Por: Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés, Twitter: @discusionPR

En días recientes, el Secretario del Departamento de Desarrollo Económico, Alberto Bacó, expresó que la “crisis humanitaria”, que García Padilla y la administración de Obama han levantado, es una estrategia política para influenciar las elecciones nacionales entre demócratas y republicanos. Iván y yo concluimos eso hace semanas en Hablando Claro.

El Secretario del Tesoro de Obama y varios congresistas demócratas de la nada han visitado la Isla últimamente. ¿Resultados? Ninguno, al menos para el bien de Puerto Rico. Esas visitas no tienen otro propósito que atraer la cobertura nacional para proyectar al sector demócrata como el más preocupado con los hispanos y pintar un partido republicano apático con las causas latinas. Al presente, ni uno ni el otro han hecho algo por Puerto Rico. Si bien el Congreso no ha hecho nada, tampoco la Casa Blanca.

Lamentablemente, esta charada ha contado con el coro de ciertos líderes locales que participan de ese circo político. ¿Qué ha hecho Obama o Hillary con su “gran poder” en el Ejecutivo? Pregunta retórica. Si la administración de los demócratas quisiera ayudarnos, lo hubiera hecho como lo hizo Obama con el sector bancario. Para eso, no hace falta actuación del Congreso. Puerto Rico no puede ser el balón político de una elección en la que tan siquiera podemos votar.

Iván, tengo que repetirlo, esto es reflejo del estatus territorial y colonial que vivimos. Como Estado, tendríamos 7 congresistas representando los intereses de Puerto Rico en el Congreso para bailar en la casa del trompo. Además, podríamos castigar con el voto al presidente que nos da la espalda. Sin eso, solo vendrán los candidatos antes de una primaria y quedaremos en el olvido hasta el nuevo periodo eleccionario. Peor aún, algunos ni vienen y mandan a su familia para beberse una cerveza local en un sitio que parezca pueblerino. ¿Y nosotros? En la Trangala.

La Junta colonial, la crisis fiscal y económica y la migración masiva son síntomas de esa enfermedad que nos endulzaron en el 1952. Precisamente, la Casa Blanca de Obama le dijo a la Corte Suprema Federal que con eso también nos engañaron.

Por: Lcdo. Iván Rivera, Facebook: Facebook.com/DiscusionPuertoRico

Ramón, como indicas, mucho antes del “grito de Bacó”, en Hablando Claro habíamos analizado que el planteamiento de “crisis humanitaria” era una estrategia de los demócratas para meterle un dedo en el ojo a los republicanos.
Lamentablemente, incluso luego del anuncio del nuevo proyecto para la creación de una anti-democrática junta de control fiscal, continúan oficiales electos del país “agradeciendo” a Nancy Pelosi y a Jacob Lew por su “ayuda”. ¿Ayuda de qué…? Yo diría más bien; “gracias por nada”. La realidad es que el alegado proyecto de consenso, tal y como ha indicado el Presidente del P.P.D. David Bernier, lo que establece es una agencia de cobro en favor de ciertos acreedores por parte del Congreso Federal con el aval del Ejecutivo. Esto, sin ningún tipo de herramienta de desarrollo económico.

Una de las más crudas y burdas muestras del colonialismo que sufre nuestro país lo es al afán de algunos por mostrar lealtades políticas a los partidos de la metrópoli. En ese momento, pierden de perspectiva el “ellos” y el “nosotros”. Es precisamente en ese instante que lo conveniente para los puertorriqueños pasa a un segundo plano en el afán de algunos por despolvar traseros de ultramar.

Es peor y más dañino cuando el despolvoreo proviene de parte de alegados “soberanistas” e “independentistas”. Ramón en tu caso como estadista puedo entender que intereses ser parte de las estructuras partidistas de la federación estadounidense. Al fin y a la postre, tu pretensión es que Puerto Rico se integre formalmente a la misma.

No obstante, sobre aquellos que definen su vida política en el alegado patriotismo y/o defensa de eso a lo que llaman “nuestra idiosincrasia”, ese activismo y lealtad no tiene otra explicación que el establecimiento prioritario de sus intereses personales. Por eso, coordinan fotos presidenciales bebiendo la cerveza local que es su cliente. Es un “win, win situation”. Le dan publicidad al producto de su cliente a la vez que dicha foto los ubica cerca a una figura de poder político de allá para cautivar futuros clientes.