La campaña electoral de 2016 comenzó el pasado fin de semana en la convención del Partido Popular celebrada en un hotel de San Juan. Los objetivos inmediatos a atacar lo son la estadidad y Pedro Pierluisi. Los ataques a ambos fueron la orden del día de parte de Alejandro García Padilla y Rafael Hernández Colón, mayormente.
El PPD ha reconocido que la estadidad es una realidad inmediata para Puerto Rico. El respaldo que recibe del Pueblo crece a un ritmo constante en números porcentuales y en votos directos. Impensable hace veinte años donde, con un 45% obtenido en los plebiscitos celebrados en los noventa, el razonamiento dictaba que todavía quedaba mucho terreno por recorrer. Sin embargo, la elección de Barack Obama en 2008 y la Igualdad como política pública de la Nación, en toda la extensión y significado político y constitucional del término, han incidido en el estado anímico y en el pensar político de los puertorriqueños.
La estadidad como igualdad está siendo reconocida hasta por personas de creencias políticas distintas, y esto lo ha constatado el PPD en la calle y en sus encuestas. Por eso, la entrada en escena de Rafael Hernández Colón, primero con su libro, que servirá de brújula ideológica del popularismo, planteando que el ELA es la única fórmula que garantiza la ciudadanía americana y la puertorriqueñidad y, a su vez, sirve de muro de contención contra la admisión de Puerto Rico como estado de la Unión y, segundo, con papel protagónico en la palestra pública atacando al PNP, a Pierluisi y a la estadidad, por igual.
La estrategia popular es desviar la atención del Pueblo en los problemas inmediatos y en la impotencia del gobierno para solucionar la crisis económica, por un lado, y la crisis fiscal, por el otro. Se trata de echarle culpas al PNP de todo lo ocurrido en el gobierno, de obligar a Pierluisi a actuar defensivamente y sacar de la mente del Pueblo que la Igualdad es una realidad inmediata para Puerto Rico. El saldo sería, un PNP y un Pedro Pierluisi, como candidato a gobernador, desgastados y a la defensiva en año electoral, la Estadidad diezmada, sin fuerza electoral ni ideológica, lo que incidiría en el ánimo de la población electoral de dicha alternativa.
Es un hecho probado en las últimas elecciones que el PNP tiene mayor fuerza electoral que el PPD. Este partido es una aglomeración de grupos unidos por alianzas e intereses particulares creando un componente artificial delicado que dificulta que tenga unidad monolítica como la tiene el PNP, por ser este último un partido ideológico.
El PPD usará el ELA como retranca contra la estadidad y no como fórmula política viable en el Puerto Rico contemporáneo. Las consignas históricas de ciudadanía americana y puertorriqueñidad –elementos reales y consustanciales bajo la estadidad- volverán a ser escuchadas. El discurso de estirpe soberanista desaparecerá del vocabulario popular. Sin nada qué ofrecer, el PPD se refugia en una campaña negativa contra Pedro Pierluisi y la estadidad. Los esfuerzos irán dirigidos a neutralizar esos dos factores. A éste bacanal se unirán los consuetudinarios enemigos del PNP y la estadidad, al igual que aspirantes silvestres al disfrute del poder. Los vientos soplados el pasado fin de semana fueron vientos de guerra y, por supuesto, de odio también.
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