En varias ocasiones he señalado que Puerto Rico tiene el peor gobernante para el peor momento en su historia. Tenemos un gobernador inmaduro, incapaz, que no es respetado y carece del liderato necesario para hacer funcionar el gobierno. El Ejecutivo anda por un lado, el legislativo, el judicial y los municipios andan por otro. Según se acerca el año eleccionario se hace más evidente que estamos al borde de un estado anárquico de sálvese el que pueda. Lo que empeora sustancialmente y hace más evidente el colapso del ELA y de su sistema político y económico.
Ante la vergonzosa realidad de que estamos sin crédito y en quiebra, el gobierno va rumbo a caer próximamente en un impago que posiblemente culmine en un cierre con las consecuencias desastrosas que ello conlleva para los servicios al pueblo.
El Congreso por fin, aparenta estar prestándole alguna atención a la situación de la isla. El pasado 29 de septiembre se llevó a cabo una importante audiencia del Comité de Finanzas del Senado de los EEUU que preside el senador Orrin Hatch. Próximamente el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado que preside la Senadora Lisa Murkowski celebrará otra para determinar el curso de acción a tomar por el Congreso.
Mientras esto ocurre sigue tomando auge la posibilidad de que el Congreso legisle para establecer una Junta de Control Fiscal para la isla, tipo la que se estableció en Washington DC en el 1994. El gobierno del PPD, consciente de las repercusiones que esto tendría al poner en evidencia ante el mundo la cruda realidad del estatus colonial indigno e impotente que padecemos, se opone tenazmente a esto y utiliza todos los medios y argumentos a su alcance para evitarlo. Uno de estos argumentos es que sería embarazoso para los EEUU admitir que en 1953 se engañó a la ONU y al mundo cuando se solicitó remover a Puerto Rico del listado de pueblos sin gobierno propio (colonias) y decretara que Puerto Rico era autónomo. La verdad ya no se puede seguir ocultando.
El Congreso tiene ante sí la disyuntiva de dejar que Puerto Rico establezca una Junta de Control Fiscal criolla sobre la cual se han levantado serias objeciones de índole constitucional y de falta de credibilidad operacional pues estaría manchada políticamente ya que sería el Gobernador quien nombre a sus integrantes y estos confirmados por el Senado de Puerto Rico. Una Junta local así manchada, sería incapaz de tomar las decisiones difíciles que necesariamente habría que tomar.
Este es el momento de demostrar tu disposición al sacrificio por la Igualdad
Existe un consenso entre sectores del Congreso respecto a que una Junta de Control Fiscal congresional solamente, se quedaría corta y no resolvería el verdadero problema que es uno de carácter estructural (colonial), de falta de herramientas y poderes para Puerto Rico lograr un desarrollo económico sustentable. No estarían dispuestos a aprobarla a menos que esta vaya acompañada por un mecanismo para la solución del estatus.
Ya es hora de que nuestro pueblo se enfrente a la realidad de que este ELA colonial ya dio lo que podía dar y no da más, independientemente de quien gobierne. Que es necesario agarrar el toro por los cuernos y tomar una decisión: optamos por la libre asociación/independencia o por la estadidad. Existe entre nuestro pueblo un gran número de personas que por lealtad -debido a que durante el presente estatus se hicieron profesionales, ascendieron de clase social, disfrutaron de una condición económica holgada- y otros que por tradición familiar y emocional, continúan aferrados al ELA actual o a la quimera de uno mejorado, constitucionalmente imposible.Esas personas deben informarse bien para que en su momento hagan una decisión basada en la razón y no en la emoción. Una decisión a favor de la estadidad representaría terminar con la incertidumbre que provoca el actual estatus, que impide una inversión sustantiva local y del exterior, que propicie un fuerte desarrollo económico para la isla. Todos los 37 territorios que han advenido a la estadidad han disfrutado un desarrollo económico extraordinario, envidiable. Puerto Rico no sería la excepción. Está llegando la hora de atreverse a cambiar no solo de gobernador sino del estatus colonial también.
You must be logged in to post a comment Login