Graduada de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras con una década de experiencia como periodista en prensa escrita, radio y televisión.
SUMINISTRADA
Por Carlos Antonio Otero, EL VOCERO –
Entre el primer y el segundo decenio del siglo 21 el asunto económico no ha pintado bien en Puerto Rico y no se le ve una buena factura.
Una década perdida como la han nombrado en sus crisis financieras países latinoamericanos, ahogados por la deuda externa, los déficits fiscales y subsiguientes impagos, ha costado mucho. La tuvo Japón hacia los 90 con una burbuja de precios en sus activos, y la carga el Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico desde el 2006, con atisbos de recuperación entre 2011 y 2012, que no se lograron sostener.
El balance local de las incidencias se hizo de la pérdida de 300,000 empleos, la desaparición de manufactureras, miles de millones de dólares esfumados con la caída en valor de las notas del gobierno emisor, una migración nunca imaginada y el estanco productivo, cada vez, generador de menos riquezas.
¿A dónde apunta el siguiente decenio? Nadie osa especular, aunque todos levantan el ceño. El momento es muy duro, concurren los economistas, abrumados por la variabilidad en los datos, los números tardíos y la incongruencia de mensajes. Así lo contaron y no se atreven a proyectar un cambio alentador hacia el porvenir.
¨La década pérdida es la salida y el debilitamiento de la actividad manufacturera. Si podremos salir pronto no lo sabemos. Quizás lo logremos en 20 o 30 años, pero es bien difícil¨, expuso el economista Santos Negrón, un ex funcionario público que laboró por varios años en el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), el ente fiscal del gobierno y que ahora apenas consigue mejorar su liquidez.
Por un lado está la pérdida de actividad económica, y le acompaña antes que nada una debacle fiscal, de años y años por sostener un aparato gubernamental que no es reflejo de la riqueza que produce la Isla.
Negrón sabe que otros países han podido revertir el avance de una caída libre. Sin embargo, ahora le faltan elementos concretos y disponibles para prever una mejor línea de recuperación en el corto tiempo.
¨No sabemos en qué nos vamos a apoyar. Va a ser exitoso el gobierno en unas negociaciones de la deuda, eso no lo sabemos, y el escenario de las batallas judiciales no es un panorama descartable¨, atisbó Negrón, quien día a día observa las incidencias de la economía de Puerto Rico, un territorio sujeto a los Estados Unidos, con una deuda pública fijada en los $73,000 millones. Algunos se aventuran a señalar que es mucho más lo que se debe, si se cuentan no solo las obligaciones con los bonistas, las líneas bancarias y las aseguradoras de deuda.
¨Ciertamente hay países que han superado dificultades, pero son economías con las cuales no podemos compararnos… Puerto Rico no se puede comparar ni con los estados porque nosotros somos realmente un caso único. Nos podemos comparar con nosotros mismos y con nuestra historia¨, abundó Negrón, y aludió a lugares distantes como Estonia, con una gravedad económica y una historia de estancamientos, guerras y tropiezos, pero que pudo reponerse. Ahora es un país soberano, miembro de la Unión Europea, de la cual le ha llegado importante ayuda.
Puerto Rico no tiene soberanía, no es un estado de Estados Unidos y por lo tanto no le cobijan las leyes como el Capítulo 9 del estatuto de quiebras, y que el gobierno actual de la Isla, que no busca la anexión al poder estadounidense, reclama para poder manejar la deuda pública. Sólo los estados de la unión la ostentan.
En el caso de otro de los economistas veteranos de la Isla, José Joaquín Villamil, sopesa la historia reciente y voltea al otro lado para intentar descifrar un futuro. ¨Es muy complejo todo esto¨, admite.
¨Asumiendo un crecimiento del 1.8% cada año, no será hasta después del 2023 o 2024 que volveríamos a tener lo que hubo al 2006. Habremos tenido una pérdida 16 años sin evolución económica… ¿Hablar de recuperación? Esto sigue para abajo¨, resumió Villamil.
Sonríe, no de alegría, y se apresura a mencionar que ¨el tema es un proceso acumulativo y la economía ha entrado en una espiral que a veces va más rápida y a veces más lenta. La proyección para los próximos tres años es que seguirá la contracción¨.
La expectativa general tiene de frente un Plan de Ajuste Fiscal ideado por el equipo económico del gobierno del ELA y su batería de asesores de las más conocidas firmas de Nueva York. Este requiere decisiones del Congreso estadounidense, del gobierno de Estados Unidos y legislación local con el consabido debate y ¨ajuste¨ de quienes legislan. Desde su presentación, las denuncias contra el plan (que en concreto no llega a la mesa de los legisladores) han sido cuando poco abundantes.
¨Aquí, por lo menos para parar la contracción el instrumento es el sistema contributivo¨, fijó Villamil, a sabiendas de que esa estructura se ha revisitado varias veces con llamadas reformas que, o no han prosperado o la interrupción política las ha hecho inestimables.
A esto, Negrón alude que al final del 2011 y la buena parte del 2012, cuando el proyecto reformatorio de lo contributivo, junto a otras medidas produjo lo que nombró como cierta mejoría. Eso estuvo acompañado de la inyección que supuso la llegada de fondos ARRA y otros factores que con el cambio de gobierno tomaron otro rumbo y desde enero de 2013, se experimentó el regreso al terreno negativo. ¨Claro que hubo un cambio de visión con el nuevo gobierno. Pero el impulso no fue suficiente (con lo logrado por el anterior) y tampoco se sostuvo¨, observó.
Villamil tiene otra lectura. ¨Hubo una mitigación de menos contracción. El tema no es medir las cosas año por año, sino la tendencia a largo plazo y ver lo que es la tendencia en términos generales. A lo mejor la economía crece o se contrae al 1%, pero hay una economía suma cero, donde lo que yo gano es lo que te quité a ti¨, abundó el economista. En eso, replicó, no hay crecimiento, solo un pastel cuyos pedazos cambian de mesa.
En la mirada del economista Ángel Rivera Montañez, quien elabora los índices de Indicadores Coincidentes y Adelantados para Puerto Rico, que al igual que Índice de Actividad Económica del Banco Gubernamental de Fomento, miden el comportamiento económico de la Isla, este ha perdido ¨momentum¨.
¨La actividad económica en Puerto Rico durante los pasados meses ha mostrado fluctuaciones irregulares en la misma, presentando alzas y bajas a lo largo del presente año 2015. Es de observar que la estabilización ha perdido ¨momentum¨ y ha comenzado a reflejar más un patrón de crecimiento neutro¨, analizó a partir de sus números, los cuales son muy estimados por sus homólogos.
Rivera Montañez entiende que ¨la incertidumbre fiscal que se experimenta junto a la limitación del Estado en acudir al mercado financiero, comienza a tener mayores efectos sobre la economía real y amenazan a la actividad económica con extender la contracción a lo largo del presente año 2015, aunque ésta sea moderada¨. Ve que el sector manufacturero evidencia señales sostenidas de crecimiento, aunque a tasas más lentas ¨pero con efectos neutralizantes en la presente recesión económica¨.
Entonces se pregunta si la economía local comienza a mostrar síntomas de pasar de una “Gran Recesión” a una “Depresión”, y recuerda que algunos elementos de una depresión incluyen reducción económica significativa, deflación, crisis financiera, cierres bancarios e incumplimientos con acreedores.
¨Técnicamente, una depresión se define como una caída sostenida de 10% o más por un periodo consecutivo de dos años o más. En este sentido, la producción de bienes y servicios a precios reales, medida por el PNB desde 2006 se ha reducido 13.0%, mientras la Inversión Interna Bruta de Capital Fijo a precios reales cayó 27.1%. También, la Inversión en la Construcción a precios reales se desplomó 51.0% durante dicho periodo, mientas la Inversión de Maquinaria y Equipo también a precios reales bajó por 10.4%¨, resumió Rivera Montañez.
Periodista con 24 años de experiencia en la cobertura de temas económicos, política, tribunales y cultura en diferentes periódicos y revistas. Estudió periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón e historia y cultura puertorriqueña en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y El Caribe.
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