La Casa Blanca niega el rescate financiero a la ‘Grecia del Caribe’ – Puerto Rico ha declarado “impagable” su deuda de 72.00 millones de dólares

La Casa Blanca niega el rescate financiero a la ‘Grecia del Caribe’

Puerto Rico ha declarado “impagable” su deuda de 72.00 millones de dólares

  Washington

 Residentes de Puerto Rico escuchan el pasado lunes el mensaje del gobernador delarando la deuda impagable / JOE RAEDLE (GETTY IMAGES)

Mientras el mundo mira preocupado hacia Grecia, otro drama muy similar estallaba en el Caribe.

La deuda pública de Puerto Rico es “impagable”, reconocía su gobernador, Alejandro García Padilla. La isla de 3,6 millones de habitantes debe 72.000 millones de dólares a sus acreedores. Y no tiene dinero para pagar. Su estatus jurídico le impide acogerse a la ley de quiebras y Washington no parece dispuesto a ceder. La misma Casa Blanca que lleva insistiéndole a Europa que ayude a Grecia ha descartado un rescate financiero para la isla.

Como en Atenas, el endeudamiento de Puerto Rico no paró de crecer durante años para financiar un gasto público muy superior a sus ingresos. En 2013, cuando el promedio de deuda per cápita en EE UU ascendía al 3,4 %, en la isla se disparaba al 89 %. Una elevada evasión fiscal, problemas de corrupción y falta de transparencia son otros de los problemas que comparten Grecia y Puerto Rico.

Al igual que los europeos, Puerto Rico tiene una moneda, el dólar, pero sin capacidad para aplicar una política monetaria propia. Su estatus jurídico de estado asociado a Estados Unidos, tampoco le permite declararse en bancarrota, una opción a la que se han acogido ciudades como Detroit recientemente.

En palabras que podría haber tomado prestadas del primer ministro Alexis Tsipras, García Padilla advertía de una “espiral mortal” si la isla no logra estimular el crecimiento. “El tamaño de esa deuda nos impide salir del ciclo de recesión y contracción. No se trata de política, se trata de matemáticas”, sostuvo el gobernador puertorriqueño que pide una reestructuración de la deuda.

Si las consecuencias de una quiebra griega se podrían llegar a sentir en toda Europa, las de una suspensión de pagos puertorriqueña podrían afectar a todo EE UU, porque la gran mayoría de sus bonos se negocian en el mercado estadounidense de deuda municipal.

Pero los paralelismos acaban ahí. Para empezar porque mientras Grecia tiene claro a quiénes debe dinero, en el caso de Puerto rico la deuda se distribuye entre una miríada de bonistas —desde individuos a aseguradoras, cooperativas, bancos, instituciones eclesiásticas o planes de pensiones— que hacen más difícil la negociación, advierten los expertos.

Pese a ello, García Padilla acaba de crear un “grupo de trabajo para la recuperación económica de Puerto Rico” cuya misión es intentar lograr, explicó, “una moratoria negociada con los bonistas para posponer, por un número de años, los pagos de la deuda, de forma tal que ese dinero se invierta en Puerto Rico”.

A pesar de las dificultades, la isla pagó el 1 de julio los casi 1.900 millones de dólares que le tocaba ante el vencimiento de algunos bonos, consciente de las implicaciones que tiene un impago de deuda.

Un informe elaborado por antiguos expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial trazó esta semana un duro panorama para una isla que, afirman, no podrá eludir “tiempos difíciles”.

“Problemas estructurales, shocks económicos y finanzas públicas débiles han llevado a una década de estancamiento, emigración y deuda. Los mercados financieros solían hacer la vista gorda ante estas realidades, pero desde entonces han cortado a la isla el acceso normal a mercados. Una crisis se cierne” sobre Puerto Rico, advirtieron.

El informe traza una hoja de ruta que pasa por reformas estructurales para recuperar la competitividad, una reforma fiscal y acciones para recuperar la “credibilidad institucional”. García Padilla admitió la necesidad de hacer ajustes —aunque rechazó algunas de las propuestas de los expertos, como pedir que se exima a la isla de pagar el salario mínimo federal— y llamó a todos los sectores a “asumir nuestra responsabilidad” y aceptar “sacrificios compartidos”.

Quien por ahora parece hacer oídos sordos a su petición de ayuda es Washington. La misma Casa Blanca que lleva insistiéndole a Europa que ayude a Grecia ha descartado un rescate para la isla. Esta semana, las llamadas entre Washington y las capitales europeas se han sucedido sin parar, urgiendo un acuerdo que permita a Grecia seguir en el euro y preservar la estabilidad de los Balcanes.

Las miradas se dirigen ahora al Congreso, con capacidad de modificar la Ley de Quiebras para que Puerto Rico se pueda acoger a ella. Esto le permitiría a las empresas públicas de la isla reestructurar su deuda en los tribunales de bancarrota como hizo en su momento Detroit. En el caso de Puerto Rico, esa deuda asciende a 25.000 millones de dólares, es decir, un nada desdeñable tercio del total. Pero una propuesta en este sentido sigue sin avanzar en la Cámara de Representantes.

Puerto Rico necesita un alivio de su deuda

EDITORIAL  INVITADO DEL: The New York Times

El gobernador de Puerto Rico declaró sin rodeos que la deuda de $72,000 millones del Estado Libre Asociado es impagable. El asunto ahora es cómo llegar a un plan creíble que vuelva a levantar las finanzas y la economía de la Isla.PPD Otro Pivazo

Un nuevo reporte encargado por el gobernador Alejandro García Padilla deja claro que Puerto Rico no está generando suficientes ingresos para proveer servicios públicos y repagar sus deudas. Y ni siquiera recortes significativos en el gasto y aumentos en los impuestos van a poder arreglar el problema fundamental, según el informe emitido por tres exfuncionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y oficiales del Banco Mundial.

El señor García Padilla dice que está listo para hacer sacrificios, incluyendo más recortes en los gastos. Desde el 2009, los empleos en el Gobierno de la Isla se redujeron en unos 70,000, a 230,000. Pero él quiere que los acreedores del Estado Libre Asociado, entre los que se incluyen fondos mutuos, fondos de alto riesgo y otros inversionistas, reduzcan el principal de varios préstamos y otorguen más tiempo para pagar otras deudas.

Este plan podría funcionar solo si el Congreso actúa. Los legisladores federales deben permitir que las corporaciones públicas de la Isla, como su empresa de electricidad y su Autoridad de Carreteras, reestructuren su deuda de $25,000 millones en la corte de quiebras (tal como pueden hacerlo ciudades y negocios propiedad del gobierno en el resto de la nación). Ya se sometió un proyecto de ley en la Cámara de Representantes para modificar la ley de quiebra, pero no ha avanzado por la oposición de algunos fondos de alto riesgo.

En cuanto a los otros $47,000 millones restantes en la deuda de la Isla, García Padilla está pidiendo a los acreedores que le den a Puerto Rico más tiempo para pagar esos bonos. Aunque hacer eso les perjudique, los inversionistas perderían mucho más dinero si la Isla dejara de pagar su deuda, una acción que conduciría a una larga batalla legal.

A cambio de un alivio en la deuda, los inversionistas y el Congreso deberían presionar a Puerto Rico para que haga reformas regulatorias sustanciales. García Padilla debería hacer las cosas más fáciles para que se puedan hacer negocios en la Isla, reduciendo el tiempo que toma obtener los permisos del Gobierno y registrar la propiedad, algo que en la Isla toma mucho más tiempo que en los otros estados, según el reporte Haciendo Negocios del Banco Mundial.

El Estado Libre Asociado también deberá actuar para bajar el costo de la electricidad, que es casi el doble del promedio en los estados continentales. Un buen punto de partida podría ser la separación de la producción de energía eléctrica y la distribución, que está a cargo de una utilidad gubernamental ineficiente. A largo plazo, el Gobierno necesita promover que las compañías privadas generen electricidad a partir de gas natural y fuentes renovables como el sol y el viento, en lugar de usar el petróleo importado.

En el pasado, el gobierno federal apoyó la economía puertorriqueña otorgándole créditos contributivos a las empresas que invertían en la Isla, pero esos beneficios se acabaron en el 2006 y es poco probable que se vuelvan a dar. Dicho eso, el Congreso puede hacer cosas para ayudar a la Isla de otras maneras. Los legisladores deberían permitir que barcos no estadounidenses transporten mercancía entre la Isla y el continente, algo que está prohibido por la Ley Jones de 1920 para proteger la industria naviera nacional. Eso bajaría los costos de transportar mercancía a Puerto Rico, incluyendo los costos para el petróleo y el gas natural, un elemento importante para la economía de una isla.

La tasa de desempleo del Estado Libre Asociado de 12.4% es el doble de la tasa nacional. En años recientes, ante la frustración por la falta de trabajo, decenas de miles de puertorriqueños se han mudado a los estados continentales. García Padilla necesita darle a más gente una razón para quedarse. En años recientes, en la Isla se han hecho inversiones de parte de las industrias farmacéutica y aeroespacial, lo que da motivos para ver algo de esperanza.

A pesar de sus problemas, Puerto Rico tiene fortalezas que podrían ser mejor explotadas. La Isla podría ser un destino turístico mucho más grande de lo que es. Muchos de sus vecinos, como la República Dominicana y Cuba, atraen más visitantes que Puerto Rico. La Isla tiene una gran cantidad de trabajadores educados y bilingües. Necesita un plan económico que saque provecho a esas ventajas.

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Se agrava la caída de Puerto Rico

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