El 30 de agosto, Granma, periódico oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó una noticia que en nada pasó desapercibida en Latinoamérica ni España. El anunció del comienzo de clases. Sin embargo, de manera subrepticia el Estado anunció que la enseñanza del inglés será parte del currículo escolar. El último párrafo es elocuente: “Como prioridades en la educación se mantienen en este curso la enseñanza de la Historia de Cuba y de la lengua materna, así como el dominio del idioma inglés y la superación constante de los docentes, elementos que terminarán influyendo en la necesaria formación integral de los estudiantes”.
Por su parte, el periódico El País, reseñando la noticia, incluye unas expresiones de Raúl Castro: “Los chinos estudiaban inglés, los rusos estudiaban inglés, y nosotros estudiando ruso’, comentó en una ocasión, asumiendo el error de no haber fomentado su enseñanza en las escuelas cubanas”.
En cambio, José Ramón Machado Ventura, el segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, declaró: “El idioma (inglés) es imprescindible, porque cada día vamos a tener más contacto (con Estados Unidos y otros países). Además, ustedes lo saben, la tecnología, hay que hablar inglés. Si hablan dos o tres idiomas mejor, pero el inglés es imprescindible”.
Es un hecho notable que desde hace años los cubanos incorporan muchas palabras del inglés a su lenguaje coloquial. Esto irá en aumento a medida que las restricciones entre Estados Unidos y Cuba se vayan eliminando. O sea, Cuba se une al mundo entero y adopta vocablos del idioma inglés y los cubaniza. Los hace propios a su vida cotidiana. Es lo mismo que ocurre en nuestro lar nativo; Puerto Rico. Esto ha generado que la cantidad de cubanos que quieren aprender inglés haya aumentado vertiginosamente y el Estado les dará esa oportunidad.
Cuba es un país donde abundan los políglotas y eso en nada ha menoscabado su personalidad cultural ni su cubanidad. El boom de términos en inglés que nos llegan producto de los avances tecnológicos, el dominio del internet, el mundo de los negocios y el adquirir una mayor cultura para el ciudadano hacen imprescindible el aprendizaje de la que es, desde hace años, la lengua internacional.
El gobierno de Cuba apostó al futuro y dejó la política a un lado, que en nada beneficia a su propio gobierno ni al pueblo que representa. Distinto a la menor de las Antillas mayores donde el Partido Popular, en contubernio con grupos independentistas que actúan como la polilla, hace lo imposible y lo impensable por erradicar la enseñanza del inglés del currículo escolar. El mundo que nos rodea ha apostado al futuro y al aprendizaje del inglés, y eso incluye a Cuba, que por más de cincuenta años ha vivido una guerra fría e ideológica con los Estados Unidos.
La segunda revolución cubana es la del idioma. La de aprender inglés en las escuelas desde los grados primarios, con la certeza que el vernáculo no se verá afectado ni menoscabado. Los cubanos se nos adelantaron. Mientras, en Puerto Rico el Partido Popular sigue jugando a los nacionalismos culturales politizando todo lo que toca, incluyendo el agua, Cuba ha hecho lo que desde principios del siglo XX había manifestado José Celso Barbosa; aprender el inglés como recurso lingüístico de la persona para su mejoramiento profesional y para una mayor cultura.
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