LONDRES (AP) — Gran Bretaña se despertó el viernes como un país dividido, mientras la gente reaccionaba con júbilo y alivio o conmoción y enfado al resultado de una votación histórica que marca un cambio trascendental en la relación del país con Europa.
En el mercado londinense de Billingsgate, los tenderos estaban encantados.
“Absolutamente maravilloso, las mejores noticias que he tenido”, dijo Allen Laurence, de 65 años. “Queremos que Inglaterra —o Gran Bretaña— vuelva a ser como era hace años, y va a ser como queríamos que fuera”.
Mathew Heart, un vendedor de 46 años, dijo que aunque la votación no le afectaría de forma personal, estaba satisfecho.
“Creo que es genial que hayamos recuperado nuestra independencia”, dijo.
Los pasajeros que pasaron el viernes por la principal estación de tren del acomodado barrio de Richmond, en el suroeste de Londres, que votó de forma abrumadora a favor de permanecer en la Unión Europea, expresaron su frustración e indignación por el resultado del referendo británico a favor de abandonar la UE.
“Estoy bastante conmocionado, la verdad”, comentó Martin Laidler. “Mi hija de nueve años me pidió que votara por la permanencia, así que estaba votando por su futuro”.
Olivia Sangster-Bullers, de 24 años, dijo que el resultado era “absolutamente repugnante”.
“Mi mejor amiga y su pareja, uno de ellos es de España. ¿Cómo va a sentirse ahora?”.
Cuando se le preguntó si el resultado afectaría a su vida, respondió: “Acabo de ver que la libra se ha derrumbado, así que buena suerte a todos nosotros, especialmente a los que intentamos construir un futuro con nuestros hijos”.
Los usuarios del transporte público viajaban con la vista fija en sus celulares o, algo poco habitual en Londres, hablando entre sí sobre el resultado de la votación. Algunos sacudían la cabeza, otros se abrazaron.
Peter Walker, de 50 años, dijo creer que el referéndum sirvió como válvula de escape para personas que tienen miedo, pero que probablemente el resultado no resuelva los problemas que enfrentan.
“Creo que es una solución a corto plazo”, dijo en su camino hacia el autobús que lo llevaría a trabajar.
Beatrice Rumsey, una trabajadora sanitaria de 67 años que procedía del noroeste de Inglaterra, dijo que referéndum había dado una voz a “la gente corriente” que no cayó en lo que describió como “tácticas de meter miedo” del bando partidario de la permanencia.
“Bueno, bien, si bajan los precios de las viviendas” dijo mientras desayunaba en un banco de Twickenham, en el suroeste de Londres, antes de entrar a trabajar.
Algunos destacaron el aspecto histórico de la votación.
“Creo que es una reivindicación de 1.000 años de democracia británica”, afirmó el transeúnte Jonathan Campbell James, de 62 años. “De la Magna Carta hasta ahora, hemos tenido una lenta evolución hacia la democracia, y este voto ha reivindicado la madurez y la profundidad de la democracia en nuestro país”.
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