Todos los parchos que se están discutiendo para continuar vistiendo de seda a la mona del ELA, nada resolverán. Mientras los ciudadanos americanos de Puerto Rico tengan que continuar viviendo con las desventajas, las limitaciones, la desigualdad y la falta de derechos que nos impone este estatus colonial, todo empeorará. En el ELA no hay tabla de salvación, lo único que hay y habrá es más de lo mismo.
Si lo que se busca es ganar un poco más de tiempo para arrastrar presupuestariamente a este desgobierno a las próximas elecciones, entonces pueden continuar hablando de quiebras, renegociaciones de deudas, refinanciamientos de embrollas, más préstamos y más impuestos como el IVA. El resultado final, sin embargo, está escrito en piedra. El espejismo colonial –Lo Mejor de Dos Mundos- se acabó.
Si lo que se busca es una solución completa y verdadera, entonces el único camino es la estadidad. Hay que echar a un lado la mitología ‘nacionalistoide’, el complejito de que somos distintos a otros seres humanos. Hay que echar al canasto los cuentos ‘mete-miedo’ de que aceptar la igualdad como ciudadanos americanos nos haría desiguales; y que tener más derechos y beneficios como ciudadanos americanos nos haría más pobres. La quiebra que hoy padecemos está cimentada en décadas de miedos, contradicciones y complejos coloniales como esos. Nuestra realidad, sin embargo, es que nuestra vida familiar y como pueblo está perpetuamente vinculada a nuestra ciudadanía americana. Pues entonces, aceptemos que la mejor manera de disfrutar esa ciudadanía es con la igualdad de la estadidad.
En este mismo espacio he demostrado muchas veces que los estados de la Unión que tienen poblaciones similares a la de Puerto Rico reciben el doble de fondos federales que esta colonia y nadie los llama “estados de mantengo”. Todos esos estados tienen tasas contributivas mucho más bajas que el ELA; mucha más gente empleada que en el ELA; salarios más altos que en el ELA; un costo de vida menor que en el ELA; tres veces menos pobreza que en el ELA; más presupuesto, servicios y beneficios que en el ELA; menos deuda pública que en el ELA y una actividad económica que duplica y hasta triplica la del ELA. ¿Por qué están mejor? ¿Porque hablan inglés? ¿Porque sus temperaturas son más frías que las nuestras? No. Están mejor que nosotros porque son ciudadanos americanos que viven con la igualdad de derechos, responsabilidades y beneficios de la estadidad.
Si durante los últimos 10 años cualquiera de esos estados hubiera sido un territorio colonial como Puerto Rico, carecido de la mitad de los fondos federales que hoy reciben, sin tener los poderes políticos del voto presidencial y la representación congresional, les aseguro que su situación sería igual o peor que la que estamos sufriendo en Puerto Rico. Por lo tanto, el problema estructural de Puerto Rico es el colonialismo, la ausencia de la estadidad. En esta colonia, por ejemplo, durante los últimos 10 años el ELA impidió que Puerto Rico recibiera más de $130 mil millones en fondos federales. Se fueron por el chorro de la desigualdad colonial. La pregunta es: ¿si durante estos últimos 10 años Puerto Rico hubiera sido un estado con esos $130 mil millones adicionales, estaríamos en medio de esta crisis, de esta quiebra? Definitivamente, no. No se habría incurrido en tantos préstamos para tratar de aparentar que la colonia vivía como un estado.
Insisto, la inmensa mayoría de los 37 antiguos territorios de los Estados Unidos que hoy son estados, tuvieron que luchar para lograr la igualdad con la estadidad. La estadidad no se le regala a nadie y tampoco se otorga por invitación. La estadidad tampoco depende de lo que digan algunos prejuiciados en Washington DC. Esos los ha habido durante más de 200 años y ahora los hay menos que antes. Frente a esos, todos los que exigieron la estadidad tuvieron que luchar y la lograron. Siempre ha habido esa resistencia y esos prejuicios a nuevos estados y siempre ha tenido que ceder. Hay grandes luchas vencedoras como las que tuvieron que dar los ciudadanos de Tennessee, Michigan, Iowa, California, Oregón, Kansas, y Alaska, entre otros para lograr la estadidad. Todos vencieron porque presionaron con fuerza, sin complejos. Triunfaron en tiempos difíciles, antiguos, cuando había mayores prejuicios, cuando hasta comunicarse con Washington tardaba meses o semanas.
Al antiguo territorio de Utah, por ejemplo, en Washington DC le hicieron la vida imposible a su petición de estadidad. En la capital federal se argumentaban muchas excusas para ese rechazo. La excusa final, las más fuerte, era de carácter religioso. Los prejuiciados de entonces alegaban que no debía aceptarse un estado, oiga usted, porque la iglesia mormona de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dominaba en ese territorio y patrocinaba la poligamia. Los ciudadanos de Utah, sin embargo, no se dejaron amilanar ni se acomplejaron. Dieron la lucha y se convirtieron en estado en 1896.
Las luchas por la igualdad en nuestra nación han sido grandes y variadas. Todas han vencido cuando se tiene a la mano la ciudadanía americana; cuando se dan con la razón; cuando se presiona con fuerza y sin complejos. Así también ocurrió con las luchas que dieron los afroamericanos, las mujeres por su derecho al voto y muchos más. Todos vencieron.
Puerto Rico es colonia porque alguna gente ha caído en la subcultura de la actitud conformista, ‘nacionalistoide’ y los miedos que los líderes colonialistas y separatistas han inculcado. Ahora, desgraciadamente, todos estamos pagando las consecuencias desastrosas del colonialismo.
Hoy, es mucho más fácil lograr la estadidad, pero depende de la voluntad y el sentido de lucha de los puertorriqueños. Nuestra nación ha evolucionado. Los prejuicios y los prejuiciados se han reducido. Los medios de comunicación facilitan cualquier trámite entre la Isla y Washington. Tenemos una isla con más ciudadanos americanos que 25 estados. Tenemos un ordenamiento constitucional y una tradición democrática en el contexto del federalismo americano. Tenemos una infraestructura pública, económica, comercial, bancaria e industrial muy superior, proporcionalmente, a la que tenían todos los 37 territorios cuando se convirtieron en estados. Estamos listos para la estadidad, para aportar y recibir lo que nos corresponde en igualdad, pero tenemos que exigirla con fuerza y sin complejos coloniales.
El IVA, la Crudita, los otros 80 aumentos contributivos que este desgobierno le atosigó al pueblo, ni la declaración de la quiebra federal o criolla podrán salvar esta colonia. Para qué rayos seguir abusando de este pueblo y marginando su calidad de vida. ¡Estadidad ahora!
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