Puerto Rico es y ha sido un territorio no incorporado , una colonia de ciudadanos americanos que durante la pasada década ha estado sufriendo la crisis económica y fiscal más grande en toda su historia, llevando la isla a la quiebra total y convirtiéndola en un pueblo prácticamente inviable. La razón principal para esta desgracia ha sido la penosa realidad que tenemos mayoritariamente un pueblo ignorante que ha pretendido vivir más allá de su capacidad para producir. Que en esa ignorancia ha elegido algunos gobernantes politiqueros, irresponsables quienes anteponiendo sus intereses electoreros por sobre las verdaderas necesidades del pueblo nos endeudaron hasta llevarnos a una monstruosa deuda -la más grande en cualquier jurisdicción de los Estados Unidos- de $70 billones. Hemos sido un pueblo que ha permitido mantener un estatus eunuco incapaz de generar desarrollo económico autosustentable por no atreverse a dar el paso de salir de un estatus que adolece de los poderes necesarios que tienen los demás ciudadanos americanos: el voto presidencial y la representación en el Congreso con 2 Senadores y 5 representantes. ¡BASTA YA! Como señalara el informe del Grupo de Trabajo de la Casa Blanca del 2011 : “la manera más eficaz de contribuir a la economía de Puerto Rico depende de la resolución de la fundamental cuestión del estatus y el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus.”

Vergonzosamente Puerto Rico hoy necesita urgentemente la ayuda del gobierno federal y su supervisión para impartir disciplina fiscal, mejorar la eficiencia gubernamental, la transparencia y la capacidad de instituir mecanismos para restructurar la deuda de forma que podamos reponer la pérdida de confianza y credibilidad en el actual gobierno y nos permita nuevamente acceder a los mercados financieros. Esto es lo que pretende lograrse con la ley PROMESA y su Junta de Control o Supervisión Fiscal, similar a la que se implantó en 1994 en Washington D. C. Esa Junta también podría propiciar una resolución final de nuestro actual estatus político mediante la celebración de un plebiscito que con aval congresional contenga alternativas no territoriales de estatus permanente.

Ante esta triste realidad tenemos varios sectores antiamericanos y socialistas, retrógrados que apoyan la independencia aunque nos hundamos en la insolvencia. Estos se oponen a PROMESA pero no proponen nada que la sustituya.

Notorio ejemplo, David Bernier. Este había expresado su oposición señalando estar dispuesto a ir a los tribunales a defender la Constitución del ELA, manifestando que la Junta de Supervisión Fiscal “usurparía los poderes del gobierno de Puerto Rico, a la vez que laceraría el sistema democrático que establece la Constitución”. Luego de la aprobación de PROMESA -sin ninguna alternativa viable propuesta- dio marcha atrás y ahora, acomodaticia e hipócritamente, dice que trabajaría con la Junta.

La alcaldesa de San Juan, la independentista, socialista, guerrillera Chavista, simpatizante del Castrismo, Yulín, dice estar dispuesta a unirse a cualquier tipo de manifestación, a la desobediencia civil y resistencia para oponerse a los trabajos de la Junta.

Los llamados ambientalistas antiamericanos, comunistoides -que por todo protestan- han comenzado a meter miedo tratando de crear histeria y rechazo a la Junta señalando que las decisiones de esta tendrán efectos devastadores sobre el ambiente.

El consecuente grupo de vagos, peludos que por todo protestan han establecido un inmundo y bochornoso campamento frente al Tribunal Federal en Hato Rey amenazando con no salir de allí hasta que se le dé marcha atrás a PROMESA. Tan pronto comience el curso en la UPR veremos a los socialistas revoltosos, a la FUPI, a los sindicatos y a la APPU uniéndose a ese campamento. La estrategia es provocar a los federales con actos de violencia y desobediencia civil para conseguir una reacción de estos que produzca alguna víctima que les permita replicar a Vieques.

El pasado martes, antes de comenzar el Foro ‘PROMESA’ auspiciado por la Coalición del Sector Privado, un grupo de manifestantes antiamericanos liderado por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), se plantó en la entrada del Salón Ponce de León del Hotel Condado Plaza para protestar en contra de la Junta de Control Fiscal.

Ninguno de estos grupos antiamericanos que protestan ha propuesto algo concreto para resolver la actual crisis. Su objetivo ideológico es obstruir y sabotear las funciones de la Junta de PROMESA. Ante las decisiones responsables, difíciles y antipáticas que la Junta tendrá que tomar -ya que los políticos locales irresponsablemente no tomaron- estos grupos nacionalistas, reaccionarios gritarán: ¡que malos son los americanos!

No permitamos que estos grupos se salgan con la suya. Apoyemos PROMESA.