Todos estamos muy conscientes de la grave situación que enfrenta Puerto Rico. Cuando se realice la transición de gobierno en diciembre de 2016, y los funcionarios de este desgobierno tengan que presentar el cuadro fiscal real bajo juramento, como lo requiere la Ley de Transición, veremos que la crisis será dos o tres veces peor de lo que se admite hoy. Se los aseguro. Cuando asumamos las riendas de lo que quede del gobierno, si algo, los retos serán inmensos para mantener a flote la nave colonial. Esa es una responsabilidad impostergable, pues en esa deteriorada embarcación navega el pueblo de Puerto Rico.
Además de ese gran reto de gobernar una colonia quebrada, los estadistas sabemos que la raíz de esta crisis es la condición colonial que nos impone el ELA. Deberemos actuar de inmediato para encaminar con urgencia la única, la mejor y la verdadera solución permanente de Puerto Rico que es la estadidad. Pero esta vez, de manera decisiva y firme.
El Partido Nuevo Progresista deberá estar comprometido a que, durante los primeros 30 días de la primera sesión ordinaria de la Asamblea Legislativa de 2017, se apruebe la “Ley del Derecho a la Igualdad de los Ciudadanos Americanos de Puerto Rico”. Esa ley incluirá las reglas del Referéndum y la consulta al pueblo sobre las circunstancias y condiciones de la admisión de Puerto Rico como estado de la unión. La contestación del electorado a esa pregunta estará fundamentada en un anteproyecto congresional que le presentaremos al pueblo de Puerto Rico y que titularemos: “Acta de Admisión de Puerto Rico”. El acta contendrá los términos y las condiciones que nuestro pueblo y el Congreso deberán pactar para producir la transición y el ingreso de Puerto Rico como el nuevo estado de la Unión. La ley también definirá la histórica elección de los primeros congresistas federales puertorriqueños, que junto al Comisionado Residente Electo, constituirán la delegación de Puerto Rico en el Congreso Federal. Esas votaciones deberán realizarse entre los meses de marzo o abril de 2017, no más tarde de los primeros 120 días del próximo cuatrienio.
Con ese mandato electoral del pueblo de Puerto Rico, sumado al mandato del Plebiscito de 2012 de No a la Colonia y Sí a la Estadidad, nuestro gobierno estará autorizado por el pueblo soberano para auspiciar las gestiones de los funcionarios del nuevo gobierno y de nuestros congresistas en la capital federal como legítimos representantes de los ciudadanos americanos de Puerto Rico y su mandato en las urnas.
Mientras más amplio sea el apoyo de este pueblo a ese reclamo de igualdad con la estadidad, más rápido será su logro. El movimiento estadista es una causa contra la ignorancia y el complejo de inferioridad colonial; y una lucha contra la infamia y la indiferencia. Y esta lucha no puede ser un ejercicio de relaciones públicas, mucho menos de tolerancia servil.
Con esa actitud, Barack Obama estaría sentado en la parte trasera de algún autobús; y Michelle Obama y Laura Bush jamás habrían podido votar por sus maridos. Con esa actitud, todavía los inmigrantes estarían siendo procesados y fumigados en la isla de Ellis en Nueva York y destinados a los guetos.
Todos esos grupos se cansaron de la segregación, del discrimen y la desigualdad. Hicieron lo que hace todo buen americano: abandonar el estado de indefensión, dejar atrás los complejos coloniales de que “no nos quieren” y comenzaron a protestar, denunciar, reclamar y defender sus derechos. Todos esos grupos lograron ser reconocidos cuando asumieron la estrategia de lucha para colocar al “establishment” federal en situación de vergüenza ante el pueblo de la nación y ante la comunidad internacional. Eso es ser buen americano, levantar tu reclamo y tu denuncia de manera civilizada, pero fuerte y contundente. Y eso, es lo que todo buen americano respeta.
You must be logged in to post a comment Login