El Gobierno de Estados Unidos admitió por primera vez, directa y contundentemente ante el Tribunal Supremo federal, que Puerto Rico sigue siendo una colonia aún luego de creado el Estado Libre Asociado en 1952, un tema que los candidatos a la gobernación tendrán que abordar irremediablemente en sus plataformas.
Los analistas políticos entrevistados por este diario indicaron que el alegato del procurador general de Estados Unidos, cuando intervino el viernes pasado como amigo de la corte, en el caso Sánchez Valle, revierte todo el discurso público que ha mantenido Estados Unidos desde hace 63 años ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando pidió que el territorio fuera eliminado de la lista de colonias.
El historiador, Néstor Duprey, identificado con el sector soberanista, comentó que “quien queda al desnudo es el Gobierno de Estados Unidos ante la comunidad internacional”, además de ser un portazo “a quienes en Puerto Rico continúan aferrándose a una realidad que ya no existe” en referencia a los estadolibristas.
Indicó que el gobierno federal maquilló la realidad ante el foro internacional cuando legitimó el Estado Libre Asociado (ELA) “bajo una promesa de conceder cambios a la relación si el pueblo así lo solicitara”, cosa que ha incumplido. A eso es lo que el licenciado Juan Mercado, miembro del comité de gobierno del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), llamó el “colonialismo consentido”.
Mercado esbozó que el alegato pone de manifiesto lo que el sector independentista ha denunciado históricamente: “esta declaración del abogado del Presidente de Estados Unidos desmantela toda la tesis de soberanía que ha sostenido a la farsa que se llama Estado Libre Asociado”.
Por su parte, el abogado Carlos Díaz Olivo, manifestó que Estados Unidos siempre ejercía esos poderes “de una manera más cuidadosa”, pero nunca tan directa como en este momento. “Nos quitaban beneficios sin consultarnos, desde la eliminación de la Sección 936, la iniciativa de establecer mercado libre con otros países, la devolución de los aranceles en bebidas alcohólicas… Han ido cambiando unilateralmente las cosas”, detalló.
Los profesores, vinculados a las tres ideologías políticas, coincidieron en que el alegato se da luego de que Puerto Rico dejó de tener importancia geopolítica para Estados Unidos ante la finalización de la Guerra Fría, en que el territorio era un importante recurso para establecer estrategias militares contra Cuba o la Unión Soviética.
“Creo que Estados Unidos ya determinó que Puerto Rico no le representa mayor valor económico… Puerto Rico ya se hizo insostenible”, comentó Díaz Olivo.
El tema salpica directamente a los candidatos a la gobernación en las elecciones de 2016, ya que es inaceptable “lo que en el pasado ocurría de no abordar el tema o abordarlo con generalidades… Ya se hace indispensable enfrentar esta realidad”, agregó.
¿Y ahora qué?
Los analistas coincidieron en que debe haber un movimiento hacia la autodeterminación, lo cual se convierte en un tema inevitable. Discrepan, sin embargo, en cuanto a cuáles son las formas de descolonización que deben imperar en la discusión: la libre asociación o la independencia. La estadidad, según juzgaron, se hace cada vez más distante, ya que Estados Unidos ha demostrado su desinterés en mantener una colonia quebrada.
“En Puerto Rico hay un gran sector que son prisioneros de una fantasía, que es la estadidad. ¿Realmente, alguien cree que van a ingresar a la unión a un estado cuyo gobierno está en quiebra, compuesto por cuatro millones de hispanoparlantes? Si alguien plantea eso, pues no conoce lo que ha sido la historia de Estados Unidos y la idiosincrasia política norteamericana en este momento donde un xenofóbico y racista como es Donald Trump es la principal opción de uno de los dos partidos”, planteó Duprey.
Sin embargo, los aspirantes a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi opinaron mediante declaraciones separadas que la única vía para seguir siendo ciudadanos de Estados Unidos en unión permanente, es la estadidad.
“Si queremos descartar este estatus, solo tenemos dos opciones, convertirnos en un estado o convertirnos en una nación soberana, lo que significaría en este último caso, que las futuras generaciones de residentes de la isla serían ciudadanos de la nación de Puerto Rico, no de Estados Unidos”, comunicó Pierluisi.
“Estoy convencido que estamos en una coyuntura histórica donde como pueblo nos tenemos que mover rápidamente, para dejar en el pasado la vía fracasada de estancamiento e indignidad del ELA y movernos a una de derechos plenos e igualdad como estado de la nación americana”, dijo por su parte Rosselló.
En el caso del Partido Popular Democrático, el candidato a la gobernación, David Bernier, expresó su disposición de endosar una consulta de ‘Estadidad, sí o no’, con la cual busca descartar de una vez por todas a esa opción dentro de las posibilidades. Bernier se comprometió, además, a realizar una Asamblea Constitucional de Estatus, donde se puedan definir qué disposiciones serían objeto de negociación con el gobierno norteamericano.
Para el PIP, se trata de una Asamblea de Estatus, en la cual la ciudadanía pueda establecer cuáles son las exigencias que predominarán a la hora de solicitar una transición hacia una república independiente. Mercado rechazó una asamblea constitucional que solo plantee “cambios cosméticos” a la Constitución, que más que nunca queda plasmado que está basada en una relación colonial.
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