La noche del Apagón

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ADVERTENCIA: Esto es una columna de opinión, no un concurso de simpatías. Si usted entiende que no tiene la capacidad para leer con la mente abierta la opinión de otras personas sin ofenderse y entrar en cólera con el que escribe; hágase un favor y no continúe leyendo. Su salud mental es más importante para mí. Si por el contrario cree que puede leer otra opinión sin desencajarse y de manera respetuosa, compartir la opinión o incluso de la misma manera respetuosa diferir, siga leyendo. Me encanta crear reacción de manera respetuosa. De las diferencias se alimenta la democracia y del respeto se alimentan los modales.

“Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.” – Alberto Moravia

28 de septiembre de 2016

El día 21 de septiembre de 2016 ocurrió un suceso que muy probablemente asustó y llenó de confusión a los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional. Es muy probable que el comandante de la ISS, el cosmonauta Anatoly Ivanishin, junto a los astronautas Kate Rubins y Takuya Onishi descubrieran durante su sobrevuelo del Caribe esa noche, que una de las islas del archipiélago de las Antillas Mayores había desaparecido del planeta, siendo consumida por la oscuridad que normalmente consume a los países subdesarrollados. Lo que normalmente es un punto bien iluminado en el Caribe, sucumbió a la oscuridad, provocada por la falta de mantenimiento que por décadas ha sufrido la infraestructura de la Autoridad de Energía Eléctrica y por un gobierno al mando del gobernante más incompetente que haya pasado sobre la faz de la tierra: Alejandro García Padilla.

El miércoles pasado a eso de las 2:30 pm en algunas áreas y en el resto de la isla a eso de las 4pm, colapsó por completo el sistema de electricidad de Puerto Rico. Un fuego, seguido de una explosión en la central Aguirre en Salinas (al que ahora quieren achacar a un rayo), afectando dos líneas de transmisión de 230,000 voltios. Esto provocó que el sistema (ya de por si, en muy precario estado) , se sobrecargará y colapsara, dejando a 1.5 millones de abonados de la AEE sin servicio de electricidad y a unos 400,000 sin servicio de agua. Por primera vez, desde el paso del huracán Georges y el huracán Hugo, Puerto Rico entero se vio sin servicio a nivel de toda la isla. Por supuesto, que ante el panorama de normalidad y de que no se esperaba ni un huracán, una tormenta, depresión tropical o incluso una vaguada, nadie estaba del todo preparado. Si a esto le sumamos nuestra naturaleza de dejar los preparativos para última hora, además de un gobierno incompetente, todo se alineó para crear una crisis de proporciones apocalípticas.

Para un pueblo acostumbrado a vivir en la comodidad del aire acondicionado, estar demasiado tiempo navegando en las redes; encontrarse de pronto pasando calor y sin la probabilidad de recargar nuestros celulares, tablets o equipos electrónicos, sacó lo peor de muchos. Ahora bien, mientras muchos volvieron a la simplicidad forzada que nos obligaba el nuevo panorama de no tener a la mano la tecnología que nos convierte en un pueblo con los mejores medios de comunicación, pero de los más aislados socialmente; el sufrimiento se apoderó de la mayoría y los Amigos del Alma, o la “elite” autoproclamada de este pueblo, se burlaba por las redes de los menos privilegiados. Por ejemplo, la actriz Johanna Rosaly se mofaba por Twitter de tener aire acondicionado, televisión e internet. Por otro lado, Benjamin Torres Gotay decía por la misma red social, que el apagón resultaba en una bendición, ya que según él, no se habían cometido delitos debido al mismo. Quizás se le olvidó el asesinato de un comerciante ocurrido en Monte Hatillo, o el muerto por inhalación de gases de una planta eléctrica, o la anciada que sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 70 porciento de su cuerpo en un incendió provocado por el uso de velas. En fin, que nadie en su sano juicio puede alegrarse de un apagón, que provocará millones de dolares en perdidas en alimentos descompuestos, enseres dañados, un turismo afectado, una economía que sufrirá por haberse detenido, para aquellos sin servicios de plantas eléctricas; y a los que si las tenían, sumarán los gastos envueltos en la compra de combustible y mantenimiento de esos equipos.

Pero quien botó la bola fue el gobernador Alejandro García Padilla, que mientras todo Puerto Rico sucumbía a la oscuridad provocada por el apagón total, la Fortaleza si tenía energía eléctrica. Y la suficiente como para prender el 100% del Palacio de Santa Catalina e incluso la iluminación decorativa de las murallas alrededor de la Mansión Ejecutiva. (Ver la foto que acompaña esta columna) Mientras el pueblo pasaba calor, se le dañaban sus alimentos, se le dañaban sus enseres y se les complicaba su vida, el gobernador dormía con aire acondicionado, comía comida confeccionada por un chef, y ninguno de los alimentos almacenados en los refrigeradores de la Mansión Ejecutiva, siquiera sufrió variantes de temperatura. Aún bajo ese escenario, salía Alejandro con voz apesadumbrada ante las cámaras y microfonos de la prensa a decirnos que “todos” sufríamos este evento. Como dice el refrán: Todos somos iguales, pero hay quienes son más iguales que otros.

Ahora bien, mientras unos miembros de la burguesía borincana hacían alardes de sus posiciones privilegiadas, mientras el pueblo pasaba calores, el gobierno se la pasaba dando excusas como nos tienen acostumbrados. Por supuesto que la versión oficial era: “es culpa de la pasada administración…”. ¿Pero que han hecho en esta administración por los pasados 3 años y 9 meses? ¡Nada! Politiquear, chuparnos el vivir, quitarnos lo que no tenemos para repartirlo entre los Anaudis de este gobierno. Andar de fiesta con sus clases graduandas en Fortaleza, usar los helicópteros del FURA como carritos de UBER para mover a sus “panas” a la casa de playa en Fajardo. Eso es lo que han hecho en este tiempo. No han hecho lo que tienen que hacer: dar el mantenimiento necesario a la infraestructura de la AEE. Debido a que han sido negligentes en sus funciones, el gobierno de Alejandro García Padilla ha llevado a Puerto Rico a nivel de país subdesarrollado. Ver las fotos espaciales de una mancha oscura entre St. Thomas y La Española da vergüenza. Como le gusta decir al gobernador, han sido el “único gobierno en la historia” que nos ha desaparecido del mapa nocturno.

Y mientras todo esto sucede, ¿Dónde está David Bernier? ¿Ha dicho algo al respecto? Por supuesto que no. Debe andar por ahí, en su hogar con aire acondicionado, TV e internet, pasándola cómodamente esperando a que la crisis acabe para decir cualquier cosa que suene bonita y que como siempre sea irrelevante a la vida del puertorriqueño. Debe andar preparándose para responder que este no es su gobierno, aunque claramente ha endosado con su silencio los abusos y negligencias del mismo. El día 8 de noviembre, acordémonos del 21 de septiembre y de la noche del apagón. Con nuestro voto apagaremos las mal sanas intenciones de un partido PPD que quiere seguir viviendo a nuestras espaldas, abusando del pueblo y seguir chupándonos la poca esperanza que aún pueda quedarnos.

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