El Partido Popular reaccionó a la votación que hubo en el Congreso sobre el proyecto de PROMESA. La reacción es por conducto de su presidente David Bernier, y los exgobernadores Aníbal Acevedo Vilá y Rafael Hernández Colón; este último una de las mentes jurídicas y teóricos políticos más brillantes que ha dado Puerto Rico. Muy distinto a la opinión que tengo de Acevedo Vilá, elocuente ejecutor de entuertos, siempre he sentido gran admiración y respeto por Rafael y creo que está en la misma categoría de José Trías Monge, Santos P. Amadeo, Armando Cadilla Ginorio, Antonio Negrón García, Jorge Díaz Cruz y, por supuesto, su padre Rafael Hernández Matos. Aunque muchos, por cuestiones políticas, no le dan el valor que en verdad merece este gran puertorriqueño.

Bernier sigue mintiendo con el ELA como República Bananera Chavista que le controle la Ciudadanía a USA. El ELA es Peor de lo Peor – AGP/PPD No han podido definirlo en 62 años – El ELA Soberano es la República Bananera y regresar al Componte, a ser como Haití.

Sin embargo, lo que planteó Rafael Hernández Colón es interesante y merece un comentario; fue que “dentro de esa unión permanente, cabe la protesta más vigorosa como nosotros lo vamos a mantener”. Creo tiene razón. La protesta vigorosa cabe en nuestro entorno geográfico y la hicimos en 2012 cuando el 54% de los ciudadanos americanos en Puerto Rico votaron en contra de que siguiera la actual condición política. Eso fue una protesta a través del método electoral que puede ser mucho más precisa y medible, en términos cuantitativos y cualitativos, que las protestas callejeras.

Por años, los estadistas hemos planteado que nuestra ciudadanía americana se manifiesta de segunda en el diario vivir que tenemos en Puerto Rico. Solo basta montarnos en un avión y aterrizar en cualquiera de los estados y todos los derechos recaen sobre nosotros. Siendo la ciudadanía americana definida por Earl Warren como; “Citizenship is man’s basic right, for it is nothing less than the right to have rights”, el proyecto congresional de PROMESA evidencia la carencia de poderes y soberanía que tiene Puerto Rico, y la ciudadanía sin derechos como parte consustancial del problema colonial. Es irónico y dramático que la base legal del proyecto sea el Artículo IV, Sección 3 de la Constitución de los Estados Unidos. La muy conocida cláusula territorial.

La lucha por la igualdad política, en todos los aspectos jurídicos y constitucionales, ha tenido obstáculos que luego, con el devenir del tiempo y de la historia, han sido superados y los pueblos y las minorías, por igual, han podido salir del ostracismo político y social en que se encontraban. Sea la lucha por la independencia o, en nuestro caso, por la igualdad, como lo garantiza la soberanía del estado.

Cuando, a mediados de los cincuenta, Martin Luther King comienza su lucha por la igualdad de los negros en los Estados Unidos, muchos de sus pares le dijeron que la lucha era infructuosa e imposible de ganar. Los años pasaron y la siembra hecha tuvo abundante cosecha. Y gracias al Reverendo King hoy los Estados Unidos tiene a un presidente negro. Ejemplo elocuente del saldo neto de esa lucha. Igual pasó con las mujeres. Una enmienda constitucional les otorgó el derecho al voto; y mediante la lucha que provoca legislación y jurisprudencia hoy existe la inminente posibilidad que una mujer sea presidenta de los Estados Unidos. Todo se ha dado mediante la búsqueda de la igualdad, reconocida en los tribunales o en los cambios políticos que, también, se dan mediante el ejercicio del derecho al voto.

PROMESA le promete al Pueblo que en el futuro no habrán malos entendidos, como el que ocurrió en 1952. Los tiempos cambian y los lenguajes ambiguos son ya cosas del pasado. Tal vez, sea ese el mensaje solapado en la entrelínea del proyecto.