La reunión

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18 de julio de 2016
ADVERTENCIA: Esto es una columna de opinión, no un concurso de simpatías. Si usted entiende que no tiene la capacidad para leer con la mente abierta la opinión de otras personas sin ofenderse y entrar en cólera con el que escribe; hágase un favor y no continúe leyendo. Su salud mental es más importante para mí. Si por el contrario cree que puede leer otra opinión sin desencajarse y de manera respetuosa, compartir la opinión o incluso de la misma manera respetuosa diferir, siga leyendo. Me encanta crear reacción de manera respetuosa. De las diferencias se alimenta la democracia y del respeto se alimentan los buenos modales.
Amigo que me lees, esta semana me reuní con un amigo que hacía años luz que no veía (debo aclarar que un año luz es una medida de distancia no de tiempo, pero me tomo esa libertad literaria para manifestar un largo tiempo). Ahora sacando al “nerd” en mi de este escrito, lo cierto es que me reuní con un amigo que no veía desde el 2013. Nuestros rumbos se separaron debido a la política, no por el tribalismo político que saca el Neandertal del Boricua, sino que él tiene una vida muy activa en la política y yo la veo y la comento desde afuera. Ustedes saben (y si no lo saben, se los dejo saber) que no trabajo en política, no pertenezco a ningún grupo del partido al cual milito (aunque muchos me acusaron de serlo y aun deben estar buscando mi imaginario contrato), y siempre he trabajado en la empresa privada. Pues volviendo a la reunión, pues el miércoles me reuní con este amigo el cual aprecio. Él se identificaba como seguidor de Ricardo Rosselló y también trabajó en su campaña. Yo a diferencia de él, no apoyé a Ricardo Rosselló. Él y yo, jamás nos envolvimos en los ataques viscerales que se dieron como parte del proceso de la primaria. El punto amigos lectores, es que mientras muchos se atacaban a mansalva, mi amigo y yo observábamos. Claro que ambos nos expresamos a favor de nuestros respectivos candidatos. Yo apoyé a Pedro Pierluisi, porque veía en ese candidato la experiencia y el talento para gobernar a Puerto Rico. Mi amigo veía en Ricardo Rosselló la juventud y visión para hacer cambios en Puerto Rico. Ambas formas de pensar son validas, en la medida y en cuanto uno no tratara de imponerse sobre el otro. Tanto mi amigo y yo, no sucumbimos al ataque que manifestaron seguidores de ambos candidatos de la manera más retrógrada.
Aunque somos de pensamientos diferentes, nos une un respeto y el ideal de la Estadidad. Yo soy estadista desde el 2008 cuando la primaria entre Luis Fortuño y Pedro Rosselló. En esa primaria me afilié al Partido Nuevo Progresista, porque vi en ese partido las herramientas para llevar a Puerto Rico a mejor futuro. Yo que antes fui popular soberanista, entendí que la Estadidad es la formula de futuro para sacar adelante a Puerto Rico. Créanme cuando les digo, que aún se me eriza la piel cuando oigo Boricua en la Luna y escucho a Fiel a la Vega con orgullo, pero veo en la Estadidad la ruta a seguir. Se puede ser estadista y amar a la tierra que lo vió a uno nacer.
Pues mi amigo y yo nos reunimos para compartir relatos de la pasada campaña, como se abrieron heridas entre miembros del partido y de como el nuevo liderato del partido está buscando unificarse. Entiendo perfectamente el llamado a la unidad, creo que es necesaria, pero las heridas en muchos casos no han cicatrizado aún. Le expresé mis preocupaciones a él, sé que con paciencia las entendió. Le dije a él que Solus Lupus News no es un proyecto dirigido por ningún partido o candidato, sino que soy una entidad independiente, con criterio propio y que aunque voy a dedicarme como siempre a denunciar y fiscalizar al Partido Popular Democrático y el desgobierno de Alejandro García Padilla, también denunciaré lo que pasé en mi propio partido. Sé que hay que unirnos, pero el partido debe ir fortalecido de cara a las elecciones y no puede permitirse cometer errores, ni que “pistolitas sin inscribir” terminen haciéndole daño.
Sé que mi amigo me entendió. Quizás no lo convencí de mi forma de pensar, pero el respeto mutuo es grande y aunque diferimos en muchos aspectos, incluyendo nuestra preferencia por candidatos, tenemos la capacidad de sentarnos a tomarnos un café y hacerlo de manera apacible, como los dos amigos que somos. Ahora bien amigos que me leen (y quizás uno que otro detractor), creo en unificar el partido, pero no creo en la imposición. La unidad no puede darse a la trágala. Requiere de pasos afirmativos en donde hay que pedir perdón en muchas ocasiones, y hay que atraer de manera pasiva y respetuosa. Todos los votos son importantes, principalmente luego de una primaria que terminó 51% vs 49%. El nuevo liderato debe recoger velas y debe incluir dentro de sus estructuras y programa de gobierno, componentes e ideas del 49% que no salió favorecido. Solo así el PNP saldrá unido y no se quedará el esfuerzo en un mero ejercicio de publicidad. #UnidadPNP
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