Cuando estuve en Bayamón para la actividad de Jeb Bush, auspiciada por el Partido Republicano de Puerto Rico, vi algo que creo me marcará para siempre. Algo que nunca había visto en nuestra política, pues desde muy niño he estado en actividades de esta naturaleza cuando mi padre me llevaba a ellas. Un hombre bastante mayor, sobre los setenta años, se le acercó a Jeb y estiró la mano para saludarlo. Se quedó varios segundos esperando que Jeb Bush lo viera y le correspondiera el saludo. Era un señor muy humilde que de seguro es una persona jubilada. Cuando Jeb Bush se da cuenta que hay una mano que espera sea reciprocada en el saludo da un giro rápido y estrecha fuertemente y con mucha atención la mano del contertulio, al que posiblemente no verá jamás en su vida y el que, muy probable, no podrá votar por él en las elecciones generales de los Estados Unidos por no haber en Puerto Rico el derecho al voto presidencial. Jeb Bush lo mira a los ojos, con agradecimiento, y le dice: «Gracias por lo que ha hecho por nuestro país.» El hombre quedó impresionado. Comento esto, porque anoche le decía a Marielena y a José que algo parecido podemos hacer nosotros cada vez que vamos a algún pueblo y nos enocntramos con nuestros hermanos en el Ideal. Por lo menos Pedro Pierluisi y José Aponte, que son presidente y secretario, respectivamente, y son los que tienen la responsabilidad de administrar el PNP. Una frase simple, pero que llega al corazón, puede ser elaborada en los siguiente términos: «Gracias por lo que has hecho por nuestro partido,» y, en algunos casos, dependiendo las circunstancias: «Gracias por lo que has aportado y hecho por la Estadidad.»