Sí, me tocará estar mucho tiempo en Cuba en las tareas de la nueva corresponsalía de El Nuevo Día, pero eso no significa que me desconectaré de nuestra realidad o que no tendré la osadía de comentar sobre lo que pasa aquí, pues este es y seguirá siendo mi país. Además, por eso esta columna se llama El Catalejo, que no es otra cosa que un implemento telescópico para mirar de lejos, por lo que una vista de largo alcance nunca vendrá mal.

Así que desde acá, de la “Mayor de las Antillas”, escribo estas líneas en esta ocasión para echarle un vistazo a los números revelados por La Encuesta de El Nuevo Día publicada la semana pasada.

El PPD de hoy es controlado por Chavistas

De entrada las cifras tienen toda la lógica del mundo. Reflejan que los candidatos ya no viven en una burbuja y se exponen al juicio consistente del pueblo o la opinión pública, elementos importantes en la formación de la percepción política. Es ahí, cuando se sale del cascarón protector, que se empieza a ver la verdadera cara del candidato y no todos pueden aguantar el embate de los ataques políticos y/o el escrutinio independiente.

El dato más revelador de La Encuesta es que vimos al comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, ganando terreno considerablemente, tanto ante su rival de primarias en el Partido Nuevo Progresista (PNP), Ricardo “Ricky” Rosselló, como en una eventual confrontación ante el dirigente del Partido Popular Democrático (PPD), David Bernier.

El Nuevo Día publicó lo siguiente con relación a los datos de La Encuesta: “El presidente del Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi, remontó la enorme ventaja que le tenía el doctor Ricardo ‘Ricky’ Rosselló en la contienda por la candidatura a la gobernación de esa colectividad y a tres meses de la primaria, prevista para el 5 de junio próximo, logró alcanzarlo al obtener el 47% de apoyo de los novoprogresistas, exactamente el mismo número que tiene su rival desde el año pasado”.

El periódico reseñó, además, que “La Encuesta de El Nuevo Día reveló que si el presidente del PNP, Pedro Pierluisi, enfrentara a Bernier por la gobernación en las elecciones obtendría el 41% de los votos, versus el 29% de Bernier. Si el rival del candidato del PPD, que oficializó su aspiración en diciembre, fuese Ricardo Rosselló Nevares, el científico obtendría 38% de los votos, versus el 28% de Bernier”.

El panorama es más o menos el siguiente. Pierluisi está en buena posición para ganarle a Rosselló tras el retiro de Thomas Rivera Schatz y Bernier en estos momentos no le ganaría a nadie del PNP.

Después de bastantes años lidiando con encuestas, mi juicio es, y lo voy a decir de manera directa, que Pierluisi está ganando un empuje difícil de frenar y se dirige a ser el nuevo gobernador de Puerto Rico si consigue seducir a la base de su partido y logra que los periferales salgan a votar, sobre todo, en la primera ante Rosselló, además de evitar errores catastróficos en su campaña, como, por ejemplo, exponersedemasiado con su compañero de papeleta Carlos Pesquera.

Pierluisi ha hecho un buen trabajo en proyectarse como la persona con experiencia y ha aprovechado el escenario de la crisis económica en Washington para dejar establecido que puede ser quien tome el mando del país, porque “tiene las relaciones políticas para manejar el tema de Puerto Rico en la capital federal”.

Claro, todo esto en realidad es una ficción, porque si miramos con detenimiento no es mucho lo que el comisionado residente ha logrado en Washington, pero lo que ha adelantado ha sido suficiente como para establecer la percepción de que está por encima de Rosselló y Bernier en términos de capacidades y el pueblo así lo ha entendido.

Me parece que todo el escenario de la Junta de Control Fiscal acabará por fortalecer aún más la posición de Pierluisi ante el electorado, pues su decisión acertada de apoyar al gobernador Alejandro García Padilla en la búsqueda de una solución estadounidense a nuestro escenario fiscal no ha hecho otra cosa que ganarle credibilidad ante la opinión pública.

Esa estrategia de Pierluisi ha dejado muy mal parado a Rosselló, cuyos intentos de proyectar capacidad para gobernar siguen naufragando y la ausencia de transparencia en sus finanzas electorales han comenzado a sembrar dudas en el país sobre si con él se repetirá aquella historia de “Alí Babá y los 40 ladrones”.

Pierluisi tiene un serio problema en Pesquera, pues es un compañero de papeleta carente de la fogosidad que podría faltarle al comisionado, por lo que una pareja Jenniffer González-Pierluisi podría hacerse realidad. Ese sería un escenario interesante, pues los afiliados del PNP estarían enviando el mensaje de que están hartos de las planchas y optar por las fórmulas que ellos entienden son mejores para el partido, lo cual es muy saludable.

En el lado popular las caras de preocupación deben ser evidentes. Bernier lucha con establecer un mensaje de claridad y lidiar con la estructura tradicional de su colectividad. Luce que la inercia del PPD se lo está tragando y debe salirse de ahí con urgencia si es que quiere tener alguna posibilidad de triunfo.

En el campo de los candidatos “alternativos”, pues la tendencia sigue igual, sin mucho respaldo masivo del electorado. Me estuvo curioso que Alexandra Lúgaro pidiera ser medida en La Encuesta y cuando se hace, dice que hubo manipulación. ¿Manipulación? Mejor digamos es la dura realidad. Esta sociedad, por desgracia, no está lista para predicar lo que tanto habla: el cambio. Seguiremos así, presos de los partidos tradicionales y sin posibilidades de impulsar cambios esquemáticos porque aquí en Puerto Rico nos encanta eso de que “es mejor el malo conocido que el bueno por conocer”.

Es por ello que en el contexto histórico que midió La Encuesta, se hace evidente que Pierluisi, el más experimentado de todos, saldrá adelante como el favorecido de la población, empujado por un PNP con mayor volumen de electores y con un PPD que todavía no ve cómo desvincular a su actual candidato de la administración de García Padilla.

La carrera política sigue su ruta y Pierluisi parece que empieza a marcar el paso. ¿Lo mantendrá? Vaya usted a saber, porque en la política todo es posible.