El superintendente de la Policía, José Luis Caldero López, va camino a establecer un récord de ascensos con las más de 100 promociones que se anticipa hará de un momento a otro, para sumar 620 ascendidos en dos años y cuatro meses que lleva en el cargo.

Aunque la necesidad primaria de supervisión -principalmente en el rango de sargento- ha quedado relegada, contrario a lo que ordena el acuerdo de Reforma Federal que enfatiza que la necesidad de supervisión de primer nivel es la de más alta prioridad para el cumplimiento adecuado de los acuerdos.

Hasta la fecha Caldero López ha ascendido a 183 agentes al rango de sargento mediante exámenes. La cifra se queda corta para la supervisión ante el hecho de que son muchos los cuarteles en el Área Metropolitana y en el resto de la Isla en los que hay turnos donde no hay un sargento.

Al ascender a 94 sargentos al rango de teniente segundo resta 89 plazas de sargentos.

Un dirigente de policías dijo por radio que las Salas Criminales estaban vacías porque los policías por molestos no estaban radicando suficientes casos.

Lo mismo ocurre con los 60 tenientes segundo que fueron ascendidos por examen a teniente primero y los 69 tenientes primeros que fueron ascendidos por examen a capitán.

El 79% de los ascendidos ha sido por exámenes y el 21% por recomendación o méritos, en los que no es un secreto que se ejercen influencias políticas o de amistad.

Dentro del 21% hay 45 inspectores; 40 comandantes; 21 tenientes coroneles y tres coroneles, con un cuarto que ascenderá en la próxima promoción.

Durante la superintendencia de Caldero López, la Academia de la Policía ha graduado a 308 cadetes, mientras sigue creciendo el número de agentes que se acogen a la jubilación o que renuncian para irse a Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades de trabajo.
Un alto número abandonará la Policía una vez se convierta en realidad una ventana para el retiro incentivado.

Los ascensos de altos rangos han creado situaciones de exceso de oficiales. En el caso de los tenientes coroneles ya hay 32 en funciones, algunos de ellos realizando labores que antes hacía un capitán. Varias Áreas Policíacas como San Juan, Ponce y Bayamón tienen un coronel dirigiéndolas y dos tenientes coroneles. En el caso del SAIC, lo dirige un coronel y tiene bajo sus órdenes a seis tenientes coroneles.

En Operaciones de Campo el coronel Orlando Meléndez Serrano no ha querido revelar ante las peticiones de EL VOCERO cuántos oficiales de alta gradación están bajo sus órdenes y que labores realizan. Al menos tres de ellos son tenientes coroneles. En la Superintendencia Auxiliar en Responsabilidad Profesional hay un coronel y dos tenientes coronel.

El pasado 19 de julio, EL VOCERO reseñó que “entre el 16 de agosto al 1 de septiembre el superintendente, José Luis Caldero López, se propone conceder más de un centenar de ascensos en la Policía, una parte sustancial de ellos para los que pasaron los exámenes en los rangos de sargento a capitán y otra parte a rangos superiores según el criterio del jefe policíaco, que en el caso de la única plaza de coronel podría ser uno político”.

Posteriormente circularon memorandos en los que se obligaba a los candidatos a pasar unas pruebas de aptitud física y que ninguno de los que ascendieron el pasado febrero podría ascender ahora, estableciendo un período de probatoria de un año, por reglamento. El reglamento permite que la probatoria pueda ser de tres meses en cada rango, como había sido la tradición.

De otra parte, Caldero López admitió ayer que solo un 28% de los uniformados había cumplido con el adiestramiento para el uso de fuerza. La primera orden general a esos efectos fue redactada en enero de 2012 bajo la superintendencia de José Enrique Figueroa Sancha.
Para alcanzar el 50% se ha comenzado a dar adiestramiento los sábados y domingos y se asignaron instructores para que acudan a las 12 Áreas Policiacas. El entrenamiento dura dos días.

Caldero López dijo que si se cumple el plan de trabajo, para finales de octubre el 50% de la Fuerza debe haber pasado el entrenamiento. A finales de octubre se detendrán los entrenamientos hasta que pase el período electoral, que requiere a un alto número de agentes trabajando en las calles.