EL VOCERO / Archivo

Como anillo al dedo ha venido a los estrategas del PPD la controversia sobre el IVA. Toda la atención del Pueblo y de los medios se ha volcado hacia este asunto, que parece indicar será enmendado o descartado ante la repulsa general recibida. La atención desviada favorece el nombramiento de Liza García como Presidenta de la CEE y los intentos de ésta y su partido de incorporar al sistema electoral de Puerto Rico métodos ajenos a la pulcritud y confianza de nuestro sistema democrático.

Más que el PNP, el PPD es un partido de brillantes estrategas políticos y de personas sagaces y conocedoras del complejo sistema electoral nuestro. Ejemplo elocuente es que el PPD nombra a una mujer para hacer lo que un hombre, tal vez, no se atrevería. Hecho que abona a mi tesis personal de que la mujer supera por mucho al hombre; más filosófica, según expresara Adolfo Bioy Casares, y mejor sentido del humor, como me hizo ver una vez Guillermo Álvarez Guedes.

Este operativo va dirigido a desarticular toda posibilidad de fiscalización de parte de los partidos en la CEE y consolida la totalidad del poder para administrar elecciones en la primera Presidenta de la CEE, nombrada sin el consenso requerido, por ser la primera ex Comisionada Electoral del PPD nombrada para ese puesto. Lo que nos hace recordar el sistema de dictadura electoral que impera en Venezuela, algo exógeno a nuestra cultura democrática y fenómeno nunca visto en ninguna jurisdicción americana.

Nuestro sistema electoral depende del consenso de todos los partidos; elemento que le da confiabilidad y fortaleza a la administración de elecciones. Con las actuales movidas se administrarían elecciones por primera vez en la historia sin el consenso tradicional y requerido de todos los partidos políticos inscritos. Unilateralmente, buscando una ventaja espúrea para perpetuar un gobierno que evidentemente no tiene el respaldo de sus ciudadanos.

La nombrada presidenta de la CEE fue la persona responsable que hoy día no haya un sistema de escrutinio electrónico en Puerto Rico. Con vericuetos electoreros retiró el consenso del proyecto de la pasada administración y lo paralizó en los tribunales con el hoy Comisionado Electoral, Guillermo San Antonio, como parte de su equipo de abogados. Sin embargo, sospechosamente ahora toma otra iniciativa como parte de su presidencia.

Tras intenso cabildeo de Sila Calderón y Eder Ortiz representando a la compañía española Indra y la venezolana Smartmatic con el respaldo de Conny Varela, padrino a su vez de Liza Garcia, ésta y sus amanuenses electorales removieron el requisito de certificación federal que garantiza confiabilidad. Siendo la CEE una agencia que recibe fondos federales.

Esta administración quiere traer el desprestigiado sistema venezolano donde el régimen chavista se perpetúa en el poder. A su vez, reparten contratos de $30 millones a quien tenga el mejor cabildero. Dicen que por esta oscura vorágine se dio la renuncia de Eder Ortiz y del pasado Presidente.

Liza García incurre en la misma práctica del renunciante Presidente, firmando contratos millonarios a correligionarios sin llevarlos a voto unánime de la CEE, según la ley. Por eso, las querellas sometidas ante la Oficina del Contralor y el secretario de Justicia. Mientras al PNP le han cortado todos los contratos, limitando su capacidad de fiscalización. Ya sabemos qué nos espera. Dios nos coja confesados.

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Algo sobre el PNP debe saber el Partido Popular que acaba de nombrar a Liza García Vélez como Presidenta de la Comisión Estatal de Elecciones. Tal vez y entre otras cosas, el Partido Popular entiende que con el nombramiento de esta persona logra su propósito de entretener la retina de la principal facción adversaria dentro de la CEE. Eso por un lado.

Por el otro, la nombrada responde enteramente al Partido Popular. Su lealtad y obediencia es al partido que la nombró, pues ella era la Comisionada Electoral interina luego de la salida de Eder Ortiz. O sea, el Partido Popular sabe que quién cuenta los votos es de mayor valía que mil papeletas dentro de una urna, y a eso obedece que haya nombrado a una persona que fungió como Comisionada Electoral y no a un juez, como siempre se ha hecho.

El nombramiento se hizo sin tomar en consideración el consenso histórico que se ha dado en la CEE para los nombramientos de presidentes de esta entidad y que ha servido de fundamento al proceso democrático en Puerto Rico. Crea sospechas, que la nombrada favorece ahora el escrutinio electrónico cuando en el pasado era firme opositora del mismo.

La nombrada favorece las enmiendas a la ley electoral que incluye los pivazos, el conteo de papeletas en blanco para propósitos de los porcientos obtenidos, quintas columnas en procesos electorales de diversa índole y aplazar la fecha de las primarias para junio de 2016 para que tenga efecto detrimental dentro del PNP. Sobre esto último, el Partido Popular sabe que hay un posible resultado de la primaria que podría activar el antirossellismo dentro del PNP, como en los demás partidos. Y la propuesta de incluir a los indocumentados otorgándoles el derecho al voto. Todo esto es una especie de ‘gerrymandering’ a nivel colonial.

Liza García Vélez, es la primera mujer en Puerto Rico en presidir la CEE, primera mujer en ser Comisionado Electoral del PPD, y la primera persona nombrada a la presidencia sin el consenso de todos los partidos políticos y esto tras la primera renuncia de un Presidente de la CEE; el exjuez del Tribunal de Apelaciones, Angel González Román. O sea, primero que nunca terminó su mandato. El consenso es un factor que otorga confiabilidad y credibilidad a los procesos electorales.

También, Liza García Vélez, tendrá como uno de sus primeros actos oficiales, a escasos nueve meses de empezar el proceso electoral –la radicación de candidaturas comienza el 1 de diciembre  de 2015-, el sacar de su puesto al Secretario de la CEE, Walter Vélez; funcionario nombrado por los Comisionados Electorales por unanimidad, y que incluye al pájaro dentirrostro, Eder Ortiz.

Se comenta ‘sotto voce’ dentro de la CEE que la nueva presidenta usará una interpretación baladí de una de las enmiendas que le hicieron a la Ley Electoral, de las muchas para poder ganar las elecciones en las mesas y no en las urnas. El subterfugio inconstitucional será que el nombramiento de dicho puesto de Secretario es facultativo de la presidencia de la CEE y optará por nombrar a un hermano de sangre política como si se tratara de un puesto de confianza, lo que devendrá en desconfianza ante la opinión pública.

El nombramiento de Liza García Vélez es un verdadero asalto a la democracia puertorriqueña.