La presidenta de la Junta de Calidad Ambiental (JCA), Laura Vélez, no descartó el lunes que el organismo tome algún tipo de acción legal contra la Universidad de Puerto Rico (UPR), recinto de Río Piedras, por no haber notificado a tiempo la presencia de asbesto en el edificio Domingo Marrero Navarro de la Facultad de Estudios Generales.
“Ya hemos tomado medidas para controlar el asunto. No se descarta la posibilidad que haya un referido legal, pero el enfoque principal es atender la situación para garantizar la salud de los estudiantes”, indicó Vélez en entrevista telefónica con CyberNews. Según explicó, el referido sería con la División Legal de la dependencia.
El pasado viernes la JCA ordenó el cierre del edificio en el campus riopedrense, luego que se detectara el material en la estructura. La clausura provocó que el inicio de clases de los estudiantes de nuevo ingreso, quienes toman los cursos en Estudios Generales, se pospusiera hasta la próxima semana. Según trascendió, el edificio albergaría este semestre 562 secciones de cursos, laboratorios y talleres.
De la misma forma, Vélez sostuvo que se le hizo una solicitud de información a la UPR para conocer si la administración de la institución educativa conocía de antemano la presencia del material en el edificio y para ver qué áreas exactamente contiene el asbesto y desde cuándo.
Asimismo, informó que se reunió con el presidente y rectora de la Universidad para trazar un plan de acción. Según dijo, en la medida que el muestreo ofrezca los resultados, podría entonces ir liberándose las áreas cerradas para que los estudiantes regresen al salón.
“Ahora mismo se está trabajando en establecer cuál es el plan de muestreo, para que hoy mismo se comience y a la medida que lleguen los resultados la Junta toma las decisiones. Si las pruebas salen negativas, podríamos liberar áreas esta misma semana”, manifestó Vélez, quien agregó que los trabajos dependerán de cuán rápido trabaje el laboratorio que hace las evaluaciones.
Expresó, además, que en la solicitud que le hizo a la UPR se pidió que evaluaran el Plan de Manejo de Estructuras con contenido de asbesto que podría agregar más edificios con el material. No obstante, la licenciada destacó que la sustancia podría estar presente sin presentar riesgo.
“El problema viene cuando el material está accesible en las áreas. A la medida que se maneje el material con contenido de asbesto con personal certificado, no hay ningún problema”, finalizó.
El asbesto puede alojarse en el sistema respiratorio y los efectos pueden verse años después. Entre ellos, problemas respiratorios y hasta cáncer.
Al menos tres empleados no docentes que laboraban en una remodelación en el edificio de la Facultad de Estudios Generales resultaron afectados con la posible exposición al asbesto, reveló ayer a EL VOCERO la rectora interina del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Ether Ríos Orlandi, mientras admitió a este medio que se tardaron en informar a la Junta de Calidad Ambiental (JCA) sobre el problema que terminó con una orden de cierre total del edificio.
El inicio de las clases de esos estudiantes será retrasado una semana.
Sobre el personal expuesto a partículas de asbesto, la Rectora indicó que se trata de una brigada pequeña que laboraba en la remodelación en una de las oficinas del segundo piso y como parte de ello, removió plafones. Los presuntos perjudicados son atendidos en el Fondo del Seguro del Estado.
La remodelación comenzó en verano, presumiblemente a principios de junio, de acuerdo con Ríos. En algún momento, que la Rectora no pudo precisar, el consultor ambiental de la firma Environmental Engineering, el ingeniero Samuel Quiñones, tomó muestras del aire. Las muestras dieron positivo a asbesto pero no fue hasta dos meses más tarde que se le informó a la JCA y la agencia ordenó el cierre total de la Facultad el viernes pasado.
¿Hubo dilación?, cuestionó EL VOCERO. “Si, yo tengo que reconocer eso. Aquí hubo una dilación del Recinto”, aceptó Ríos Orlandi.
Dijo que desconoce dónde recae la responsabilidad ya que el consultor le presentó los resultados a la directora de la oficina Ambiental del Recinto, Limarys Orellano.
Mientras, la administración espera que la JCA reconsidere su determinación de cierre total. La Rectora solicitó a la JCA el domingo en la noche que se le permita usar parte del edificio -los pisos tres y cuatro- ante el problema que representa reubicar a miles de estudiantes y cientos de sesiones. Pero la presidenta de la JCA, Laura Vélez Vélez, indicó que por encima de todo está la seguridad de los estudiantes, del personal docente y el no docente.
La esperanza de Ríos radica en que la institución universitaria ha cumplido con lo que le han ordenado, como bloquear el área con madera y encapsular el contenido con plástico. Señaló que se evalúan 22 muestras de aire y los resultados obtenidos supuestamente están dentro los parámetros permitidos por ley.
Las medidas de seguridad del área quedaron en tela de juicio cuando el fotoperiodista de EL VOCERO pudo acceder a tomar fotos al edificio sin impedimentos en un área que debería estar bajo vigilancia.
Retraso en las clases
El inicio de clases en la Facultad de Estudios Generales será retrasado una semana y comenzará el lunes, 19 de agosto debido al cierre. No estaba claro dónde serán reubicados los 6 mil estudiantes que se espera lleguen a esa facultad, y las 562 sesiones de clases debido a la falta de salones en otras facultades.
La situación afecta principalmente a los estudiantes de nuevo ingreso, unos 3 mil, que toman la mayoría de sus clases en ese edificio y a los del Programa de Bachillerato en Educación General (PBEG). Aunque en menor grado también se afectan los estudiantes de segundo, tercero y cuarto año que no hayan podido tomar en su primer año las clases de Humanidades, Español, Inglés, Ciencias Físicas, Ciencias Biológicas y Ciencias Sociales que allí se ofrecen.
Las clases en el resto de la Facultades del recinto riopedrense comienzan hoy y el programa de clases sabatinas, el 17 de agosto.
“El intento de reubicar las 562 sesiones de las clases en otros salones no ha sido posible. Hemos reubicado las 180 sesiones que se ofrecen en el segundo piso que es donde está el área impactada (por el asbesto)”, manifestó Rodríguez. “Al reubicar salones le dimos prioridad a aquellos salones que estaban para ofrecerse en el segundo piso del edificio Domingo Navarro”.
Era de esperarse…
“La actual administración universitaria del PPD favorece a estos grupos con los que hizo alianzas y concordatos para lograr prevalecer en las pasadas elecciones”
EL VOCERO/Archivo
Era de esperarse que con el triunfo de un PPD soberanista, socialistoide, chavista y la asunción al poder de los García Padilla y la revolucionaria Carmen Yulín, la Universidad de Puerto Rico se apartaría rápidamente del modelo norteamericano de universidad de investigación competitiva – necesario para el desarrollo de la economía del conocimiento y el progreso económico y social de la Isla- para moverse de facto hacia una típica decadente universidad nacional latinoamericana.
El pueblo de Puerto Rico con su nefasta decisión del pasado 6 de noviembre eligiendo gobernantes populares -sin darse cuenta- decidió que en lugar de tener una Universidad que respondiera a los intereses del desarrollo social y económico de la Isla, tendría una Universidad que respondería a los intereses y agendas políticas particulares de los grupos socialistas, separatistas que allí pululan y desordenan. Intereses que van opuestos al desarrollo de la economía del conocimiento y de la Isla.
Ese proceso de ‘latinoamericanización’ de la UPR -de imponer en la Universidad el cogobierno universitario – lleva décadas gestándose y en esa transformación han jugado un papel preponderante los grupos estudiantiles de la extrema izquierda antiamericana socialista, como la Juventud Socialista, la FUPI -con sus tontos útiles-, las organizaciones sindicales de la facultad APPU y CONAPU, las organizaciones laborales de no docentes, y las externas que las apoyan como la UTIER, el Colegio de Abogados y otras.
La actual administración universitaria del PPD favorece a estos grupos con los que hizo alianzas y concordatos -al igual que con otros- para lograr prevalecer en las pasadas elecciones. Hoy con sus decisiones les paga el favor.
Así las cosas, era de esperarse que se les levantaran las sanciones a los aprendices de tiranos del Recinto de Río Piedras que agredieron a la rectora Guadalupe, que irrumpieron violentamente en las aulas sacando por la fuerza a profesores y estudiantes violando derechos, normas y reglamentos. En fin, que se apoderaron del Recinto de Río Piedras por la fuerza y llevaron a la Universidad a una violenta y extensa huelga que le costó la probatoria de la Middle States Association y la fuga de estudiantes hacia otras instituciones con el concebido daño al prestigio y finanzas institucionales. Con esa acción, la Junta de Gobierno, invocando valores democráticos de participación, de reconciliación y de paz, se burla de la justicia y envía un claro mensaje de impunidad para los revolucionarios.
De igual manera era de esperarse que la politiquera Junta de Gobierno, que responde directamente al gobernador García Padilla, por medio de funcionarios subordinados a él (adiós autonomía universitaria), como el principal asesor de salud, doctor Jorge Sánchez y el secretario de Educación, Rafael Román, cediera ante las presiones de los revoltosos y pospusiera el programado aumento de matrícula. Esto tendrá implicaciones nocivas para las ya malheridas finanzas universitarias.
La UPR está hoy bajo el mando de estos grupos revolucionarios por la ineptitud, dejadez, cobardía y complicidad de la comunidad universitaria, la de algunos de sus administradores, que cediendo funciones y autoridad de gobierno universitario ante presión de estos revolucionarios de izquierda, han permitido hacer de esa institución una gran cobija para el desorden, la revolución y la anarquía.
¿Era eso lo que quería el Pueblo?
You must be logged in to post a comment Login