¿Cuántas veces usted escuchó a los líderes colonialistas decir que la estadidad no es conveniente porque, supuestamente, el costo de vida en los estados es muy alto? Pues ese mito también acaba de derrumbarse. El tiempo y la historia son intolerantes con la mentira. La verdad siempre sale a relucir y, en ocasiones, hasta por boca de los mismos mentirosos.
La semana pasada, la prensa reseñó de manera muy tímida un asunto que debió ser objeto de primeras planas y titulares porque se enfoca en la médula de la crisis socioeconómica que se sufre en esta colonia. Ese asunto, además, es una de las primeras consideraciones que está en la mente de miles de familias puertorriqueñas cuando se mudan a los estados de la Unión o aspiran a lograrlo.
Se trata del último informe del ‘Council for Community and Economic Research’ (C2ER) que confirmó científicamente que el costo de vida en la colonia del ELA, lo que cuestan productos y servicios, es muchísimo más alto que en la inmensa mayoría de los estados de la Unión. Para que tenga una idea de lo caro que resulta el suplicio de vivir en esta colonia, ese informe reveló que de 325 áreas urbanas de los Estados Unidos evaluadas en el estudio, la zona metropolitana de San Juan resultó ser la #41 donde más cuesta vivir. Solamente nos superan en costo de vida ciudades que son centros mundiales de negocios como Nueva York, San Francisco, Washington DC, Boston, San Diego, Los Ángeles, Seattle, Hartford, Portland, Philadelphia y Chicago. De hecho, son ciudades donde su alto costo de vida también implica que se pagan buenos salarios, mucho más altos que los que se pagan en esta colonia.
El informe del C2ER reveló que los precios de los artículos de supermercado en el ELA son 23% más caros que en el promedio de los Estados Unidos; que el precio de los servicios esenciales como la electricidad en el ELA son los #4 más altos y solamente superados por Hawaii y Alaska. En resumen, tomando en consideración todos los factores del informe, el costo de vida en esta colonia es 13% más alto que en el promedio de los estados de la Unión.
El desfalco que el ELA representa para el bolsillo de los puertorriqueños no termina ahí. Los datos del Seguro Social revelan que el salario promedio que se paga en los Estados Unidos es de unos $46,000 anuales, mientras que en esta colonia apenas es de $23,000. Cuando tomamos esos datos en consideración, entonces es fácil concluir que en el ELA tenemos el costo de vida más alto de todos los Estados Unidos y que tenemos que enfrentarlo con la mitad de los salarios que se pagan en los estados.
El informe del C2ER, aunque menciona una lista comparativa de los costos de algunos productos y servicios que utilizó como métrica para sus hallazgos, no menciona otros elementos importantes que afectan arrolladoramente el costo de vida como son las contribuciones que cobra el gobierno ni el costo de los automóviles. Por lo menos, el ‘website’ del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico que divulga alguna información de ese informe, no menciona esos dos datos fundamentales (http://www.estadisticas.gobierno.pr/coli/). Solamente menciona el costo de los servicios de ‘transportación’, pero no la compra de un automóvil.
Si se tomaran en consideración esos dos datos, usted y yo sabemos que el costo de vida en esta colonia entonces rompería los récords de todas las ciudades de los Estados Unidos. Aquí sufrimos el sistema contributivo más costoso, abusivo e incierto de los Estados Unidos y el costo más alto en la compra de un automóvil. Eso es el ELA.
Claro está, al tener que divulgar este informe del C2ER, el agente popular que dirige la Oficina de Estadísticas de PR, Mario Marazzi, lanzó en algunos medios los cuentos que usualmente lanzan los colonialistas para tratar de poner buena cara al tiempo: que si nuestra condición de isla; que si los costos que implica la Ley de Cabotaje en la transportación de productos. Falso. Todas las ciudades de los Estados Unidos tienen la misma necesidad que nosotros de importar productos. Las que lo hacen por mar, entonces tienen -como nosotros- que hacerlo con el impacto económico de la Ley de Cabotaje. Las ciudades que reciben sus importaciones por tierra, que son la mayoría, entonces están en peor situación. La transportación de bienes y productos por tierra es por volumen más costosa que por mar. Déjese de tanto cuento.
El ELA es un costoso desastre para los puertorriqueños por lo que siempre he dicho: nos gusta vivir el estilo de vida de los estados de la Unión; durante 60 años hemos tratado de imitar ese estilo de vida tomando préstamos sobre préstamo para cubrir con financiamiento y embrollas los $20 mil millones anuales en fondos federale
s que no recibimos por ser una colonia. El día que recibamos esos fondos, en igualdad de condiciones con los demás estados y tengamos poder político en el Congreso y con el voto presidencial, entonces se acabarán los problemas que tenemos. Eso, solamente se logra con la estadidad.
Esa es la verdad que no quieren decir los economistas ni comentaristas populares, incluyendo a sus ‘amigos’ en algunos sectores de la prensa. Ninguno de ellos presenta soluciones concretas, realistas ni viables para sacarnos de esta crisis porque la colonia es insalvable. Mientras tanto, este pueblo tiene que estar escuchando y leyendo los poemas de unidad de pueblo y aumento de productividad, los lamentos y la crisis de cada día.
El centro de esta crisis es la colonia, el ELA. Continuar en la noria colonial de chismes, lamentos y poemas ya raya en la estupidez. Este sistema colonial es el tejido canceroso que debemos extirpar con la mayor rapidez o nos acaba de matar como pueblo.
Cuántos mitos más del tradicional discurso colonialista deberán derrumbarse para que Puerto Rico abra los ojos y comience la lucha por la igualdad con la estadidad. Si la luchamos, la lograremos. Como tuvieron que lucharla los antiguos 37 territorios coloniales que hoy son estados de la Unión y todos los datos confirman que viven y están mejor que nosotros. Entonces, que estamos esperando?
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