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Tsipras había pedido prolongar la vigencia del rescate, que expira el próximo martes, tras anunciar la convocatoria de un referéndum para decidir sobre la propuesta de acuerdo de las instituciones, rechazada por el Gobierno. (The Associated Press)

ATENAS – Grecia impondrá finalmente a partir de este lunes un control de capitales tras la decisión del Banco Central Europeo de no elevar los préstamos de emergencia a los bancos, hecho que llevó al primer ministro, Alexis Tsipras, a urgir nuevamente a sus socios a prorrogar el rescate.

Según informaciones bancarias, que el Gobierno no ha confirmado, los bancos permanecerán cerrados una semana y las retiradas de efectivo de los cajeros automáticos se limitarán a entre 100 y 300 euros ($110-$330).

Tan solo un acuerdo in extremis puede ahora evitar que Grecia entre en una dinámica similar a la vivida hace dos años en Chipre, con bancos cerrados durante doce días y unas restricciones al flujo de capital que se extendieron casi dos años, pero con consecuencias posiblemente mayores, pues Grecia es más grande y la crisis económica mucho más profunda.

En un mensaje televisado, Tsipras acusó al Eurogrupo de haber precipitado esta situación al haber negado a Grecia una prórroga del rescate para que «un pueblo soberano ejerza su derecho soberano de votar democráticamente», un decisión que calificó de «chantaje».

Tsipras había pedido prolongar la vigencia del rescate, que expira el próximo martes, tras anunciar la convocatoria de un referéndum en el que la ciudadanía deberá decidir sobre la propuesta de acuerdo de las instituciones (Banco Central Europeo, Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional), rechazada por el Gobierno.

El primer ministro había pedido «unos días» para dar tiempo a la población de ejercer su voto «sin presiones».

«La negativa de la prórroga conduce a (la aplicación de) medidas de restricciones bancarias en la retirada de depósitos», afirmó escuetamente Tsipras, quien pidió a la población «calma» y «sobriedad» en los próximos días.

El primer ministro aseguró que los depósitos de los griegos no corren riesgo y el pago de salarios y pensiones están garantizados.

Según Tsipras, la negativa de los ministros de la eurozona de conceder esta prórroga fue la que llevó al BCE a no elevar hoy el límite de créditos que pueden pedir prestados los bancos griegos.

El techo de estos préstamos se encuentra actualmente en unos 90,000 millones de euros ($110,512 millones) un monto que, según los medios, prácticamente se ha alcanzado.

En un intento de evitar males mayores, Tsipras envió hoy una carta al presidente del Consejo Europeo, a los 18 jefes de Gobierno de la eurozona, así como a los líderes de las instituciones y el Parlamento Europeo una nueva solicitud de prórroga.

«Espero una reacción inmediata a una demanda democrática elemental», dijo para añadir que «ellos son los únicos que pueden, tan pronto como sea posible, incluso esta noche, revertir la decisión del Eurogrupo y permitir al BCE restaurar el flujo de liquidez de los bancos».

Tras el anuncio de Tsipras, el líder de la oposición y ex primer ministro Andonis Samarás se sumó a los llamamientos a la calma al tiempo que pidió al jefe de Gobierno que «cancele inmediatamente» el referendo, que calificó de «parodia».

«Nuestra patria debe permanecer en el corazón de Europa y en el euro», dijo Samarás quien culpó a Tsipras de ser el responsable del cierre de bancos.

Desde que pasada la medianoche del viernes Tsipras anunciara la convocatoria de un referéndum se empezaron a formar colas delante de los bancos, aunque sin alcanzar las longitudes vividas en Chipre.

Mucha gente reaccionaba así a la inseguridad de poder tener efectivo para los gastos más inmediatos, como la compra de la semana o el pago de facturas.

Por ahora, en cambio, no se han vivido escenas de tensión o violencia.