F elicito al pueblo de Venezuela por su triunfo para reclamar la democracia, y celebramos conjuntamente con la comunidad venezolana residente en Puerto Rico que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) lograra obtener 112 escaños en la Asamblea Nacional.

La prensa informó que con 112 escaños, una mayoría calificada de dos tercios, le permitiría al nuevo Parlamento convocar a una Constituyente y aprobar una reforma constitucional, aprobar y modificar leyes orgánicas, someter a referendo tratados internacionales y proyectos de ley, designar o remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, designar a los rectores del Consejo Nacional Electoral y hacer cambios en la fiscalía general, el contralor general y el defensor del pueblo, entre otros.

La mayoría de las reformas hechas desde 1999 para convertir a Venezuela en un país socialista se hicieron mediante seis leyes habilitadoras, que fueron las principales herramientas para redefinir las relaciones económicas, políticas y sociales.

El profesor universitario Luis Pericchi reaccionó a la vitoria del MUD y dijo que “no es el principio del fin, pero sí el principio. Diecisiete años después de la primera elección de Hugo Chávez, el viento de cambio vuelve a sacudir a Venezuela. El pueblo castigó al régimen y confió en la oposición unida. Que América Latina se vea en el espejo de Venezuela: mesianismo, populismo, estatismo y presidencialismo omnipotente”.

La paz y el bienestar de Venezuela están en las manos de la nueva Asamblea Nacional y el pueblo de Venezuela puede contar con el apoyo de los puertorriqueños. Aspiramos a que el futuro estado de Puerto Rico sea un enlace para que Venezuela estreche sus relaciones con nuestra nación, Estados Unidos de América.

Chávez y Nicolás Maduro siguieron los pasos de Cuba, que promueve la independencia o separación de Puerto Rico de los Estados Unidos en contra de la voluntad democrática de nuestro Pueblo. Confío en que los resultados electorales lleven al gobierno de Venezuela a respetar el derecho de los ciudadanos americanos en Puerto Rico a decidir su futuro político sin la intervención extranjera.

Igualmente rechazamos la intervención de la Alianza Bolivariana para América (ALBA), una organización de izquierda cuyo objetivo Chávez definió como “la independencia, la vía a la revolución y la bandera del socialismo”. ALBA nació en 2004 de un acuerdo entre Venezuela y Cuba. Contrario a la expresión democrática del Pueblo de Puerto Rico que ha rechazado sistemáticamente la independencia, Chávez emitió una declaración alegando que Puerto Rico es una nación latinoamericana y caribeña, y que la causa de la independencia de la Isla es un asunto que concierne a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Rechazamos la intervención de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL) que nombró al presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, Rubén Berríos, pero en representación de Nicaragua, como uno de los vicepresidentes de la COPPAL. La declaración de COPPAL reconoce que los electores de la Isla, en el plebiscito de 2012, repudiaron la “actual condición colonial”, pero obviaron que en ese mismo plebiscito, solo el 5% apoyó la independencia y el 61% la estadidad para Puerto Rico.

Reiteramos que somos nosotros los puertorriqueños los que tenemos el derecho y la responsabilidad histórica de decidir nuestro destino político. La inmensa mayoría demandamos la unión permanente con Estados Unidos y atesoramos nuestra ciudadanía americana. Como ciudadanos americanos aspiramos a la igualdad de derechos constitucionales como estado de la unión. La independencia como una nación separada de los Estados Unidos no ha sido ni será una opción.

Invito a la comunidad venezolana, así como a todos líderes y amigos en Venezuela con quienes intercambio comunicaciones, que le informen a la nueva Asamblea Nacional de Venezuela que el pueblo de Puerto Rico continuará siendo un gran aliado de Venezuela como el estado 51 de la nación americana.