Suministrada

Carlos Romero, Jr./ Abogado y CPA

Los bonos de Puerto Rico no aguantan más agua. Los bonos ascienden aproximadamente a $73 billones, sin incluir las obligaciones de los fondos de retiro de los empleados del gobierno estatal. Moody’s Investor Service (13 de diciembre de 2012) reportó que las obligaciones de retiro exceden los activos por $33 billones. (Y en la prensa recientemente reportaron una deficiencia de $34 billones.) Cualquiera puede notar que la deuda combinada asciende entre $106 y 107 billones. Este número incluye los bonos de los municipios y el de las agencias de gobierno estatal que tienen su propio presupuesto).

La economía de Puerto Rico (incluyendo todas las actividades de todos los sectores) generó aproximadamente $103 billones en el 2014 (lo que se conoce como el Producto Interno Bruto).

Para entender el impacto de la deuda global del gobierno de $106 billones, piense que se le requiere al gobierno, para saldarla, la suma total del producto doméstico bruto de un año completo, o sea, $103 millones, más $3 mil millones adicionales. Sabemos que eso no es práctico y que no va a suceder.

El presupuesto del gobierno, definitivamente, tampoco alcanza. El presupuesto anual del Fondo General es alrededor de $9.6 billones y el presupuesto consolidado es de alrededor de $28 billones. Este presupuesto obviamente, no provee margen para repagar la deuda y obligaciones que ascienden a $106 billones. Eso es obvio. Sobre todo, porque el gobierno actual rehúsa reducir el presupuesto de gastos en una cantidad significativa.

Por el contrario, el gobierno anda buscando financiamiento por medio de venta de más bonos en el mercado para tratar de cubrir una deficiencia presupuestaria (la cual incluye pago de intereses a los inversionistas). De lograr la venta de bonos, la deuda pública seguirá incrementando y empeorando la crisis financiera gubernamental.

Recientemente, el gobierno emitió $246 millones de bonos de PRIFA, a una tasa

de interés al 8.25%. Si los refinanciamientos futuros del gobierno van a ser, por medio de ventas de bonos al 8.25% o una tasa mayor, entonces los bonos del gobierno, cuyo principal asciende a $73 billones, pagarán, en intereses solamente, billones de dólares adicionales en intereses sobre las cantidades refinanciadas, lo cual aumentará la proporción del pago de la deuda en el presupuesto anual.

Para entender la gravedad de la situación financiera del gobierno, se debe notar que si el gobierno no tuviera gastos, con un ingreso presupuestario anual de $9.6 billones, utilizado únicamente para repagar la deuda de $106 billones tomaría casi once años. Y esto es sin contar los intereses que acumulan los bonos emitidos y las obligaciones que el fondo de retiro sigue acumulando, sin pagar o contribuir al fondo. (Funds Society reportó, el 16 de septiembre de 2013, que Puerto Rico solo ha pagado al fondo,11.2% de las obligaciones actuariales de los fondos de retiro.)

Debido a esta situación (entre muchos factores negativos de la economía de Puerto Rico), Moody’s, Standard & Poor’s, y Fitch, han clasificado en “junk status” los bonos de Puerto Rico. Y es por esta razón que la tasa de interés, subió a 8.25%-un nivel altísimo.

Comparemos la situación del gobierno al siguiente ejemplo hipotético. Asuma que usted tiene un sueldo de $100,000 y una deuda hipotecaria de $200,000 gravando su residencia (valorizada en $200,000). Sus gastos anuales (con las contribuciones sobre ingresos) son $100,000, sin incluir los intereses hipotecarios. No le queda otra opción que tomar prestado de un tercero a una tasa mayor que la de su hipoteca residencial. El próximo año, su sueldo sube a $105,000, pero sus gastos (excluyendo los intereses acumulados, suben a $110,000, sin contar los intereses hipotecarios y los del préstamo del tercero. Al no poder pagar estos intereses y no conseguir quien le preste, usted decide usar las tarjetas de crédito con una tasa de más de 20%. Al tercer año la deficiencia presupuestaria sigue escalando aún más, hasta que su rango de crédito es negativo. Ya no puede conseguir quien le preste, y no puede cumplir con los pagos de intereses; ni los del préstamo hipotecario, ni los del préstamo del tercero,

ni los de las tarjetas de crédito. Y olvídese del principal de las deudas, porque el sueldo no alcanza para pagar lo adeudado, ni ahora, ni nunca.

Así se encuentra Puerto Rico, hundiéndose con todos sus bonos- sin boya que lo pueda mantener a flote.