Winston Churchill le dijo a Inglaterra que solo le podía prometer sudor, sufrimiento, sangre y lágrimas cuando dirigió el esfuerzo contra el gobierno nazi de Adolfo Hitler. El gobernador Alejandro García Padilla hablaba de un nuevo amanecer y con cursilerías pretendió que el pueblo le creyera a lo “Alejandro Coelho”.
Una periodista me preguntó cuando estaba promocionando mi libro si yo “me creía el mesías”, el “rescatador” de Puerto Rico. Le dije que obviamente no, pero ¿qué tiene de malo que un joven quiera rescatar a su país? ¿Acaso no deberíamos aspirar a que todos/as nos pongamos como misión enderezar esta hermosa isla?
Tuve la bendición de salir del barrio Jagual de San Lorenzo y estudiar en la UPR en Mayagüez y Río Piedras. Poco a poco me di cuenta de todas las lagunas y desconocimientos que tenía y que aún tengo. Sin duda, nuestra educación nos ha fallado burdamente en general, con sus claras excepciones.
La razón por la que trato de explicar cosas básicas tantas veces es porque me di cuenta de que no son básicas na’. Me di cuenta de eso cuando me gradué de bachillerato sin saber bien lo que era “la madurez” de un bono, aunque estudié finanzas. A pesar de las dos clases de derecho mercantil en bachillerato, no vine a comprender bien lo que es la Constitución hasta que estuve en la Escuela de Derecho. Aunque era un estudiante “de honores”, me gradué sin saber invertir en el mercado, formar mi propia empresa, hacer un resumé, que caraj#$%%$#, no sabía hacer un presupuesto personal responsable. Claro, hay gente que innatamente tiene estas herramientas y destrezas, pero la mayoría no somos Luis Balbino, el niño genio de Moca.
Admito que no sé nada de química, física y menos de biología. Por ello siempre que alguien me habla de esos temas parezco un niño tratando de absorber. Ni les cuento lo que me pasa cuando escucho literatura, poesía, descripciones artísticas del cuerpo, del amor, de la pasión. Me cautivan los tesoros escritos, las letras que enternecen, el papel cual lienzo que corta la razón y te hace soñar.
Aunque soy abogado nunca tuve que “lograr” una patente, ni sabía bien lo que era hasta que lo busqué por mí mismo. Realmente, estoy seguro de que a ti te ha pasado también. La universidad te enseñó poco del mundo real. Lo que realmente dominas lo tuviste que aprender por ti mismo. Buscando en libros, textos, en Google. Si realmente quieres saber de algo, no te queda de otra que ir más allá de la clase y convertirte en autodidacta. La curiosidad intelectual que genera sensibilidad es la cualidad más admirable que puede tener una persona. Ni hablar de lo sexy que es una chica con ello.
Llevo tres semanas intentando conseguir unos datos que sé que pueden poner en contexto para mucha gente lo que realmente está pasando en este país. Sí, sé que te ha pasado que cuando estás solo no llega ni una y cuando llega una llegan todas a la vez.
El dicho de que la comida del pobre llega toda junta es tan cierto como que la macacoa también llega toda junta. A Puerto Rico le llegó la macacoa porque hicimos exactamente lo mismo con todo lo que teníamos. En absolutamente TODO nos pusimos a gastar dinero que no teníamos y si lo teníamos para construir la obra, no teníamos para mantenerla operando. Eso lo resolvimos cogiendo prestado a través de un instrumento brutal, pero peligroso llamado bonos. El problema de los bonos es que hay una cosa que se llama “la madurez” o el vencimiento. Los bonos y notas se emiten casi siempre por 10, 20 o 30 años.
El entonces gobernador Rafael Hernández Colón cogió $700 millones en bonos para la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en junio de 1985 a 5% de interés ($35 millones al año). La AEE tiene que sacar de su presupuesto cada año $35 millones. En 1986, $35 millones; en 1987, otros $35 millones; en 1988, $35 millones, etc., hasta que en 2015 hay que devolverle al bonista $700 millones (hay excepciones, pero no viene al caso eso ahora). Resulta que todos los gobiernos que hemos tenido y casi todos los del mundo lo que hacen es que nunca pagan esos $700 millones, sino que los sigue refinanciando para así solo pagar intereses y no tener que sacar de un cantazo $700 millones (hay excepciones, pero esta es la regla general).
El problema es que cuando no puedes volver a coger otro préstamo ¿de dónde vas a conseguir esos $700 millones de un cantazo, de ahora para ahora? Ese es el verdadero problema que tiene Puerto Rico hoy. No es tanto la deuda, es que no puede refinanciar para no tener que enfrentarse a esa montaña del principal de ese bono cada vez que vence uno. Los bonos no son como la hipoteca de tu casa, que vas pagando el principal poco a poco, lo que llaman amortización. Esto se hace así porque es la forma más barata de conseguir muchos millones/billones de dólares.
Llevo tres semanas pidiéndole al Gobierno que me de los detalles del vencimiento de los bonos, las líneas de crédito, los “trans”, préstamos y cualquier otra deuda que venza desde ahora hasta el 2017 para que el pueblo comprenda el tostón que enfrentamos. Sin embargo, pasaron tres semanas y no me consiguieron los datos y cuando finalmente los consiguieron lo que me dieron fue algo que ya yo tenía, que era el pago del servicio de la deuda sin detalle alguno adicional. Me dio coraje, pero sobre todo frustración. Esa información es pública, tengo amigos que me la pueden conseguir, pero no voy a poner a amigos del mundo de las inversiones a pasar horas buscando datos que el Gobierno debería tener publicados en la página central del Banco Gubernamental de Fomento (BGF).
Probablemente, el pueblo comprendería mucho más la situación a la que nos enfrentamos si tan solo se le dieran las herramientas para comprenderla. Por ejemplo, el 28 de febrero de 2015 teníamos $1,227 millones en caja. Tenemos que pagar para junio $900 millones de préstamos del gobierno central; $696 millones de la AEE para hoy en unos préstamos bancarios y otros $702 millones de esa corporación pública a los bonistas para junio de 2015; $200 millones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA); $292 millones de la Autoridad de Carreteras para septiembre de 2015 y las otras misas sueltas o que hay como que se queden sin cash la Administración de Seguros de Salud (Ases), Educación, el Centro Médico (que pasa bastante a menudo). Ese es el problema, que pagar el vencimiento de esos préstamos es un tostón más grande que la escolta de Jaime Perelló. Lo que vamos a ver hoy en la AEE y los bonistas es solo el comienzo y una muestra simple de lo que pasará próximamente en casi todo el Gobierno si no arreglamos esto ya.
¿De dónde puñ$%Y%$ vamos a sacar el dinero? Pues antes refinanciábamos como hace el resto del mundo, pero sin crédito y sin quien nos preste… difícil. Mientras seamos parte de Estados Unidos esto lo deciden los tribunales federales y hasta hoy siempre han decidido que hay que pagar la deuda y punto, a no ser que los bonistas voluntaria y unánimemente lleguen a acuerdos con el deudor. Pregúntale a Argentina si pudo hacer eso. No creo que la prensa o el Gobierno deben engañarte para que no te vayas de la Isla; creo que si el Gobierno te dice la verdad y genuinamente te explica cada punto te vas a quedar y vas a luchar por levantar a tu país, con el honor de ser la generación que reconstruyó esta isla. Ese es el reto; lamento que el gobernador deje pasar de largo tan brutal oportunidad.
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