Espadas o floretes, retos a duelo y llamados a “en guardia”. ¿Esas son las inmadureces que rondan por la mente de Bernier en medio de la crisis que sufre Puerto Rico? Hasta se prestó para actuar con florete en mano en la producción de un anuncio con “eso”. Nada extraño en Bernier. Así cogobernó a Puerto Rico durante este cuatrienio junto a García Padilla.

Por eso, a nadie debe extrañarle la jerigonza de Bernier cuando habla del estatus político; de su desastrosa participación en este desgobierno y de la crisis o de sus planes para gobernar. Todo siempre tiene un “después”. Todo es un enredo de palabrería que Bernier pinta con el más difuso tono de gris. Palabrería que siempre cierra hablando de consensos, unidad y todo aquello que suene a poesía trivial.

Lo más impresionante, sin embargo, es la “tolerancia” de algunos periodistas que reseñan textual y disciplinadamente la jeringonza de Bernier, sin cuestionarle casi nada que pueda herir sus sentimientos o que pueda colocarlo en situación difícil. De hecho, al único candidato a la gobernación que ese grupo de periodistas le pregunta el por qué, cómo y cuándo de cada uno de sus planteamientos, es al doctor Ricardo Rosselló. Le exigen hasta el ADN de cada una de sus palabras. A Bernier no le preguntan por su desatinado desempeño en este desgobierno, pero a Rosselló le preguntan hasta por el gobierno de su padre a pesar de haber transcurrido más de 16 años de su culminación.

Ese grupo de periodistas y medios de prensa que patrocinan la jeringonza de Bernier, tienen derecho a hacerlo. Pero todos los hijos de esta tierra, también tenemos igual derecho a señalarlos. La libertad de expresión es para todos. El desbalance mediático que describo es demasiado evidente: a Bernier lo “tapan” y a Rosselló lo cuestionan. Lo mismo habrían hecho con Pedro Pierluisi. Esos son los periodistas y los medios que acomodaron fichas para elegir desastres como Sila Calderón, Aníbal Acevedo Vilá y Alejandro García Padilla. Ahora, vuelven a la carga con Bernier. A conciencia, saben que Bernier no debe ni puede ser gobernador, pero es lo que les trajo el barco.

El más reciente ejemplo de la “tolerancia” mediática con la jeringonza de Bernier ocurrió el pasado viernes 17 de junio, cuando se reunió la Junta de Gobierno del PPD. Después de la quiebra y el derrumbe del ELA, todo Puerto Rico esperaba que Bernier, por fin, anunciara cuál es específicamente la “nueva alternativa” de estatus político que él mismo ha mencionado decenas de veces durante los últimos seis meses, pero sin definirla. Recordemos que a principios de este año, Bernier se había comprometido con anunciar una “nueva alternativa” de estatus político no colonial, tan pronto el Tribunal Supremo federal resolviera el caso de Sánchez Valle v. ELA.

Terminó la reunión y la definición específica de la “nueva alternativa” de estatus político, nunca apareció. Sabiendo que cuenta graciosamente con la “tolerancia” de algunos periodistas y medios, se paró frente a ellos y lanzó la más descabellada jeringonza ideológica. Dijo que se dirigen a un nuevo estatus político no territorial, no colonial, no sujeto a la soberanía del Congreso federal, basado en la soberanía puertorriqueña, pero que sería con ciudadanía americana y con fondos federales. Es decir, un engendro imposible e irreconocible, pero con Santa Claus y los Tres Reyes Magos los 365 días del año. Ahora, se llamaría “lo mejor de todos los mundos”.

Esa jeringonza de suprema irresponsabilidad y oportunismo de quien aspira a la gobernación, ni siquiera sufrió un “raspazo” en su pintura. Así mismo se la publicaron la mayoría de los medios. Bernier no dio explicaciones por ese disparate, por esa falsedad. Bernier tampoco especificó cuándo acabará de definir con nombre, claridad y contenido hacia dónde el PPD pretende llevar a Puerto Rico.

La verdad es que Bernier es separatista, cree en la libre asociación, pero tiene miedo de decirlo. Pretende posponer la definición del PPD para después de las elecciones y así tener un “cheque en blanco” para luego dirigir a este pueblo a la separación que en Puerto Rico no tiene apoyo.

Después de todo, qué puede esperarse de un candidato a la gobernación que le preguntaron cómo votó en el Plebiscito de 2012, y titubeando pero sin sonrojarse, dijo que no recordaba. Ese es el estilo de político que tiene hastiado y fastidiado al pueblo de Puerto Rico. La jeringonza de García Padilla sería como un paseo dominical por el Malecón de Naguabo en comparación con lo que le esperaría a Puerto Rico con Bernier y su jerigonza en la gobernación. Ahora, Bernier también habla su jeringonza sobre el desarrollo económico; las ideas que nunca ejecutó cuando tuvo el deber y la responsabilidad como el segundo al mando en el peor gobierno de la historia.

¡Te conozco colorao aunque vengas disfrazao!