A 15 días…

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24 de octubre de 2016

Ya estamos en la recta final de cara a las elecciones generales del 8 de noviembre de 2016. Elecciones que serán sumamente históricas, no solo porque como pueblo decidiremos quien llevará el timón de este barco a la deriva (desde hace 3 años y 9 meses); sino que también nos enfrentamos a un electorado apático y receloso en cuanto a si participar o no del proceso eleccionario. ¿A qué me refiero? Vamos a los datos.

En primer lugar, llega esta elección con un cuadro de emigración que debe rondar los más de 300,000 ciudadanos en lo que va del cuatrienio. Llega esta elección ante un cuadro de 6 candidatos, en donde 2 de ellos reprensentando al PIP y al PPT quedaron descualificados en el 2012, y su aceptación parece haber mermado aún más, por lo que creo no llegarán al 3% entre los dos. Es una elección en donde de forma novel, tenemos 2 candidatos independientes. Uno apela al sector de la juventud, en este caso Alexandra Lúgaro, y otro apela a los Baby Boomers, Manuel Cidre. Y por el PPD está un David Bernier, al que no ha podido zafarse de los escándalos de corrupción del PPD, de Anaudi, Jaime Perelló, Maritere González y ahora Carmen Yulín. Y por el PNP a Ricardo Rosselló, que se presenta ante el electorado solo con lo que sus seguidores han llamado, una “visión de futuro” o «una nueva generación», pero ninguna experiencia gerencial constatable; cuantificable. Si a esta ecuación le sumamos que el electorado está harto de los políticos, y de que la tasa de aceptación de la Junta de Contról Fiscal ronda en más de 65%, el cuadro electoral es uno dificil de pronostico.

Aún recuerdo cuando era pequeño, ese año previo a las elecciones, los anuncios en televisión y radio no se detenían. Caravanas increiblemente grandes todas las semanas. ¿Y los cierres de campaña? Parecían conciertos; de la cantidad de miles de personas que abarrotaban los coliseos. Ahora los tiempos son diferentes. Con una economía en recesión, con un costo astronómico de la gasolina gracias a Las Cruditas impuestas por este gobierno de Alejandro García Padilla, la realidad es que muchos no desean gastar un tanque de gasolina por ningún candidato, no importa cuan fanático se sea. Y si ponemos en perspectiva que TODOS los candidatos son poco llamativos, pues hasta los cierres de campaña parecen cierres del PIP en sus mejores tiempos; con solo un puñado de gente presente y más de la mitad de los propios organizadores. La realidad es que el pueblo está renuente con todos los candidatos, y ven en la Junta de Control Fiscal un ente que por fin acabe con la corrupción y los malos manejos del gobierno. Los políticos están desprestigiados, y con razón.

Claro que siempre habra quien me diga: “Solus, te equivocas. Tal o más cual candidato tiene lo necesario para poner a Puerto Rico sobre sus pies de nuevo.”. Quizas así sea, no dudo que “deep inside” los candidatos puedan tener las mejores intenciones para poner nuevamente a Puerto Rico en la ruta correcta. El problema con todos ellos es que carecen de las características necesarias para hacerlo y gobernar adecuadamente a Puerto Rico.

Tomemos por ejemplo a David Bernier. Un candidato flojísimo de carácter y liderato. Dentista que nunca ha trabajado como tal, solo ha sabido laborar con administraciones populares y en puestos de poca o ninguna relevancia. Capacidad administrativa, quizás un poco, pero nada de lo que se pueda enorgullecer. Si a eso le sumamos que fue gobernador interino para firmar muchas de las más abusivas leyes de este gobierno y que estuvo a cargo de comités que buscaban ayudar en el desarrollo económico de la isla, pues sacó “F” en sus gestiones. Y tomemos en cuenta que su liderato dentro del PPD es nulo, ya que ni siquiera pudo sacar de la papeleta al corrupto Jaime Perelló, y cuando intentó cambiar el logo del partido, todos lo rechazaron. Es tan flojo como candidato, que ha traido a su esposa, Alexandra Fuentes a la campaña y ni aún así sus números remontan. O sea, Bernier es un candidato muy flojo, que no proyecta seguridad ante un electorado ávido de un lider fuerte que sepa lo que debe hacerse.

Si tomamos a Ricardo Rosselló y lo analizamos, llegamos a la conclusión que tampoco es un 4 de julio. Tiene preparación en Ingeniería y Biotecnología, dio clases en la UPR pero se rumora que por favoritismos obtuvo el puesto. Cuando se formó el issue de su contratación, sale se la UPR y es contratado por el Sistema Universitario Ana G. Méndez, donde el presidente de la institución es un buen amigo de su padre Pedro Rosselló González en donde incluso le construyeron al otrora gobernador, una biblioteca con su nombre en la Universidad del Turabo. Algunos de sus seguidores dicen que Ricardo que es el “defensor más grande de la estadidad desde Ferré”, pero si recordamos bien, cuando Ricardo fue partícipe del grupo Boricua Ahora Es, solo defendió la pregunta del Si o No en el plesbicito, la cual solo decía si deseabamos quedarnos como colonia o no. La realidad es que en todas las entrevistas que daba, él solo defendía esa pregunta, ninguna otra. También se habla de que fue cofundador de una empresa establecida en la República Popular China, en donde se trabaja en medicamentos para combatir diferentes enfermedades críticas. El problema con la misma, es que no aparece como poseedora de ninguna patente funcional y la información de la empresa, es poca, o sino, ninguna. Si a la ecuación añadimos que no ha logrado la tan cacareada #UnidadPNP que enarbolan, el cuadro no es alentador. Incluso entre sus propios seguidores hay bandos, y dentro de las entrañas de su equipo, hay diferencias irreconciliables. Además, muchos rumoran que varios de los que lo asesoran y defienden en los medios, solo buscan garantizarse una buena pensión de retiro, si él llegase a la gobernación. En fin que Ricardo no tiene ninguna experiencia administrativa constatable, aparte de su chequera personal, y lo rodea gente que no lo ayuda a proyectar una imágen confiable ante el electorado.

De Maria de Lourdes Santiago solo se pueden decir 3 cosas. Una es, que toda la vida ha vivido de la política. Dos, que en su pasar por la legislatura ha roto todos los records de abstenciones que legislador alguno haya podido ostentar. Y tres, que tiene la personalidad prepotente de quien nunca ha ostentado el poder, pero de llegar a hacerlo lo ejercería como sus amigos Nicolas Maduro, Daniel Ortega y los Castro en Cuba. Su personalidad ha quedado de manifiesto en los diferentes debates y foros, donde ha demostrado poco respeto por sus contrincantes y siebdo una prepotente. En fin, que sería una dictadora en todo el sentido de la palabra; y a esas personas se les debe negar el acceso al poder. Punto.

Sobre Rafael Bernabe, debo decir que solo ha vivido de dar catedra en la UPR, y nunca ha trabajado en nada de lo que predica. Es un teórico en el total sentido de la palabra, con ninguna experiencia poniendo en práctica lo que enseña.

Sobre Manuel Cidre debo decir que es un empresario con basta experiencia en el sector privado. Ha sabido lo que es estar abajo, “raspando el pegao”, y ha echado hacia delante su familia y sus negocios. Muchos le atribuyen que es colonialista, otros que es estadista. Su mejor carta de presentación es que sus negocios son prosperos. Su mayor falta, total desconocimiento del monstruo que es el gobierno de Puerto Rico. Y en caso de que ganara la gobernación, la legislatura no lo dejaría gobernar.

Alexandra Lúgaro es otra enpresaria que tiene como una sombra el haber sido investigada su compañía por los federales por un posible esquema de corrupción con las tutorías en el Departamento de Educación. Preparación tiene, y proyecta bien. Algunos dirán que proyecta un aire pedante, otros dicen que tiene que mostrarse fuerte ante un campo político que destroza a los debiles. Pero igual que Cidre, no la dejarían gobernar.

En fin amigo lector, el cuadro ante nosotros no es alagador. Ante unos candidatos que carecen de lo necesario para gobernar, dependeremos de la Junta de Control Fiscal para que ponga orden ante este caos y falta de galones necesarios. Lamentablemente la culpa de que los candidatos a la gobernación sean tan pobres en las cualidades necesarias, no es de ellos; sino que por el contrario es totalmente nuestra. Hemos sido un pueblo que hemos dejado de lado nuestra responsabilidad ante las futuras generaciones de tener gobernantes a la altura de los tiempos. Hemos puesto en el poder incapaces como Alejandro García Padilla, ya sea por un fanatismo arcaico, o bien por unas aspiraciones prematuras e inmaduras de otros. Hemos puesto en el poder a pillos, corruptos e incluso borrachos. Pero cuando hemos tenido la oportunidad de poner gente preparada, y con los quilates para gobernar este barco a la deriva, le hemos dado de codo y los echamos al zafacón. Por tanto somo los culpables de haber bajado el estándar de lo que se requiere para gobernar. No digo que todos los actuales candidatos no estén preparados o no tengan las mejores intenciones, pero sus credenciales a mi entender no son las ideales ante el cuadro desolador que vivimos.

Puede ser que se pregunte amigo lector que ante un cuadro así: “¿Por quién votará Solus?”. Pues le diré candidamente que se siente a analizar a cada uno. Chequee sus propuestas y su viabilidad. Verifique sus antecedentes, incluso pregunte a los más mayores, si recuerdan algo sobre los candidatos que haya sucedido en el pasado. Verifique su “body language”. ¿Qué dicen sus gestos cuando habla? ¿Su tono de voz le brinda confianza? Verifique y averigüe quienes lo asesoran, quienes lo rodean. ¿Quiénes son sus directores de campaña? ¿Se le conocen delitos al candidato o a sus asesores o directores de campaña? En fin amigo lector, todo ese análisis debe ser hecho por usted, no por mi. No deje que le vendan Dinares de Irak en estas elecciones. Haga su asignación y esperemos que para los próximos 4 años podamos escoger alguien con la capacidad necesaria para llevar los destinos de Puerto Rico. Sino es así, Dios permita que la Junta de Control Fiscal haga mejor trabajo que el que como pueblo hemos hecho hasta hoy.

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