Diez días antes de que el gobernador AGP durante la madrugada del jueves 30 de abril recibiera la derrota de su proyecto emblemático de Reforma contributiva con IVA, el Exgobernador de Nueva York George Pataki se reunió con AGP y le hizo la siguiente serie de sugerencias que este último obviamente no entendió y las obvió: Tratar la crisis con honestidad. Convocar a todo el liderato a trabajar juntos por Puerto Rico. Las medidas impositivas tienen que ser sencillas y fácil de explicar y de entender. Crear un clima favorable para la inversión de la empresa privada. Llevar la AEE al siglo 21 consiguiendo que la empresa privada invierta en proyectos de energía renovables que elimine la dependencia del petróleo.
Luego de esa primera derrota en la Cámara de Representantes, el gobernador colérico y en actitud inmadura y vengativa culpó a los seis disidentes de su partido por la derrota y pidió sanciones para ellos. Pero como mecanismo para presionarlos para que cambiaran su voto procedió a divulgar la malsana estrategia de crear alarma y pánico en el pueblo mediante la amenaza de implantar improvisados y salvajes recortes presupuestarios para instrumentalidades fundamentales del gobierno.Entre ellas recortarle 20% al presupuesto de la UPR.
Ante esta situación el Presidente de la UPR Uroyoán Walker sintió la necesidad de oponerse a ello, a pesar de que se sabe que en la Universidad hay mucha grasa de donde cortar. Recurrió a algo que él cómo exlíder Fupista estaba acostumbrado a hacer, participar en manifestaciones y marchas de protesta. En lugar de sentarse con el gobernador y el liderato legislativo para dialogar sobre el asunto y probar- si era posible- el daño de esa amenaza, recurrió a organizar, promover y financiar manifestaciones de protesta de toda la comunidad universitaria. Acción peligrosa e irresponsable por parte del Presidente. Para ello le otorgó el día libre y transportación a la comunidad universitaria a un alto costo institucional. Se calcula que cada día que no opera la Universidad su costo es de $2 millones.
El presidente Uroyoán no es ningún párvulo pues como líder de la FUPI que ha sido, sabe que en esas protestas se infiltran elementos que promueven el desorden y la violencia para adelantar sus causas.
Entre los manifestantes en la concentración del capitolio estaban los violentos revoltosos de siempre. Una vez concluida la actividad del Capitolio los manifestantes se movieron hacia la Fortaleza y allí dieron una demostración de lo que saben hacer: usar la fuerza y la violencia para tratar de imponer su criterio. Hubo confrontación, forcejeos, empujones con la policía y hasta se detonó una bomba de fabricación casera.
El presidente Walker expuso a los estudiantes al riesgo de haber sido agredidos en un motín. Una cosa es que los estudiantes motu proprio organicen y lleven a cabo manifestaciones y se expongan ellos- bajo su propia responsabilidad- a los riesgos y otra cosa es que la gerencia universitaria los estimule y propicie el exponerlos a ello.
Después de un grupo de estudiantes reunirse con AGP – entre los que se encontraba uno de los revoltosos que había sido suspendido de la UPR permanentemente y que la presente administración premió reinstalándolo- a la salida se reafirmaron en que seguían vigentes los paros pautados en los distintos recintos puesto que no lograron un compromiso del gobernador respecto a no recortar el presupuesto de la Universidad. Como otra acción para presionar e intimidar al gobernador, los estudiantes cerraron la Universidad por los dos días siguientes con el concebido costo que esto conlleva.
La presión de las marchas, la manifestación violenta frente a la Fortaleza y el cierre de la Universidad tuvieron el efecto de intimidar al gobernador. Este liberó a la Universidad de los recortes que se habían anunciado. Esa estrategia promovida y avalada por la administración universitaria ha sentado un nefasto precedente que va en contra de los objetivos de la Universidad de utilizar el “dialogo creador” para resolver “democráticamente sus problemas”.
Lo increíble de todo esto es que ha sido la propia administración universitaria la que ha auspiciado, promovido y avalado esta metodología para conseguir supuestos objetivos institucionales. Esto nunca se había visto.
Estos sucesos nos mueven a llamar la atención respecto a lo que se está fraguando en la UPR con aval de una administración de izquierda simpatizante del Chavismo; convertirla en enclave o trinchera para ser punta de lanza en la lucha contra la estadidad, ante un anticipado cambio de gobierno en el 2017 con un giro del pueblo hacia la estadidad. Alerta pueblo, alerta.
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