Por José M. Saldaña, expresidente de la UPR
El actual estatus colapsó y el gobierno ha admitido que la deuda de $73,000 millones que tenemos es impagable. En los próximos dos meses estaremos frente a un impago de más de $1,900 millones. El Banco Gubernamental de Fomento (BGF) reconoció que no habrá liquidez a partir de junio. No habrá dinero para cumplir con las obligaciones gubernamentales. Estamos en quiebra, sin una ley local de quiebras que ayude a reestructurar la deuda ni la protección del Capítulo 9 de la Ley de Quiebra federal para Puerto Rico. Nos encontramos frente a una grave crisis.
Ante esta situación dependemos de que el Congreso de los EE.UU. y la administración de Obama lleguen a un acuerdo para aprobar medidas que ayuden a solventar esta inminente “crisis humanitaria”. Habrá que ver si la acción que se tome -si alguna- será suficiente y a tiempo, dado el momento de conmoción política electoral por el cual atraviesa la nación.
Si el Congreso no actúa, el presente gobierno de AGP/Bernier no tiene solución excepto no pagar las deudas y a Dios que reparta suerte. Ante esta situación, el PPD propone un cambio de estatus hacia un “ELA soberano” que es la Libre Asociación/modalidad de la independencia.
Bajo ese estatus perderíamos innumerables beneficios que hoy tenemos. Veamos: Viviríamos en un país extranjero como lo señalan los Informes Presidenciales. Perderíamos con el tiempo el Medicare pues como país extranjero este no nos cubriría. No sabemos cómo la Administración de Veteranos podría operar o si habría que ir a las Islas Vírgenes o Florida para recibir los servicios. Se acabarían los fondos de Medicaid que hoy recibimos para sufragar los costos de Mi Salud que cubre a 1,600,000 beneficiarios. Igual sucedería con los programas de servicios médicos de los Centros 330.
No existiría el Programa de Ayuda Nutricional (PAN), ni el WIC para alimentar a las familias de recursos limitados, especialmente madres y niños. Desaparecerá el seguro por desempleo federal para los desempleados en la Isla.
Se perjudicaría la construcción porque desaparecerían los fondos federales para programas de construcción y remodelación de escuelas, hospitales y servicios, especialmente en municipios. Se perderían las ayudas federales de Head Start para los niños de edad pre-escolar. Se afectarían los fondos federales para el Departamento de Educación que representan más de 1 billón de dólares (1/3 parte de su presupuesto) para salarios de maestros y otro personal de programas especiales y comedores escolares.
A nivel universitario se acabarían los fondos de las Becas Pell, préstamos federales, fondos de investigación de NSF, NIH, NASA, entre otros; lo cual causaría el cierre total o parcial de muchos colegios y universidades privadas y públicas, que dependen de esos fondos para educar a nuestros jóvenes de bajos ingresos.
Las familias de recursos limitados no tendrán acceso a los subsidios de vivienda de la Sección 8. Perderíamos los fondos federales para la construcción, operación, mantenimiento y servicios de más de 70,000 unidades de vivienda pública que albergan 400,000 personas en la Isla.
La administración Federal para el Manejo de Emergencia, (FEMA) dejaría de existir y el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos no velaría por nuestras playas, ni por hacer trabajos para mitigar inundaciones y dragados. En casos de emergencias no habría fondos federales para socorrer a los afectados o reconstruir puentes y carreteras. Tampoco recibiríamos fondos federales para el dragado de bahías, la conservación y ampliación de puertos y facilidades portuarias. Se perderían los empleos federales de los que aquí trabajan en esas agencias.
Desaparecería la Agencia Federal de Aviación (FAA) y se perderían los fondos para operación, construcción y mantenimiento de nuestros aeropuertos. Desaparecería ‘Homeland Security’ y sus empleos para nuestra seguridad en puertos y aeropuertos.
Con la Libre Asociación desaparecerían los préstamos que garantizan la Administración de Pequeños Negocios (SBA) y el FDIC que garantiza los depósitos bancarios.
Más importante aún, perderíamos la protección de nuestros derechos civiles y libertades bajo la Constitución de los Estados Unidos, la protección del FBI, la presencia de la Fiscalía federal y el Tribunal federal en Puerto Rico que garantiza nuestro derechos como ciudadanos americanos. Perderíamos la protección que nos brinda todo el gobierno federal, que nos garantiza el disfrute de las libertades y derechos que nos provee la constitución americana; libertad de expresión, y asociación, prensa libre, Habeas Corpus, debido proceso de ley, presunción de inocencia, elecciones libres y seguras.
En fin, perderíamos la forma de vida que nos brinda la bandera americana. Una vez seamos libres y soberanos dependeremos de lo que nos ofrezca el Congreso durante una transición y después… ¿qué?
Debemos pensar bien si estamos dispuestos a entregar todo esto y dar un salto al vacío.
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