Las dos caras de emigrar a Florida – Teoría es Que AGaPito Quiebra a PR Para Despoblarla y Hacer Viable la Separación

 {Estando de visita en Polonia, un Joven Ruso Guía Turístico en entrenamiento (Sabía perfecto Inglés y Español, como muchos en Europa), me explicó que muchos en lo que fue la Unión Soviética echaban de menos el control de sus vidas por el «Estado», con la Unión Soviética no tenían que pensar ni hacer decisiones, les molestaba la Libertad y el Tener que Producir para allegarse las cosas materiales. Eso mismo le pasa a muchos Puertorriqueños acostumbrados a que el PPD le regale todo sin hacer decisiones ni trabajar, sólo entregándole su Libertad, su Orgullo, sus Oportunidades de Progresar.

Se proyecta que 1.2 Millones se mudarán en el futuro cercano. Con lo de Cuba esto se va a aumentar. Crece la teoría de que AGaPito/PPD están destruyendo a Puerto Rico de Maldad, para dejarla a 1.5 Millones y hacer viable la Separación. Es que han sido tan Ineptos e Irracionales, que es lo único que puede explicar sus acciones. Por el otro lado, casi todos los Fupistas, PSP’s y Separatistas encuentran que sus hijos y nietos se han mudado a los Estados y si el Congreso Nos Ofrece la Igualdad, tendrán que votar por sus hijos y nietos en lo que José de Diego llamó «Si Nos Hacen Iguales, esa será la Mejor forma de Independencia.

Son pocos los que desean regresar a la Isla, una vez parten, bajo el régimen populete. Y, por lo menos, este articulo no miente: LOS PARÁSITOS asfixian la economía, el País no es seguro para vivir con una familia y las escuelas no enseñan en ingles y no sirven. Benjamín}

21 de diciembre de 2014

Las dos caras de emigrar a Florida

Muchos boricuas llegan con un trabajo en la mano, pero otros pasan una transición dura y complicada tras abandonar Puerto Rico. Mira los vídeos

Por José A. Delgado / jdelgado@elnuevodia.com

Muchos boricuas buscan dejar atrás la inseguridad en las calles de la Isla. (andre.kang@gfrmedia.com)

ORLANDO – Son cada vez más los puertorriqueños que se aventuran a buscar el “sueño americano” en el reino oficial del mundo de la fantasía.

La ola migratoria boricua de las últimas dos décadas ha tenido como epicentro la Florida central, sobre todo la zona metropolitana de Orlando, que incluye a Kissimmee, alentada en gran medida por la industria de centros de entretenimiento y servicios generada alrededor de la evolución del conglomerado “reino mágico” de Disney.

Afectados por una crisis fiscal y económica que parece no tener fin, muchos abandonan la Isla aunque tienen trabajo -como ha sido el caso emblemático de ingenieros de la NASA y maestros-, certeros de que Florida será su pasaporte hacia un nuevo comienzo.

Para otros, en una tendencia que parece ir en crecimiento, la emigración es todo un experimento: son los que llegan sin trabajo, dominio del inglés y/o medio de transporte, lo que complica su transición e incorporación a su nuevo entorno.

“Hay muchos casos de gente que viene a explorar, sin nada seguro. Algunos se han traído a su familia, sin tener casa, ni trabajo y han tenido que vivir un largo tiempo en un hotel. Eso es un error”, dijo la directora de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (Prfaa) en Florida, Betsy Franceschini, cuya oficina de Kissimmee ha atendido a más de 8,300 puertorriqueños en los pasados 19 meses, en persona, por teléfono o internet.

¿Por qué el puertorriqueño se muda a Florida?

Boricuas explican por qué abandonaron realmente la Isla

Cuando se le pregunta al nuevo emigrante por qué dejó la Isla, las respuestas principales se pueden resumir en dos, simples y contundentes: la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo y, aunque las estadísticas indiquen una baja en la tasa de criminalidad, dejar atrás la inseguridad de las calles de Puerto Rico.

Tener familia en la zona facilita la decisión.

En Orlando, con una población de 255,000 personas y donde residen alrededor de  30,000 boricuas, la presencia puertorriqueña es significativa. Pero es mucho más evidente en Kissimmee, donde proliferan los negocios borinqueños, sobre todo de comida, los anuncios publicitarios en español y los boricuas suponen cerca de un tercio de los 60,000 habitantes.

Héctor Areizaga, por 12 años maestro en el sistema de educación pública de Puerto Rico, es una de las caras de la nueva emigración, que ha elevado el total de boricuas en Florida a cerca de un millón (rondaban en 2013 los 924,000 según la Encuesta de la Comunidad del Censo de los Estados Unidos).

Dos días antes de la Navidad de 2013, Areizaga no podía despegarse de la radio y la red de internet en San Juan. En una apresurada sesión, como acaba de suceder con “la crudita”, la Legislatura de Puerto Rico recortaba los beneficios del sistema de retiro de los maestros.

Para Areizaga, de 58 años y quien fue director de la escuela Rafael Cordero de Aguadilla, la prisa de los legisladores significaba que su jubilación como maestro, en vez de a los 65, no le haría sentido sino hasta mucho más tarde. La larga espera por el retiro estaría endurecida por un cheque más pequeño.

Inestable el trabajo para el boricua en Florida

Puertorriqueños revelan cómo le vendieron sueños de una mejor vida en el estado

Ante la amenaza del cambio en las reglas, Areizaga renunció a su puesto de maestro el verano pasado. Su hija Katina, quien tiene dos hijos, estaba además en el proceso de ir a reencontrarse con su marido, que ya trabajaba en Orlando.

Cuando El Nuevo Día fue a entrevistarlo, Areizaga -quien fue locutor comercial en el baloncesto puertorriqueño-, ayudaba a su hija, sus dos nietos y yerno a instalarse en un apartamento ubicado a 12 minutos del aeropuerto de Orlando.

Allí su familia paga una renta de $900 al mes, en un apartamento de tres cuartos, con sala-comedor-cocina integrada.

Después de pasar la Navidad en la Isla, Areizaga regresará  a buscar dónde vivir y continuar la búsqueda de trabajo en la zona de Orlando. “La calidad de vida y la seguridad laboral se puso extremadamente complicada en Puerto Rico”, dijo Areizaga.

Su hija, que hasta su cierre trabajó como mesera en un restaurante de Aguadilla y no domina el inglés, en su momento también buscará  trabajo.

En su caso,  Héctor Areizaga -quien domina el inglés y tiene una maestría en administración-, piensa que tiene dos opciones principales: certificarse como maestro o buscar un trabajo administrativo. “Nos sentimos más relajados. Los servicios que recibimos del gobierno son extremadamente ágiles”, agregó  Areizaga, esperanzado en un mejor futuro.

Un cambio planificado 

Carlos Díaz, por su parte, diseñó con tiempo su mudanza a la zona de Orlando. Es pensionado de la industria farmacéutica, en la que trabajó por 25 años.

Su hijo de 17 años -activo desde pequeño en el baloncesto-, quería venir a estudiar su escuela superior en la zona de Orlando y tratar de desarrollarse en el deporte. Conocían el área por frecuentes visitas a familiares y a los centros de Disney.

“Hicimos un plan, dos o tres años antes de mudarnos, con miras a darle la oportunidad de que iniciara su ‘high school’ en Estados Unidos”, dijo Díaz.

Lleva dos años y medio en la zona residencial de clase media alta en Wyndham Lakes, en Orlando, a medio camino de Kissimmee.  El patio de la casa da a un lago.

Su hijo había estado en escuelas privadas en Puerto Rico. 

Fantasía de Disney seduce al boricua

Puertorriqueños encuentran oportunidades de empleo en el parque de atracciones

“En términos de educación, se le ofrece la misma calidad, en algunas áreas mejor que la privada sin tener que pagar”, sostuvo Díaz, al resaltar además las ofertas extracurriculares del sistema escolar público de Orlando.

Poco a poco, dijo, se acostumbró a destensarse con respecto a las salidas de su hijo y a la seguridad en su casa. “Me siento más seguro en el área de Orlando. A la gente le digo que hay que prepararse económicamente y hacer un plan de transición. Estamos en otro mundo, aunque con la particularidad de que tenemos una gran población puertorriqueña e hispana”, dijo Díaz.

Edwin Ocasio, cofundador del grupo de teatro Contrapuntos, lleva dos años viviendo en la zona de Orlando y desde hace un año comenzó a presentar sus proyectos en esta zona.

“En Orlando he encontrado estructura. Quizá la permisología es tan estricta como en Puerto Rico, pero funcionan más rápido y creo que están enfocados en facilitar el proceso de producción, que en mi caso es el teatro”, sostuvo Ocasio.

Huyendo del frío

Carmen Pastor, Gustavo Torres y sus tres hijos integran, por su parte, una de las muchas familias que ha vivido en estados con temperaturas frías y escoge  la zona de Orlando/Kissimmee como destino. Es el caso de muchos boricuas que dejan Nueva York, Chicago (Illinois) o la zona de Hartford (Connecticut), en busca de un mejor clima y un ritmo de vida más sosegado.

Desde hace cinco meses, la familia Torres-Pastor vive en Kissimmee, en el vecindario de Ponciana. La casa que tienen rentada les ofrece el patio con el que soñaron durante las últimas tres décadas en Connecticut.

Y viven literalmente rodeados de boricuas. En el círculo en que residen, siete de las nueve casas son de familias de origen puertorriqueño.

“Esto es como Puerto Rico”, dijo Carmen Pastor, encantada de encontrar en Kissimmee muchos más productos autóctonos y negocios boricuas que en Willimantic, donde vivían en Connecticut.

Desde hace cuatro meses, Coraly Sánchez, de 24 años, se mudó a Ponciana, en Kissimmee, “en busca de un cambio de vida”. Con su exmarido vivió un tiempo en Chicago, pero luego regresó a San Juan.

Piensa seguir en Kissimmee, donde trabaja en un negocio de comida boricua, hasta principios de año. Pero, Florida central se le hace muy tranquilo. Dice que pronto irá a probar suerte en Filadelfia, Pensilvania. Si tampoco se acostumbra, entonces volverá a la Isla.



Para que tener una oficina de PRFAA en Florida, si los asuntos federales se atienden en Washington?.  Hasta donde yo se, en Orlando no hay una oficina regional que cubra a Puerto Rico.

Ah! Este es un embeleco del populeteo para seguirle los pasos e influenciar a la diaspora, y seguirle los pasos a aquellos que todavian tengan intereses en la Isla para coercerlos mediante presion a que se mantengan en la raya.  El carpeteo vive!

Abogo por el cierre de todas las embajadas en el extranjero y todos los consulados en el continente como medida de austeridad en el 2017. El PNP tiene que decirle a TODO EL MUNDO que trabaja en estas embajadas y consulados, «EMPACA Y PULE TU RESUME, QUE TE VAS EN ENERO DEL 2017».

Benjamín

22 de diciembre de 2014

“A los 51 años estoy empezando de nuevo”

Puertorriqueños han recurrido a vivir juntos para compartir los gastos al  construir una nueva vida en la Florida. Mira el vídeo

Por José A. Delgado/ jdelgado@elnuevodia.com

Viven en un segundo piso en St. Cloud, localizado a 10 minutos de Kissimmee.(andre.kang@gfrmedia.com

ST. CLOUD, FLORIDA–  Dos matrimonios de mediana edad  -unidos por la música y religión-  comparten un apartamento en una localidad vecina de Kissimmee, con la idea de reducir gastos y abrirse camino hacia un auténtico nuevo comienzo.

Durante 25 años,  Luna Linda González  y  Aida Coreano  han sido grandes amigas.

En Puerto Rico han coincidido en sus carreras como cantantes de música sacra. Ahora, como parte de la nueva emigración puertorriqueña a la zona de Florida, se dividen los gastos de vivienda, junto a sus maridos.

Viven en un segundo piso en St. Cloud, localizado a 10 minutos de Kissimmee.

¿Por qué el puertorriqueño se muda a Florida?

Boricuas explican por qué abandonaron realmente la Isla

Luna Linda se casó con  Leonardo Pagán  hace 10 meses.  Se conocieron por internet. Desde hace ocho meses se mudaron a Florida.

Previo a llegar a este estado, ella vivía del dinero que recibe del Seguro Social en California.

Leonardo, quien tuvo un grupo de música en Vega Alta, trabajaba en una compañía de cobro en Puerto Rico, por servicios profesionales.

“De cada 10 clientes que iba a visitar me encontraba cinco casas vacías, expropiadas por el banco. Se me hacía difícil subsistir”, dijo.

Terminó vendiendo la casa en la que vivió por 28 años. Por el retraso en pagos y las dos hipotecas con las que cargaba, solo pudo sacarle a la residencia $20,0000, dinero que le sirvió de base para la búsqueda de trabajo.

No fue hasta principios de este mes, después de casi ocho meses en St. Cloud, que consiguió trabajo. Desde la primera semana de diciembre tiene dos empleos de media jornada, uno en el Polynesian Village Resort en el complejo de  Disney  World y el otro en el restaurante Margaritaville de Universal Studios.

“Lo primero que me dijeron -en plazas que pagan $7.50 y $8 por hora- es que no hay plan médico por estar a tiempo parcial”, sostuvo Leonardo.

Su esposa se mudó a California en 2002, cuando estaba soltera, después de haber sido asaltada a punta de pistola en dos ocasiones en Puerto Rico. Prácticamente se juntaron en Florida central.

El sur de Estados Unidos, encabezado por Florida, es la región que más emigrantes de Puerto Rico recibe. Solo en 2012, alrededor de 22,000 residentes de la Isla emigraron a Florida, indicó Mario Marazzi, director del Instituto de Estadísticas.

Camino difícil

Para Luna Linda, quien por una lesión depende del Seguro Social, la experiencia que han tenido en Florida “no ha sido fácil”.

“Pero, me siento más tranquila aquí. Mi salud emocional ha mejorado, pero en cuanto a la paga, bendito, aquí mucha gente tiene que tener dos trabajos”, sostuvo.

Leonardo destaca la contradicción de que “hay más vigilancia y más policías en las calles” en Puerto Rico que la zona del centro del estado de la Florida, aunque  “aquí la ley se hace respetar”.

“Extrañamos nuestra islita, pero se vive una gran diferencia”, agregó.

González siente un poco de racismo, aunque sea sutil.

Empezar de nuevo.Ya con un apartamento de dos cuartos rentado, Luna Linda se encontró con su amiga  Aida Coreano, que recién se había casado en octubre.  Para ese entonces, Leandro no había conseguido trabajo.

El marido de Aida, Ismael Conde, fue profesor de música en Puerto Rico. Lleva siete años en esta zona y ahora trabaja en el complejo de parques de entretenimiento Universal.

Ella  era trabajadora social en Puerto Rico.  “Tenía que ir a visitar lugares bien lejos en Bayamón. Una persona me acechaba y me enviaba fotos obscenas.  Con el problema de la criminalidad, pues opté por renunciar a mi trabajo”, sostuvo.

En el proceso de transición se quedó un tiempo a vivir en Kissimmee con la madre de su pastora, a quien ayudaba en la casa a cambio de no tener que pagar renta. Contrario a su marido, Aida no habla inglés. Su hija también se mudó a Florida en busca de servicios para su nieto, de 12 años, quien es autista,

Las dos parejas forman una nueva familia extendida.

“El junte de familias es muy común aquí, para poder con los gastos”, sostuvo Luna Linda.

Para Leonardo  esta es también su primera experiencia fuera de Puerto Rico.  “Va a ser mi primera Navidad sin mi hija”, dijo, prorrumpiendo en llanto. “No es fácil. A los 51 años estoy empezando de nuevo”.

22 de diciembre de 2014

Aconsejan tener un plan antes de emigrar

Expertos señalan que es importante prepararse para un periodo de transición antes de salir de Puerto Rico

Por José A. Delgado / jdelgado@elnuevodia.com

La apertura del parque de diversiones Disney World, en 1971, desencadenó un aumento en la emigración hacia Florida. (andre.kang@gfrmedia.com)

KISSIMMEE, FLORIDA.–Idealmente, el gobierno de Puerto Rico no quisiera que nadie tuviera que dejar la Isla.

Pero, si decide emigrar, nadie debe hacerlo sin trabajo en mano o recursos suficientes para aguantar meses de búsqueda de empleo, según la representante del gobierno de Puerto Rico en Florida.

“Tienen que tener un plan y (sobre todo si vienen sin trabajo) por lo menos seis meses de fondos para sobrevivir”, dijo  Betsy Franceschini, directora regional de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (PRFAA).

En momentos en que cerca de 50,000 personas abandonan cada año la Isla, crece el número de puertorriqueños que llega a la Florida central sin tener resuelto cómo va a ser su vida en esta zona.

Franceschini -cuya oficina en Kissimmee ha atendido a más de 8,300 personas desde agosto de 2013-  ha manejado recientemente casos en los que gente que tenía trabajo en la Isla ha renunciado para empezar de cero en Florida.

Una encuesta reciente de la firma Gaithier reflejó que el 78% de los que asistieron a una feria ExpoFlorida en San Juan porque querían mudarse a Florida, tenía trabajo y la mayoría un grado universitario.

Entre los boricuas de la zona de Orlando y Kissimmee, sin embargo, solo el 18% tiene por lo menos un grado de bachillerato, según los datos más recientes del Censo federal.

La apertura del parque de diversiones Disney World, en 1971, fue el factor que desencadenó un aumento, a partir de la década de 1980, en la emigración hacia Florida. Se trató de una emigración centrada en la industria de servicios, mucho trabajador de bajos salarios, ingenieros que se fueron a trabajar a la NASA, maestros bilingües para enseñar a la creciente educación hispana y personas dedicadas al comercio.

En Florida, ya hay casi un millón de boricuas. En todo Estados Unidos superan los 5 millones.

Franceschini dijo que hay  un alza significativa entre los puertorriqueños que llegan a Florida para poner en marcha su  negocio.

El perfil del emigrante puertorriqueño, preparado por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, señala que los que se van tienen más o menos las mismas características sociodemográficas de los que se quedan.

Un estudio reciente del investigador Kurt Birson, del Centro de Estudios Puertorriqueños del Hunter College, destacó que los números del Censo reflejan que mientras el 30% de los residentes de Puerto Rico trabaja en puestos de gerencia, administración comercial, ciencias y artes, el porcentaje baja a 27% entre los boricuas de Estados Unidos.

La excepción importantísima en torno al perfil del emigrante boricua radica en que los que se van “son principalmente personas en edad laboral, entre 18 años y 44 años”, indicó el profesor de antropología Jorge Duany, experto en asuntos del Censo y director del Instituto de Investigación Cubana en la Universidad Internacional de Florida.

Hay dos tipos de migrantes boricuas, muy presentes en la zona de Orlando y Kissimmee: los que vienen de la Isla y los que llegan de estados   del noreste de Estados Unidos.

A esos dos tipos de migrantes boricuas les une la comida, la salsa y su identidad, pero en ocasiones los puede separar el idioma y la atención que le dedican a los asuntos de Puerto Rico.

Muchos de los entrevistados se informan por El Nuevo Día se levantan pegado a la prensa , la radio y la televisión de la isla.

“Esta última oleada que sale de Puerto Rico de la década de 1990 en adelante – afirmó el profesor Duany -, está muy apegada a Puerto Rico. Son personas que emigran como adultos, que tienen su memoria en la Isla. Los de segunda generación no necesariamente tienen contacto con la Isla. Están más aclimatados o integrados a la vida en Estados Unidos”.

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