Las elecciones legislativas estadounidenses de mañana marcarán el debate en Washington de los próximos dos años.
Puede ser uno más partidista, con los republicanos al frente de las dos cámaras del Congreso.
Pero, también puede obligar a nuevas transacciones, por lo menos en los temas urgentes. Los grandes temas sociales y filosóficos cada uno buscará definirlos, pero pensando más en las presidenciales de 2016.
En el caso de Puerto Rico, hay un impacto variado.
CONTROL DEL CONGRESO
En términos del Congreso lo que verdaderamente está en disputa es si los republicanos tendrán el control del Senado.
Las encuestas predicen que al cerrar la noche (o en diciembre o enero cuando deben haber segundas rondas en Luisiana y Georgia), los republicanos pueden tener un ligero control del Senado y agrandar su mayoría en la Cámara baja.
La batalla de la senadora demócrata Mary Landrieu por conservar su escaño en el Senado de Estados Unidos por Louisiana es la que más llama la atención de la clase política en la isla.
Landrieu es la actual presidenta del Comité de Energía y Recursos Naturales, que tiene jurisdicción primaria sobre el debate en torno al futuro político de Puerto Rico.
Aunque no ha querido tocar este año ni con una vara larga el tema del status de la isla, en momentos en que va a la reelección, Landrieu representa la mejor oportunidad que tienen sectores estadistas, que ven en ella una aliada, para por lo menos lograr alguna audiencia de status en la próxima sesión legislativa dirigida a cuestionar la continuidad del Estado Libre Asociado territorial.
Landrieu debe tener mañana la mayoría de votos, pero no lograr el 50% más uno de los sufragios, lo que la obligaría a ir a una segunda vuelta con el republicano Bill Cassidy, quien le ha aventajado en todas las encuestas recientes de cara a una segunda vuelta, una vez se elimine el candidato del Tea Party, Rob Maness.
ASUNTOS CLAVES
Los republicanos han sido los que más le han dado la espalda a los proyectos federales pro estadidad del Partido Nuevo Progresista (PNP) y los que han intentado repetidamente derogar la reforma de salud (Obamacare) que le garantiza a Puerto Rico hasta $6,300 millones de cara a 2019, y la financiación de casi la mitad del presupuesto del plan de salud del gobierno de la isla, Mi Salud.
Aunque no tengan los votos suficientes para poder tachar Obamacare en la próxima sesión, el posible control republicano del Congreso significará nuevos intentos para tratar de acabar con la refoma federal de salud.
En esta sesión, aunque con las muelas de atrás, la mayoría republicana de la Cámara baja federal no impidió el lenguaje adoptado en la ley presupuestaria de enero pasado que propone que el Secretario de Justicia de Estados Unidos, si el gobierno de Puerto Rico decide convocar a un plebiscito y reclama $2.5 millones para ayudar a financiarlo, pase juicio sobre las definiciones de las alternativas de status.
Pero, ningún senador republicano ha respaldado el proyecto pro estadidad del PNP. Y solo una docena de los 132 coauspiciadores ha apoyado la versión de la Cámara baja, presentada por el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, presidente del PNP y afiliado a los demócratas.
Hay quien piensa, además, que el control republicano del Senado puede avanzar un acuerdo sobre una posible reforma contributiva federal, con implicaciones para las empresas foráneas en la Isla.
CANDIDATOS BORICUAS AL CONGRESO
Por lo menos 38 boricuas aspiran hoy a puestos electivos federales o estatales.
Los cuatro puertorriqueños que son miembros con plenos derechos en el Congreso -los demócratas José Serrano (Nueva York), Nydia Velázquez (Nueva York) y Luis Gutiérrez (Illinois), y el republicano Raúl Labrador (Idaho)-, son amplios favoritos para ser reelegidos.
A Velázquez le reta el republicano puertorriqueño José Luis Fernández, defensor de la estadidad para Puerto Rico que se mudó en 2013 al distrito 7 de Nueva York, que integra zonas de Brooklyn, Manhattan y El Bronx, para intentar desbancarle.
Contra Gutiérrez, en el distrito 4 de Chicago, vuelve a aspirar el boricua republicano Héctor Concepción, quien hasta recientemente ni había recaudado fondos para su campaña.
LEGISLADORES ESTATALES
La amplia mayoría de las contiendas electorales que protagonizan boricuas están en la esfera estatal, sobre todo para puestos legislativos. En Connecticut (13), Nueva York (12), Illinois (5) y Florida (4) están casi todos los candidatos conocidos. (De Connecticut conocía 11, pero anoche me informaron de otros dos).
En Rhode Island, Nellie Gorbea busca convertirse en la primera hispana y puertorriqueña secretaria de Estado. Tras ganar la candidatura en las primarias de septiembre, es clara favorita para ganar el puesto.
Con excepción de un puñado, los candidatos boricuas conocidos son legisladores estatales incumbentes y demócratas, pero hay nuevos candidatos, algunos con posibilidades como el republicano Robert “Bob” Cortés, actual alcalde de la ciudad de Longwood, en Florida.
Pese a la creciente emigración de la Isla, los puertorriqueños tienen aún una limitada representación política. En estos momentos solo hay tres boricuas en la Legislatura estatal de Florida, que tiene 160 escaños.
GARCIA PADILLA VERSUS FORTUÑO.
No, nadie prevé una revancha en 2016 entre el gobernador Alejandro García Padilla y el ex gobernador Luis Fortuño.
Tampoco es que puedan reclamar ellos el triunfo. Pero, ambos van a mirar con peculiar atención los resultados de las elecciones para Gobernador en Florida y Connecticut, donde fueron a hacer campaña, pues no hay contiendas a nivel estatal en las que el voto de los boricuas vaya a ser más decisivo que las elecciones para Gobernador en esos estados.
El promedio de encuestas de Real Clear Politics le otorga al demócrata Charlie Crist una pírrica ventaja de 1.2% sobre el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott.
En Florida hay sobre 500,000 boricuas con edad para votar. No hay números específicos de cuántos están registrados, pero los cientos de miles que votarán son más que suficientes, como lo fueron en 2012 para la candidatura del presidente Barack Obama, para ser decisivos.
Lo mismo ocurre en Connecticut, donde sí hay una revancha entre el gobernador Dan Malloy, demócrata, y el republicano Tom Foley. Malloy y Folley han estado prácticamente empatados en los últimos sondeos en ese estado.
En Florida, los puertorriqueños y los cubanos son el centro de atención de los candidatos que buscan puestos a nivel estatal y aspiran a conquistar el electorado hispano. Pero, en Connecticut – donde viven más de 250,000 boricuas -, el objetivo principal son los puertorriqueños, que representan dos tercios del electorado hispano.
Camino a las presidenciales de 2016, por Connecticut ser un estado que suele votar demócrata, los candidatos a la Casa Blanca prestarán escasa atención a los electores boricuas de ese estado. En Florida, donde se deciden elecciones presidenciales, el esmero por acercarse al votante boricua – mayoritariamente demócrata, pero también cada vez más independiente-, apenas comienza.
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