Ante el difícil cuadro fiscal que toca también a la mayoría de los municipios, NotiCel conversó con los alcaldes de Bayamón e Isabela, cuyos municipios están en superávit para que dieran sus claves para el éxito en las finanzas públicas.

Ser un buen administrador no es una ciencia, coincidieron ambos en mesa redonda con el equipo editorial de NotiCel. Tan sólo hay que partir de la premisa lógica de no gastar más dinero del que entra a las arcas municipales provenientes de las patentes, del por ciento del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU) que corresponde al municipio, de la contribución sobre la propiedad conocida como CRIM, de los arbitrios de construcción, así como de las licencias y permisos misceláneos.

«Sin el IVU, te aseguro que hoy todos los municipios estarían en déficit», mencionó el alcalde de Isabela, Carlos Delgado Altieri.

El proceso de independizarse del Gobierno central también es crucial para los municipios. En 2000, cuando iniciaba el siglo XXI, Isabela aún no tenía una estructura de rentas internas. «Se le llamaba CRIM a alguien que estaba leyendo el periódico todos los días… No se hacía gestión que no fuera depender del Estado», recordó..  De las primeras tareas de las que se ocupó cuando salió electo hace quince años, fue desarrollar la estructura para el cobro y la fiscalización de arbitrios.

Acumular excedente de ingresos no se trata de medidas ahorrativas o tacañas por parte de los administradores municipales, sino de saber dónde invertir el dinero para obtener mayor eficiencia y crecimiento. Aunque con ideologías políticas distintas, las experiencias de estos alcaldes demuestran que la buena administración no tiene colores y que las tácticas pueden ser similares: invertir en sus recursos humanos y optimizar los sistemas tecnológicos para dar cuenta de los procesos de contabilidad, recaudación, nómina y servicios.

Cuando salió electo Ramón Luis Rivera, hijo, la nómina aún se llevaba a mano, así como los libros de contabilidad. «Empezamos un proceso de mecanización del municipio, que es muy costoso, pero lo fuimos llevando por etapas y empezamos a tener unas mejorías dramáticas», comentó.

Invertir en una relación directa con las comunidades también se trazó en la ruta de recuperación fiscal de los municipios. Isabela creó, por ejemplo, la Oficina del Alcalde en tu Comunidad que se dedica a visitar los diferentes barrios y sectores, mientras Rivera separa entre 10 a 15% del presupuesto para infraestructura directa en las comunidades.

«El alcalde tiene que entender que es un administrador, más allá que un candidato político», comentó Rivera acerca de cuando se acerca del frenesí eleccionario de hacer obra y mejoras capitales para asegurar votos. «Yo he tenido años en que he dicho que no podemos empezar esta obra porque tenemos esta dificultad», relató.

En cuanto a la nómina, que ronda entre las más bajas en Isabela (564 empleados) y las más altas en Bayamón (2,250 empleados), se han adoptado medidas para limitar las contrataciones o el reclutamiento de empleados nuevos, mientras se invierte en desarrollar y adiestrar a aquellos ya contratados.  En Bayamón, se les paga hasta estudios de posgrado o reválidas mediante la Escuela Gerencial para Adiestramiento Constante. En Isabela se evitan los reclutamientos por pena o nepotismo mediante un plan de clasificación y retribución que siguen al pie de la letra. «Si no tengo el puesto vacío, no lo puedo reclutar», comentó Delgado Altieri.

La presión de los administradores municipales para reclutar personal en exceso también se debe a la necesidad de mantener baja la tasa de desempleo, que al mes de junio de 2015, estaba en 9.8% en Bayamón y 13.9% en Isabela. Los municipios con la mayor tasa de desempleo son Salinas, Patillas, Lares,  Arroyo y Coamo.

Las empresas municipales son la mejor ficha que están utilizando los municipios, admitieron ambos alcaldes que ya entran en su cuarto cuatrienio. En Isabela se abren espacios comerciales en estructuras públicas y en Bayamón se han inaugurado proyectos con participación privada con el Club de Tenis Honda y el Bayamón Golf Course and Driving Range.

Las alianzas público-privadas han probado ser efectivas para reducir gastos, en el mantenimiento de carreteras, por ejemplo.  Bayamón redujo a la mitad un gasto de $100 mil anual, con solo incentivar que empresas privadas aporten al mantenimiento de la carretera donde ubican.