald Ford le pidió al Congreso que nos admitiera como estado. George H. W. Bush, ordenó a todas las agencias federales tratarnos como un estado.  En los ‘90 Don Young fue el paladín de la lucha por estadidad en el Congreso.  En fin, han sido republicanos los líderes que más se han destacado por reconocer el derecho de los puertorriqueños a la igualdad política mientras los principales líderes demócratas han sido favorecedores de la colonia.

Está de parte de Zoraida Ferraiouli y el resto del liderato republicano de Puerto Rico poner todo su esfuerzo para llevar este mensaje de igualdad a los republicanos pidiéndoles que en vez de nadar en contra de la corriente de la historia y apoyen el proyecto Pierluisi y nuestra estadidad.

GarrigaPico@Yahoo.com Tweet: @garrigapi