{La estrategia usada en Lloren Torres de lograr acuerdos entre los Narco-Traficantes y los Puntos de No Agresión, todo indica que se amplió a todo Puerto Rico, produciendo un descenso artificial de los asesinatos, porque mantuvo a los Narco-Traficantes ocupados en fortalecer sus empresas delictivas en forma temporera, pero ahora en adelante se recrudecen los actos graves como las masacres. Ya van siete este año. Sumado a una Policía desmoralizada, con el Desastre económico producido por el Malgasto Billonario de AGP/PPD se empeora cada día más. La Legislatura PPD ha estado Glorificando la Criminalidad, Rebajando las Penas, Legalizando el Incesto, aplaudiendo el uso de la Marihuana y Promoviendo el Terrorismo de Oscar López. En Cayey, se comenta, hace poco asesinaron a ocho en una masacre y nunca aparecieron.}
Masacran a una familia en Guaynabo
Un adolescente de 13 años que fue quien le narró a los policías municipales los momentos de terror a los que logró sobrevivir
GUAYNABO – Cuatro miembros de una familia fueron asesinados esta madrugada por sicarios que irrumpieron en su hogar en la urbanización Los Frailes, sobreviviendo al hecho un adolescente de 13 años que fue quien le narró a los policías municipales los momentos de terror a los
que logró sobrevivir tras ser baleado, apretado fuertemente por el cuello y lanzado a una quebrada desde un puente.
Patrulleros municipales dieron con el adolescente de 13 años en la PR-174 a orillas del puente de la represa. El jovencito herido le dijo a los agentes que lo hallaron a las 3:20 de la madrugada que unos individuos habían entrado a su hogar en la calle Los Frailes, en la
urbanización Frailes Lomas.
Asesinaron a sus padres y a una hermana. Según fuentes el padre es coronel del Ejército. Lo secuestraron a él y a su hermano de 15. Al hermano de 15 los asesinaron a balazos en la PR-174 cerca de un conocido negocio de venta de pollos al carbón y después le dispararon.
Al acabarse las balas lo trataron de estrangular y después lo tiraron por el puente, pero logró sobrevivir. Los municipales y agentes estatales llegaron a la residencia hallando
la dantesca escena y poco después se dijo que un sospechoso había sido
arrestado en Bayamón.
Con este cruento hecho suman siete las masacres registradas este año.
Uno de los hechos de sangre que mayor consternación ha causado en el país quedó esclarecido ayer cuando Cristopher Sánchez Asencio, autor del vicioso asesinato de cuatro de los miembros de una familia confesó su espeluznante crimen, motivado porque supuestamente iba a ser desahuciado de la casa en que vivía y en el que tres de las víctimas fueron obligados a arrodillarse en la sala de la casa, donde fueron ejecutados de balazos en la cabeza.
Su compinche José Bosch se entregó al caer la noche e hizo admisiones.
Para evitar que los vecinos oyeran las detonaciones Sánchez Asencio usó una almohada para suprimir el ruido, según trascendió. En su confesión dijo que guardó la pistola en un automóvil Lexus de su propiedad, el cual fue ocupado anoche mediante una orden judicial.
También narró que desconectó las cámaras de seguridad de la vivienda y se las llevó con las cintas, botándolas en un punto que les señaló a los investigadores de la División de Homicidios del CIC de Bayamón para que las ocuparan. Al caer la noche fueron ocupadas en el depósito de basura de un restaurante de comida rápida.
De inmediato cinco fiscales que atienden el caso comenzaron a levantar el expediente para la radicación de acusaciones por cuatro asesinatos en primer grado, entre otros delitos. Uno de los fiscales tomaría la confesión, mientras otros tomarían declaraciones juradas a los testigos. Otro fiscal oiría la versión de Bosh.
Entre las víctimas está el patriarca de la familia Miguel Ortiz Díaz, de 66 años de edad, un militar jubilado del Ejército que trabajaba como profesor en la American Military Academy y su esposa Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años, de nacionalidad peruana, así como su suegra Clementina Ciriaco López, de 67 años y un hijo Miguel Ortiz Uceda, de 15 años. Cristopher fue a la residencia de Ortiz Díaz en la urbanización Frailes Lomas, en la noche del lunes y le abonó $250 a la deuda que tenía. Una vez le entregaron el recibo Bosh, quien lo acompañaba, irrumpió en la residencia anunciando un asalto, según habían planificado.
Con una pistola Sánchez Asencio los encañonó y les ordenó arrodillarse. Las mujeres fueron asesinadas de un balazo en la nuca y el hombre recibió un balazo en la frente, al igual que su hijo adolescente, el que se llevaron.
Sobrevivió al brutal hecho otro hijo adolescente de 13 años que fue quien le narró en la madrugada a los policías municipales los momentos de terror a los que logró sobrevivir tras ser atacado, apretado fuertemente por el cuello y lanzado a una quebrada desde un puente por el inquilino de su padre.
Sánchez Asencio fue arrestado cuando llegaba en horas de la madrugada del martes en una guagua que no es de su propiedad y la que tenía la tablilla cambiada a su hogar en la urbanización Versalles, en Bayamón, gracias a confidencias que recibió la Policía. Al ser arrestado se le ocupó el recibo que le dieron por el abono de los $250 de su renta atrasada.
La guagua Toyota “Four Runner” cuyo interior está ensangrentado fue ocupada, como parte importante de la evidencia del caso. El individuo vive en una residencia propiedad del matrimonio asesinado y que enfrentaba un proceso de desahucio que le había sido notificado lo que lo molestó, llevándolo a planificar el escalofriante hecho de sangre.
El hombre bajo custodia admitió primeramente que estando en la casa del militar jubilado llegaron unos ladrones armados perpetrando la masacre de la que él no tiene explicación de porque se salvó. Pero horas después decidió confesar cómo asesinó a la familia a sangre fría.
Policía encontró al menor sobreviviente
Patrulleros municipales dieron con el adolescente de 13 años en la PR-174 después de que el menor tocara la puerta de una casa para que llamaran a la Policía. Los policías municipales lo hallaron a las 3:20 a.m. y el jovencito les dijo que el inquilino de su padre y otro hombre habían entrado a su hogar en la calle Los Frailes, en la urbanización Frailes Lomas, donde los asesinaron.
El adolescente que sobrevivió narró que lo secuestraron a él y a su hermano de 15 años. Al hermano de 15 los asesinaron en la PR-174 cerca de un conocido negocio de venta de pollos al carbón. Después le dispararon al jovencito sin alcanzarlo y al acabársele las balas lo trataron de estrangular y al darlo por muerto lo tiraron por el puente, pero logró sobrevivir.
Los municipales y agentes estatales llegaron a la residencia hallando la dantesca escena y poco después el sospechoso había sido arrestado en Bayamón.
Cerca de las 6:00 a.m. el superintendente José Luis Caldero López llegó a la escena. Posteriormente fueron llegando otros funcionarios de Justicia, de Ciencias Forenses y agentes de varias agencias federales.
Un equipo de agentes bajo las órdenes del inspector Rafael Rosa Córdova se hicieron cargo de la pesquisa, en la que también participan el fiscal de Distrito de Bayamón José Virella y la fiscal Zulma Delgado, bajo las órdenes del fiscal general José B. Capó.
Los fiscales se disponían a radicar además de los cargos de asesinatos, cargos por secuestro, robo, escalamiento agravado y otras infracciones a la Ley Vehicular. No se descarta que no será hasta el miércoles que el asesino confeso sea llevado ante un magistrado.
Con este cruento hecho suman siete las masacres registradas este año.
Uno de los hechos de sangre que mayor consternación ha causado en el país quedó esclarecido ayer cuando Cristopher Sánchez Asencio, autor del vicioso asesinato de cuatro de los miembros de una familia confesó su espeluznante crimen, motivado porque supuestamente iba a ser desahuciado de la casa en que vivía y en el que tres de las víctimas fueron obligados a arrodillarse en la sala de la casa, donde fueron ejecutados de balazos en la cabeza.
Su compinche José Bosch se entregó al caer la noche e hizo admisiones.
Para evitar que los vecinos oyeran las detonaciones Sánchez Asencio usó una almohada para suprimir el ruido, según trascendió. En su confesión dijo que guardó la pistola en un automóvil Lexus de su propiedad, el cual fue ocupado anoche mediante una orden judicial.
También narró que desconectó las cámaras de seguridad de la vivienda y se las llevó con las cintas, botándolas en un punto que les señaló a los investigadores de la División de Homicidios del CIC de Bayamón para que las ocuparan. Al caer la noche fueron ocupadas en el depósito de basura de un restaurante de comida rápida.
De inmediato cinco fiscales que atienden el caso comenzaron a levantar el expediente para la radicación de acusaciones por cuatro asesinatos en primer grado, entre otros delitos. Uno de los fiscales tomaría la confesión, mientras otros tomarían declaraciones juradas a los testigos. Otro fiscal oiría la versión de Bosh.
Entre las víctimas está el patriarca de la familia Miguel Ortiz Díaz, de 66 años de edad, un militar jubilado del Ejército que trabajaba como profesor en la American Military Academy y su esposa Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años, de nacionalidad peruana, así como su suegra Clementina Ciriaco López, de 67 años y un hijo Miguel Ortiz Uceda, de 15 años. Cristopher fue a la residencia de Ortiz Díaz en la urbanización Frailes Lomas, en la noche del lunes y le abonó $250 a la deuda que tenía. Una vez le entregaron el recibo Bosh, quien lo acompañaba, irrumpió en la residencia anunciando un asalto, según habían planificado.
Con una pistola Sánchez Asencio los encañonó y les ordenó arrodillarse. Las mujeres fueron asesinadas de un balazo en la nuca y el hombre recibió un balazo en la frente, al igual que su hijo adolescente, el que se llevaron.
Sobrevivió al brutal hecho otro hijo adolescente de 13 años que fue quien le narró en la madrugada a los policías municipales los momentos de terror a los que logró sobrevivir tras ser atacado, apretado fuertemente por el cuello y lanzado a una quebrada desde un puente por el inquilino de su padre.
Sánchez Asencio fue arrestado cuando llegaba en horas de la madrugada del martes en una guagua que no es de su propiedad y la que tenía la tablilla cambiada a su hogar en la urbanización Versalles, en Bayamón, gracias a confidencias que recibió la Policía. Al ser arrestado se le ocupó el recibo que le dieron por el abono de los $250 de su renta atrasada.
La guagua Toyota “Four Runner” cuyo interior está ensangrentado fue ocupada, como parte importante de la evidencia del caso. El individuo vive en una residencia propiedad del matrimonio asesinado y que enfrentaba un proceso de desahucio que le había sido notificado lo que lo molestó, llevándolo a planificar el escalofriante hecho de sangre.
El hombre bajo custodia admitió primeramente que estando en la casa del militar jubilado llegaron unos ladrones armados perpetrando la masacre de la que él no tiene explicación de porque se salvó. Pero horas después decidió confesar cómo asesinó a la familia a sangre fría.
Policía encontró al menor sobreviviente
Patrulleros municipales dieron con el adolescente de 13 años en la PR-174 después de que el menor tocara la puerta de una casa para que llamaran a la Policía. Los policías municipales lo hallaron a las 3:20 a.m. y el jovencito les dijo que el inquilino de su padre y otro hombre habían entrado a su hogar en la calle Los Frailes, en la urbanización Frailes Lomas, donde los asesinaron.
El adolescente que sobrevivió narró que lo secuestraron a él y a su hermano de 15 años. Al hermano de 15 los asesinaron en la PR-174 cerca de un conocido negocio de venta de pollos al carbón. Después le dispararon al jovencito sin alcanzarlo y al acabársele las balas lo trataron de estrangular y al darlo por muerto lo tiraron por el puente, pero logró sobrevivir.
Los municipales y agentes estatales llegaron a la residencia hallando la dantesca escena y poco después el sospechoso había sido arrestado en Bayamón.
Cerca de las 6:00 a.m. el superintendente José Luis Caldero López llegó a la escena. Posteriormente fueron llegando otros funcionarios de Justicia, de Ciencias Forenses y agentes de varias agencias federales.
Un equipo de agentes bajo las órdenes del inspector Rafael Rosa Córdova se hicieron cargo de la pesquisa, en la que también participan el fiscal de Distrito de Bayamón José Virella y la fiscal Zulma Delgado, bajo las órdenes del fiscal general José B. Capó.
Los fiscales se disponían a radicar además de los cargos de asesinatos, cargos por secuestro, robo, escalamiento agravado y otras infracciones a la Ley Vehicular. No se descarta que no será hasta el miércoles que el asesino confeso sea llevado ante un magistrado.
Con este cruento hecho suman siete las masacres registradas este año.
Perplejos y sorprendidos los vecinos
Un grupo de vecinos observaban lo que para ellos significó una desgracia, considerando lo tranquilo del lugar
Por Paola Arroyo, Especial para El Vocero – 4:10 am
La mañana de ayer no fue una como se acostumbraba en la tranquila urbanización Frailes Lomas de Guaynabo, donde los niños suelen prepararse para ir a la escuela y los adultos para salir a trabajar.
Patrullas de la Policía y una cinta amarilla que acordonaba una las residencias de la calle Los Frailes, daban indicios del cruel crimen en el que cuatro integrantes de una familia fueron asesinados.
La Unidad de Investigación y Ciencias Forenses, llegó al lugar de los hechos mientras miembros de la Uniformada permanecían en espera, constató EL VOCERO durante un recorrido realizado por la urbanización que cuenta con acceso controlado.
Un grupo de vecinos observaban lo que para ellos significó una desgracia, considerando lo tranquilo del lugar.
Varios residentes de la urbanización, solicitaron no ser identificados, pero se expresaron sorprendidos por el suceso que los extremeció.
“Yo no escuché nada. Y no sé desde que hora están investigando porque apenas me acabo de enterar por radio”, expresó un vecino de la residencia involucrada.
Mientras el grupo se unía para presenciar la labor de las autoridades, todos coincidieron en que se enteraron por los medios de comunicación sobre la situación. Nunca antes habían visto indicios de violencia o algo fuera de lugar en la residencia donde cuatro de sus miembros fueron asesinados.
En la escena del crimen se identificó a Miguel Ortiz de 66 años, quien era un teniente coronel jubilado del Ejército. También se encontró a su esposa, Carmita Uceda Ciriaco, de 45, y a la madre de Uceda, Clementina Ciriaco, de 67. El hijo del matrimonio, Miguel Ortiz Uceda, de 15 años, fue asesinado y secuestrado de su residencia junto a otro menor de 13 años, quien sobrevivió tras ser lanzado desde un puente en la carretera 174.
El compañero de trabajo de la víctima, Iram Torres Feliciano, expresó sentirse aturdido con la situación, y admitió que sabía que el sargento de la escuela American Military Academy tenía problemas con su inquilino.
“Me estaba informando el coronel de la escuela que tenía problemas con el inquilino de Versalles y ayer le entregó una orden de desahucio”, expresó Torres Feliciano.
Además, describió a Ortiz como “un sargento tranquilo y se hacía llegar a los estudiantes por su manera de querer”. El adolescente de 13 anos y único sobreviviente se encuentra protegido por la Policía confirmó el superintendente José Caldero.
Sobre los sospechosos, Caldero reveló que fue un suceso en donde hubo la colaboración de por lo menos dos personas.
Por su parte, el Jefe Fiscal del Distrito de Bayamón, José Virella Santana, describió la situación como “una escena grotesca que denota el desprecio por los demás”.
Luego del mediodía, la residencia fue visitada por familiares de Ortiz, quienes entre lágrimas se fundieron en un abrazo frente a la casa sin emitir declaraciones.
Las autoridades correspondientes procedieron a llevarse los cuerpos de la residencia.
Entre lágrimas, dolor y desconsuelo, estudiantes, maestros y personal de la American Military Academy, en este municipio, celebraron ayer una emotiva ceremonia dedicada a la memoria del maestro del Junior ROTC, Miguel Ortiz Díaz, su esposa, suegra, y su hijo de 15 años, Miguel Ortiz Uceda, víctimas de la séptima masacre en la Isla, que se registró en la madrugada de ayer en la urbanización Los Frailes.
Ortiz Díaz, quien laboró por más de 20 años en esta institución, fue ultimado a tiros en su residencia junto a su esposa, Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años, de nacionalidad peruana, y su suegra Clementina Ciriaco López, de 67 años, mientras que el cadáver de su hijo fue hallado en la PR-174, cerca de un conocido negocio de venta de pollos al carbón.
Otro hijo de Ortiz Díaz, de solo 13 años, y quien fue lanzado por un barranco, sobrevivió al sangriento crimen. Tanto él como su hermano fallecido eran estudiantes de la mencionada academia.
El acto, que reunió a todos los que forman parte de esta institución frente a la entrada de la misma, inició con la colocación de las banderas a media asta en honor a las víctimas. Se efectuó una intervención religiosa, que estuvo a cargo del padre Enrique Camacho, quien ofreció palabras de aliento a los presentes, cuyos rostros evidenciaban la consternación que les causó esta inesperada tragedia.
Camacho pidió a los presentes orar por las víctimas, así como por los sicarios que cometieron el crimen para que “estas cosas no sigan pasando, para que en Puerto Rico no tengamos que estar pasando un momento como este, para que no tengamos que estar viendo día a día en las noticias cosas como estas”. Luego de orar el Padre Nuestro y el Ave María, varias maestras entonaron una emotiva canción en memoria a los fallecidos, lo que intensificó el dolor de los asistentes.
Por su parte, Juan Carlos Consuegra, director ejecutivo de la academia militar, se mostró afectado por el infortunado deceso de Ortiz Díaz y sus familiares.
“El sargento Miguel Ortiz llevaba más de 20 años trabajando para nosotros; dos de sus hijos también formaron parte del colegio, así que el golpe fue triple. Era un empleado sumamente cooperador, era un empleado que uno quiere tener al lado siempre, con una sonrisa, con un comentario jocoso en todo momento”, destacó sobre militar jubilado del Ejército.
Asimismo, resaltó lo disciplinado y muy querido que fue por los estudiantes, la facultad y la administración de la institución. También, enfatizó que están sumamente dolidos por la pérdida de Ortiz Uceda, así como por el otro hijo del maestro, quien sobrevivió a la masacre.
“Cuando escuché en la radio la tragedia, lo primero que pensé fue en lo difícil que sería para el colegio al que esto ocurrió, pensé que iban a sufrir, pero nunca pensé que nos tocaría a nosotros…y va a hacer falta, va a hacer falta Miguel (hijo)”, dijo Consuegra con voz entrecortada.
Mientras, John Aponte, padre de un compañero de clases del menor fallecido, no pudo ocultar su desconcierto por el brutal asesinato de la familia.
“El maestro fue un ser humano espectacular, bien querido por todos los niños. No lo podemos creer, lo vi en las noticias esta mañana y mi esposa cuando vino a traer al nene, se enteró que el que falleció era el que estudiaba con él. Es bien triste”, manifestó.
Se informó que los estudiantes de la academia recibirán ayuda psicológica para enfrentar el lamentable suceso. Se informó que las clases fueron suspendidas durante el día de ayer y hoy por el trágico incidente.
Especialistas en la conducta humana aseguraron que el cruel crimen cometido ayer a los integrantes de una familia motivado por un desahucio es reflejo de un acto de desesperación, de una sociedad que no está mentalmente saludable y de la exposición a este tipo de crímenes sin importar la clase social.
El sociólogo especializado en criminología, José Rodríguez Gómez, afirmó que de acuerdo a los elementos expuestos por la prensa, en un acto de desesperación Cristopher Sánchez Díaz, quien vivía alquilado en la residencia propiedad del patriarca de las víctimas, perdió el control de sí mismo.
“Por encontrarse en un nivel de frustración severo, el hecho de que no ve esperanzas para pagar la deuda, genera un estado de desánimo y la persona recurrió a la violencia”, sentenció el doctor Rodríguez Gómez, quien aseguró que este caso es ejemplo como ninguna clase social está exenta de la rampante violencia.
Indicó que ese mismo grado de desesperación se está viendo cada vez con más frecuencia por el cargo social en términos de desempleo y la deserción escolar, entre otros. “Es una olla de presión que explota”, describió el sociólogo.
En esa misma línea, el sicólogo Alfonso Martínez Taboas, sentenció que este tipo de incidentes dejan al descubierto lo “enferma” que está la sociedad.
“Los niveles de tolerancia están bien bajos. En esos momentos, la capacidad de razonar, de estar balanceado, no está. Lo que hay es odio, venganza y coraje y se le da rienda suelta y lamentablemente se cometen estos actos”, detalló el especialista en trauma psicológico y trastornos disociativos.
De otra parte, ambos doctores abordaron el tema sobre cómo tanto la víctima sobreviviente de 13 años, así como el entorno de la escuela, pueden superar esta crisis.
Rodríguez Gómez opinó que la sicoterapia sería necesaria para superar estas muertes. “Hay una necesidad de reestructurar vidas. Esta situación es tristemente negativa. Hay que reconocer otras posibilidades de cómo manejar las pérdidas… hay que reconocer que es una situación imprevista de mucho sufrimiento y dolor en la que tenemos que aceptar lo que ha sucedido y trabajar en forma adecuada con la situación”, aseguró el sicólogo.
Martínez Taboas añadió que los compañeros de clases de la víctima, Miguel Ortiz Uceda de 15 años, y del sobreviviente de la American Military Academy, así como los estudiantes del militar jubilado, Miguel Ortiz Díaz, también podrían requerir ayuda sicológica.
“Van a haber jóvenes llorosos afectados que van a pensar en la injusticia. Algunos de ellos van a necesitar ayuda sicológica y la escuela va a tener que activar un protocolo para manejar la situación de crisis”, puntualizó Martínez Taboas.
Ambos especialistas también son catedráticos en la Universidad Carlos Albizu que ubica en el Viejo San Juan.
En un día en que todas las otras noticias—por graves que fuesen—parecieron irrelevantes, Puerto Rico despertó ayer abatido, desgarrado…asesinado a sangre fría.
El séptimo incidente de asesinatos múltiples en lo que va de año cobró la vida de toda una familia—padre, madre, abuela y un nieto de 15 años—suerte de la que un segundo hijo de 13 años milagrosamente escapó, herido pero vivo, aunque sea para sufrir por el resto de sus días el devastador calvario sicológico que le espera.
La masacre de la familia Ortiz Uceda en su hogar de la urbanización Los Frailes de Guaynabo—con su macabra similitud con aquella otra en Holcomb, Kansas en 1959, inmortalizada por Truman Capote en su libro ‘A Sangre Fría’, en la que dos asesinos masacraron en su casa a una familia de cuatro—nos afecta profundamente a todos.
Todos los crímenes son repudiables, y todos los asesinatos abominables. Pero no hay duda de que la naturaleza particularmente viciosa, improvocada y cruel con la que el o los verdugos le arrancaron la vida a esta familia inocente en el seno de su hogar, sin razón y a sangre fría, conmueve la fibra más profunda de nuestra humanidad. Es más, ni los animales salvajes matan así.
Asesinatos tan viciosos como estos estremecen tanto que ponen en entredicho la lógica del discurso oficialista—de todas las administraciones y del cual somos, en parte, cómplices nosotros mismos en la prensa—que pretende reducir la complejidad del deterioro social que alimenta la vena criminal puertorriqueña a una mera contabilidad de cuántos asesinatos más o menos tenemos este año en comparación con el anterior.
Por supuesto que cualquier baja en el número de asesinatos—o de cualquier crimen—es motivo de satisfacción, independientemente de si ello se debe a las acciones concertadas de las autoridades locales, a las federales, a iniciativas de pasadas administraciones que ahora fructifican, a un ciclo incontrolable de altas y bajas, a la reducción poblacional, o a lo que sea… La administración, y en particular la Policía, merece todo nuestro apoyo y toda nuestra cooperación por la baja en asesinatos registrada hasta ahora este año. Pero es su celebración propagandística con motivaciones claramente políticas lo que resulta ofensivo.
Sin duda que a todos, pero en especial al joven sobreviviente de esta familia, nos resultará difícil de tragar la próxima entrega de la propaganda gubernamental que celebre los logros en la lucha contra el crimen con visuales de unos chicos de su edad, jugando sonrientes en la tranquilidad de su urbanización, bajo titulares que anuncian la baja en asesinatos.
Más allá de eso, es una dolorosa coincidencia que esta brutal masacre haya coincidido con la culminación de la consideración legislativa de las malpensadas propuestas enmiendas al Código Penal cuyo componente principal era precisamente reducir penas de entre otros crímenes, los asesinatos.
Al fin y al cabo, las penas por los asesinatos en primer y segundo grado quedaron inalteradas. Pero el episodio pone en tela de juicio la lógica que anima a legisladores que pretenden bajar penas, eliminar crímenes y legalizar las drogas. Legisladores que demuestran estar desconectados de la realidad de un Puerto Rico violento y criminal que más que enmiendas al Código Penal lo que necesita es desarrollo económico y creación de empleos que nos devuelva a todos la esperanza en un Puerto Rico de progreso y bienestar.
Acusarán mañana a dos sospechosos de masacre de Guaynabo
Por Javier Colón Dávila / javier.colon@gfrmedia.com, Por Sara Del Valle Hernández11/18/2014 | 06:03 p.m.
A la izquierda, el principal sospechoso del crimen, Christopher Sánchez Asencio. A la derecha, el segundo sospechoso, José Bosch. (jose.candelaria@gfrmedia.com)
Tres de las personas ultimadas a tiros en una casa de la urbanización Los Frailes fueron identificadas como el militar retirado Miguel Ortiz Díaz, su esposa, y la suegra del hombre.
Las autoridades estatales tienen previsto someter el miércoles acusaciones criminales contra dos individuos señalados como autores de la matanza ocurrida esta madrugada en Guaynabo y Bayamón, en hechos que han consternado al país desde el amanecer.
Personal de la División de Homicidios en Bayamón, en coordinación con la Fiscalía, realiza esta noche múltiples tareas dirigidas a presentar cargos criminales por los cuatro asesinatos de miembros de una misma familia y por tentativa de asesinato contra un menor de 13 años.
El paso crucial más reciente a esos fines fue el arresto de un joven identificado por la Policía como José Bosch, quien llegó a la residencia de una de las víctimas en la urbanización Versalles, en Bayamón.
Bosch se entregó a la Policía y admitió haber estado en compañía de Christopher Sánchez Asencio, de 27 años, señalado por el superintendente José Caldero López como el principal sospechoso de los crímenes.
Tres de las personas ultimadas a tiros en una casa de la urbanización Los Frailes fueron identificadas por las autoridades como el militar retirado Miguel Ortiz Díaz, de 66 años; su esposa, Carmita Uceda Ciriaco, y la suegra del hombre, Clementina Ciriaco López.
Una cuarta víctima fatal fue identificada como Miguel Ortiz Uceda, de 15 años, cuyo cadáver baleado fue encontrado en un terreno aledaño a la carretera PR-174, en el barrio Guaraguao de Bayamón.
Un hermano de Ortiz Uceda, un adolescente de 13 años, fue apuñalado por las personas que se presume ultimaron a tiros a sus padres. El menor, que también fue golpeado brutalmente, sobrevivió y está en custodia de las autoridades.
Este medio supo que Bosch, amigo de Sánchez Asencio, ha minimizado su participación en el crimen al alegar que llegó anoche (lunes) a las 9:00 p.m. a la residencia donde ocurrió la matanza, en la urbanización Los Frailes, bajo engaño. Sin embargo, reconoce que estuvo presente cuando Sánchez Asencio ejecutó -arrodillados y con tiros de contacto a la cabeza- a los adultos de la familia y cuando el pistolero también atacó al adolescente de 13 años al golpearlo en la nariz y lanzarlo por un puente de más de 40 pies de altura, en el barrio Guaraguao de Bayamón porque se le acabaron las balas para matarlo. Poco antes también presenció cuando Sánchez Asencio mató de un tiro en la frente al adolescente de 15.
Parte de su testimonio concuerda con lo informado por el menor sobreviviente al ser entrevistado en el Centro Médico de Río Piedras.
INVESTIGAN MASACRE DE FAMILIA EN GUAYNABO
La investigación de este crimen se realiza desde dos escenas. Una ocurrió en la sala de una residencia en la urbanización los Frailes en Guaynabo. La otra escena es en un terreno aledaño a la carretera PR-174 en el barrio Guaraguao.
Esta noche los investigadores del caso completarían tres allanamientos: en dos vehículos de motor -una Toyota 4Runner y un Lexus donde se cree se escondió el arma homicida-, así como en una residencia en la urbanización Versalles. Además, tramitarán la búsqueda documentos en el Instituto de Ciencias Forenses.
Más temprano se localizó en el interior de un contenedor de basura el sistema de seguridad de la residencia donde ocurrió la masacre. El equipo de seguridad fue arrancado de su base por los sospechosos de la matanza, según la Policía.
Caldero López señaló que las autoridades tienen suficiente evidencia para someterle cargos a Sánchez Asencio, a quien se le tomarían declaraciones juradas esta misma noche, al igual que a Bosch.
La prueba sería presentada por la fiscal María del Mar Ortiz, conjuntamente con los agentes Daniel Pagán, Vivian Acevedo y el sargento Baldwin Alvarado, que integran parte del equipo especial de investigación constituido para desarrollar de forma acelerada la pesquisa del caso, la séptima masacre registrada en lo que va de 2014.
“Nosotros tenemos suficiente evidencia ya para radicar cargos. Tenemos evidencia concreta de que él participó en estas muertes”, sostuvo Caldero al salir al atardecer de la Comandancia de Bayamón.
Caldero López, quien desde temprano se movilizó a la escena principal de la matanza, en la urbanización Los Frailes, entretanto, negó más temprano que el sospechoso de 27 años confesara el crimen, pero insistió en que siguen trabajando en la investigación.
Sin embargo, una fuente alegó que el joven hizo admisiones y habría señalado que el motivo para cometer los crímenes se vincula a una deuda de renta que tenía con Ortiz Díaz, ya que es inquilino junto a su madre de una residencia propiedad del militar retirado.
En una primera declaración a los agentes, según la misma fuente, ese primer arrestado dijo que llegó al lugar a pagar el dinero cuando dos individuos entraron y cometieron el crimen. Sin embargo, al enterarse de que había un sobreviviente, cambió su versión. De hecho, reconoció que utilizó una almohada para evitar que el sonido de los disparos se escuchara en el vecindario.
A eso de las 8:00 p.m., el gobernador se pronunció complacido por la ágil respuesta de la Policía para investigar este caso e intervenir con presuntos autores de los asesinatos. “En medio de la consternación que sentimos todos por este atroz caso, la Policía de Puerto Rico demuestra una vez más su capacidad de trabajo y compromiso con el país, al esclarecerlo en tiempo récord. De igual forma, extiendo mi más fuerte agradecimiento y reconocimiento al Departamento de Justicia y su división de fiscalía por un excelente trabajo. Aunque nada es consuelo para esta familia, sus amigos y todo el país, el conocer que los responsables ya están ante la justicia es sin duda de gran satisfacción. Continuaremos trabajando fuerte y asignando los recursos necesarios para seguir atendiendo la raíz del problema de criminalidad en Puerto Rico”, dijo García Padilla en declaraciones escritas.
Presenciar el asesinato de su familia, sufrir una puñalada, caer herido por un puente a más de 50 pies de altura, levantarse lúcido y aun así tener las fuerzas para caminar cerca de una milla en busca de ayuda, fueron las vivencias del único sobreviviente de la masacre familiar que estremeció al País el pasado martes.
Tras el suceso, dos grandes y borrosas manchas de sangre son los únicos restos del crimen violento que se encontró ayer en el puente que ubica en el barrio Guaraguao, en Bayamón. El policía municipal que rescató al menor, Nelson Méndez, relató las condiciones en las que halló al niño de 13 años, quien rogaba en la puerta de la casa de una familia en dicho sector, lugar donde fue a parar luego de que fuera dado por muerto. “Él estaba matado, (tenía) la nariz partida, la boca partida, tenía un puntazo en el cuello y laceraciones en todo el cuerpo”, detalló.
Según Méndez, acudió al lugar tras recibir una llamada telefónica en el Cuartel La Morenita (Guaynabo) de parte de un residente que solicitaba auxilio por un supuesto intento de asalto. Sin embargo, la historia fue otra cuando llegó junto al oficial Eduardo López, y dieron con el niño mal herido y lloroso. “El señor (residente de la propiedad) no sale en ningún momento… se asusta porque le estaban tocando la puerta y creyó que era alguien para asaltarlo”, precisó.
“La reacción mía fue: ‘este se escapó de un hogar; este tuvo problemas en la casa’, pero jamás pensé que era la situación que estaba pasando”. Asimismo, manifestó sentirse impresionado por la lucidez del menor, quien recordó cada detalle de lo que había sucedido en su hogar, donde sus padres, abuela y hermano fallecieron en manos de los hoy confesos, Christopher Sánchez Asencio y José Bosch.
“Gracias por haber llegado me salvaron la vida”, fueron las primeras palabras del único sobreviviente de la familia Ortiz Ciriaco, al momento de su rescate, según el oficial, quien añadió que “estaba llorando sin consuelo, yo lo agarre y lo apreté porque yo brego con nenes todos los días”.
Con cara de impresión y lamento, el policía municipal acudió ayer al puente desde donde fue lanzado el menor para observar los rastros de sangre que alegadamente son del niño. “Las manchas de sangre deben ser del tipo que se limpió, no pueden ser del nene”, sostuvo. A preguntas de EL VOCERO sobre su parecer acerca de la sobrevivencia del menor, el integrante de la uniformada de Bayamón lo catalogó como “un verdadero héroe”. “Un milagro de Dios, ese nene es un milagro de Dios de verdad. Yo puedo decir hoy 19 de noviembre que ese nene es un héroe. Dios lo bendiga donde quiera que esté”, reflexionó.
Por su parte, la evaluación del Departamento de Justicia a las manchas de sangre halladas en el puente no fue confirmada por Méndez. Con el arresto de Sánchez y Bosch, la agencia se hizo responsable de la masacre familiar.
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