¿Está preparado el Estado para atender la explosión de adultos mayores?
Esa es la interrogante que muchos profesionales de la salud, gerontólogos, personas de edad avanzada, funcionarios públicos y líderes cívicos y de organizaciones sin fines de lucro contestan con un “No”. Y, ante ese escenario, plantean que el gobierno tiene que agilizar un cambio de visión y políticas públicas para atender a una población en aumento, pues el Negociado del Censo proyecta que para el 2050, casi 40 de cada 100 residentes en Puerto Rico tendrán 60 años o más. Pero también afirman que no se puede esperar por el gobierno y hay que buscar alternativas comunitarias que atienden los problemas de aislamiento, servicios en el hogar, acceso a los servicios y transportación, entre otras.
“Ya estamos aquí. Estamos dondequiera, con nuestras necesidades”, destacó Marta Rivero, profesora de la Escuela de Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, luego de destacar que tiene 60 años.
Fue durante la charla que ofreció ayer en el foro “Viviendo el Envejecimiento Activo”, organizado por el Departamento de la Familia y la Organización AARP, que Rivero preguntó, “¿está el Estado preparado para asistirnos a todos nosotros con dignidad? ¿Para tener acceso a más servicios? ¿Para mantenernos funcionando integrados en la sociedad? ¿Para promover una vida activa? Porque un envejecimiento activo presupone todo eso y si eso no está in place, de qué envejecimiento estamos hablando?”.
Como parte de la respuesta que debe ofrecer el Estado, en conjunto con los profesionales de la salud y la sociedad, está cambiar el paradigma de que las enfermeras solo están para tomar órdenes de los médicos. Rivero destacó que en Puerto Rico hay 65,000 enfermeras con diversos niveles educativos, que incluyen grados asociados, bachilleratos, maestrías con especialidades y doctorado en práctica avanzada.
“Tomamos decisiones claves en el servicio de salud”, manifestó la catedrática, que reclamó que el modelo jerárquico de prestación de servicios de salud tiene que cambiar para que los médicos y otros profesionales trabajen en colaboración con las enfermeras, en igualdad de condiciones.
Rivero lamentó que lo que ocurre actualmente es que las enfermeras, “lamentablemente, no somos parte del equipo, ni planificamos (el cuidado de salud del paciente) ni vemos los resultados. He estado como ocho veces en el hospital y la transición del hospital a mi hogar la he hecho yo, porque lo que dan es un papel que dice: ‘si tiene fiebre, venga, llame a su médico’. ¿Cuál? Si allí me atendió un equipo de médicos”.
Durante su charla, Rivero presentó fotos de personas que no pueden caminar y de otras que hacen ejercicios y recordó que los profesionales de enfermería están capacitados para evaluar y tratar a las personas de forma integral, y para lograr que las personas se mantengan o vuelvan a ser funcionales. De hecho, destacó que es importante recordar que las incapacidades de las personas de edad avanzada muchas veces son resultado de los estilos de vida pasados, por lo que es importante enfatizar en la prevención y promoción de la salud en la población desde que son niños.
Respecto a las incapacidades, la secretaria del Departamento de Salud, Ana Ríus, reveló que en Puerto Rico hay 198,000 adultos mayores incapacitados y 77,000 que necesitan tener una persona a su lado permanentemente.
Con nueva visión Vivienda. Además de la salud, la vivienda para adultos mayores es otra de las necesidades urgentes que hay que atender en la Isla. Con eso en mente, el Departamento de la Vivienda comenzó hace unos años a planificar y viabilizar la construcción de égidas y esta administración ha reforzado esos planes de manera más firme. Actualmente, hay 44 égidas en la Isla, en los que hay 3,667 unidades de vivienda. Además, hay otras cinco égidas en proceso de construcción, que representan 535 unidades de vivienda adicionales y que deben estar listas entre este año y el 2016, explicó Zuleika Hernández, secretaria auxiliar de Subsidio y Desarrollo Comunitario de Vivienda.
Para el pago de la renta de esas unidades de vivienda, dirigidas solamente a personas de edad avanzada, se reciben subsidios mediante la Ley 173. Pero esa agencia también ofrece alternativas de Plan 8 en otras 15 égidas en las que hay 1,415 unidades, así como en unidades de vivienda individuales.
Mientras que, para fomentar proyectos de vivienda en los que haya residentes de todas las edades, Vivienda planifica la inversión de $180 millones para promover la construcción de 1,000 unidades de vivienda en los terrenos donde antes ubicaron los residenciales públicos Puerta de Tierra, Gladiolas y Gautier Benítez.
Hernández anticipó que la petición de propuestas a los desarrolladores saldrá en septiembre y tendrá parámetros obligatorios para que, además de unidades multifamiliares, se incluyan unidades de vivienda diseñadas para personas mayores y/o con diversidad funcional, que cumplan con las exigencias de Plan 8, que son más estrictos, en torno al diseño del espacio. La idea es que sean viviendas en las que sus residentes puedan envejecer y mantenerse en su hogar el mayor tiempo posible.
“Queremos que en esos proyectos haya una comunidad, destacó la funcionaria.
Hernández destacó que la Ley 173 tiene fondos combinados y recibe $10 millones de la Lotería tradicional más 15% de las ganancias netas de la Lotería Electrónica.
Según el Plan Estatal de Vivienda, a mayo de 2014, había una lista de espera de 29,792 personas para vivienda pública y 7,955 para vales de la Sección 8, a junio del mismo año.
Modelo de vivienda comunitario. Precisamente, para promover que los adultos mayores vivan por el mayor tiempo posible en su casa, y reconociendo que el gobierno no lo puede hacer todo, es necesario ser creativos y buscar alternativas en otros lugares que tienen proyectos innovadores, dijo el director estatal de AARP en Puerto Rico, José Acarón. Hizo referencia a una encuesta que hizo esa organización en 2014 y que reflejó que el 87% de los participantes quiere mantenerse viviendo en su casa.
Acarón indicó que existen modelos de colaboración y red de servicios que hay que empezar a mirar. Presentó el modelo de los “Village” que se ha desarrollado en Estados Unidos, en el que una organización sin fines de lucro en la comunidad ofrece la coordinación de servicios a cambio de una tarifa. Estos grupos, que podrían ser las asociaciones de residentes en urbanizaciones o condominios, organizan un banco de recursos, para, por ejemplo, ofrecerle servicio de plomería, electricidad o limpieza a los residentes afiliados, entre otros muchos servicios.
Pero, además, promueve que residentes de la comunidad ofrezcan servicios comunitarios e intercambios de servicios, entre unos y otros. Un vecino puede llevar a otro al supermercado, a cambio de que el que se beneficia le haga gestiones por internet, por ejemplo.
“El fundamento inicial del modelo comunitario de ‘Villa’ es una mezcla de tomar lo que la comunidad ya ofrece y mezclarlo con sus esperanzas y sueños para el futuro”, señaló Acarón, cuya organización está tratando de organizar ese modelo en el área de San Patricio, en Guaynabo, donde la mediana de edad son 55 años.
Sobre los componentes principales de ese modelo, Acarón enumeró conectar a sus miembros entre sí con proveedores de servicios con tarifas que tendrán descuentos por arreglos hechos por la entidad que dirija el modelo; la promoción del voluntarismo; ofrecer una vida activa y saludable a la comunidad con actividades para ejercitarse; acceso a proveedores de cuidado en el hogar con descuentos, así como eventos educativos y de socialización.
El servicio es uno tipo “concierge” en el que hay personas encargadas de coordinar los servicios, pero para hacerlo hay diferentes modelos. Acarón explicó que para esa coordinación se pueden unir las asociaciones de residentes de varios condominios y urbanizaciones con el propósito de obtener mejores precios por volumen. También puede ser una organización sin fines de lucro independiente, administrada por personal administrativo y voluntarios, que tiene una Junta de Directores residentes y comités de trabajo. Este modelo promueve el trabajo voluntario para coordinar los servicios y necesidades de los miembros. También puede ser una organización que ofrece servicios a adultos mayores que expande sus servicios a ese nuevo modelo.
You must be logged in to post a comment Login