Puerto Rico no saca los pies del plato. El gobierno no arranca. La debacle fiscal es innegable. La crisis fiscal del gasto sin mesura en el que el gobierno se emprendió con dinero prestado, sin fuente real de re-pago, pasa factura. La burbuja ideológica de quienes políticamente han jugado a que somos un “país” capaces de dirigir nuestro destino político y económico se desinfló. La debacle fiscal, es el retrato fiel del fracaso de nuestros gobernantes que han vivido del engaño para salir electos. El despilfarro de fondos públicos al servicio de la riqueza de la elite política y sus allegados cavó el hoyo en que nos encontramos. El gobernador Alejandro García Padilla se equivoca cuando alega que el posible impago de la deuda pública de Puerto Rico “no es cuestión de política, sino de matemáticas”.
Llegó la hora de tocar fondo. Interesantemente, el gobernador Alejandro García Padilla escogió primero dirigirse al mundo, al gobierno de EEUU de Norte América y a los bonistas a través de las páginas del New York Times para informar de la realidad ineludible del impago de la deuda pública. En una estrategia colonial, dirigirse primero al Amo para luego hablarle al Pueblo de PR, es un intento desesperado para ganar capital político al verse obligado a no dorar la píldora venenosa. No hay mecanismos para re-estructurar la deuda pública a través de tribunales de quiebra; local, ni federal. Sin embargo, buscar soluciones fantasiosas en el bolsillo del consumidor ya no es plausible.
Sus estrategias de aumentar e imponer toda suerte de contribuciones en los distintos renglones, lejos de ser movidas acertadas, como pretenden avalar expertos (Kreuger, Teja and Wolfe. Puerto Rico: A Way Forward, 2015, p. 26), solo empobrece a nuestro Pueblo. Se afecta no solamente su bolsillo, sino la fibra de su tenacidad y afán para aportar, cuando no se materializan recortes en el despilfarro de fondos públicos. La disparidad entre los estilos de vida de la elite política y la ciudadanía “de a pie” agudiza el malestar social contra el Estado.
Hace aproximadamente una década que el entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá (2004-2008) advirtió que el déficit presupuestario afectaría la fórmula que se había utilizado para administrar al ELA de PR. Su propuesta solución de un impuesto al consumo no sirvió para corregir la situación. Desde su incumbencia se han aumentado de forma estrepitosa los servicios básicos, de agua, electricidad, costo de los peajes, impuestos adicionales a la gasolina, y lejos de corregir el déficit, el mismo va en aumento. El despido masivo de empleados públicos en el cuatrienio del 2008 al 2012, tampoco solucionó el problema. Las medidas de austeridad tomadas durante el presente cuatrienio para recortar beneficios marginales y pensiones a los empleados(as) públicos, tampoco han resuelto el problema fiscal de una deuda de cerca de $73 billones. El 1 de julio entrará en vigor el alza en el IVU de un 7% a un 11.5%, que junto al impuesto en el muelle que se puso en vigor en el 2014, empujará al consumidor a frenar sus compras a lo exclusivamente esencial. Veremos si este experimento económico
que entra en vigor, ¿solucionará o agravará el problema?
El relámpago avisa los truenos que se sentirán. El gobierno, ¿privatizará servicios que hoy ofrece? ¿recortará la jornada de trabajo para evitar despidos masivos? ¿Cuándo se verá obligado a rebajar el pago de pensiones, como se le exige ahora a Grecia como condición de apoyo económico, ó peor, llegará el momento en que no se podrán pagar? ¿Cuánto más aumentará el éxodo de la fuga de “cerebro” de Puerto Rico buscando mejores oportunidades de empleo y calidad de vida; desbancando el caudal de recursos humanos y sus aportaciones al fisco local? ¿Cuántas más ejecuciones de propiedades y desahucios de hogares se verán, tal como ocurre hace tiempo en España? ¿Cuántas hijos(as) regresarán a casa de sus padres para tener cobijo? ¿Cuántos vaciarán sus cuentas bancarias para subsistir ante la precariedad por la falta de trabajo remunerado o devaluado? ¿Cuántos se llevarán los pocos ahorros que les pueda quedar fuera de Puerto Rico? ¿Llegaremos al capítulo de Grecia en que se delimita el retiro de dinero de los bancos? ¿Estaremos a la vuelta de la esquina a que el gobierno embargue las cuentas de bancos, ya no de corporaciones públicas, ni los fideicomisos de retiro, sino las de la ciudadanía para pagar la deuda pública? Señor Gobernador, ¡la situación del impago sí es cuestión de la política de prioridades y visión que se utiliza al aplicar
las matemáticas!
You must be logged in to post a comment Login