El Indulto y el Bautismo – AGP No Pega Una

El Indulto y el Bautismo

El Gobernador no permitió que la Junta de Libertad Bajo Palabra (JLBP) estudiará la alegada “rehabilitación” del Palerm Cruz

01/07/2016 San Juan, Puerto Rico. Cobertura de la conferencia de prensa del gobernador Alejandro Garcia Padilla y el equipo fiscal. (Agustin Santiago/El VOCERO)

Agustin Santiago/El VOCERO

Por: Lcdo. Iván Rivera, Twitter: @discusionpr

Ramón, cuando todo parecía indicar que el Gobernador saliente no podía “embarrarla más”, vinieron los indultos. El Artículo IV Sec. 4 de la Constitución establece la prerrogativa del Ejecutivo para indultar o suprimir penas. Pero, en esta ocasión, el indulto otorgado por el Gobernador saliente al primo de un amigo del alma nos evoca al viejo refrán popular que reza “el que tiene padrinos se bautiza”. En esta ocasión, a parte del padrino, no se encuentra razonamiento lógico alguno en la ejecución del Gobernador.

Indulto viene del latín “indultus”, y en su primera acepción significa, gracia, por la cual se remite una pena, total o parcialmente, o se conmuta por otra menos grave. La palabra “Gracia” viene del latín “gratia” que significa “Don de Dios” que eleva sobrenaturalmente a un ser racional. En ese aspecto, y escuchando las explicaciones que ha tratado de dar el Gobernador, aparentemente, este cortaba sus clases de “Teoría del Derecho” y de “Derecho Penal”.

El peso que representa esa autoridad cuasi-divina que las constituciones modernas otorgan a los gobernantes requiere de gran madurez y racionamiento lógico. Se define por entendidos que una medida que suprima o reduzca la condena atenta en principio contra la firmeza de los fallos, contra la ejemplaridad que la legislación penal persigue y contra la retribución individual que la misma pretende, inflingiendo un mal en su persona a quien lo ha causado en la de otro, en sus derechos o bienes. Ello conforme a la teoría de la pena que usted prefiera.

El único razonamiento que esboza el Gobernador en el criticado indulto lo es que percibió en un encuentro con el sentenciado cierto grado de rehabilitación, desconociendo que la pena en un sistema democrático de derecho no es para rehabilitar sino que es una retribución al mal causado y que la mera lectura de la Sentencia no es suficiente. Ya todo el país conoce al padrino, lo que pierde de perspectiva como buen católico el Gobernador, es que el bautismo no exime de las penas impuestas a los hombres por la comisión de delitos graves según decretado en el Sagrado Concilio Tridentino.

Por: Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés, Facebook.com/DiscusionPuertoRico

El solo hecho de haber esperado a que pasarán las elecciones generales para anunciar un indulto en estas circunstancias es una admisión que se está haciendo algo altamente imprudente e inmoral. Digo inmoral porque la Constitución le reconoce al Gobernador la facultad de conceder indultos o eximir las deudas sociales a aquellos que transgreden nuestro ordenamiento jurídico penal. Ese ejercicio pudiera ser legal pero carecer de conciencia y aceptación.

Edgardo Palerm Cruz fue sentenciando por conducir ebrio el 15 de marzo de 2010 y, en un lamentable accidente de auto, arrebatarle la vida a una persona y a su hijo que cambiaban una goma en el expreso. Por esos hechos, se le condenó por homicidio negligente con una sentencia de 18 años. Reconozco que parte del análisis de una pena siempre será si el castigo es uno proporcional a la conducta antijurídica. En este delito de provocar la muerte de una persona mientras se conduce en estado de embriaguez (modalidad de homicidio negligente), existen controversias sobre la razonabilidad de la pena.

No obstante, lo que anunció el gobernador García Padilla no es un cambio a la pena de dicho delito que le aplicaría a todos los mortales. Lo más triste de la situación es que se hace para un familiar (primo) de un reconocido miembro del PPD (Roberto Prats Palerm) y ha dado la impresión general de que es un caso de bautismo político. El Sr. Palerm Cruz, quien no cumplió un día de cárcel, muy bien pudiera estar rehabilitado, pero el Gobernador no dio ese espacio de evaluación.

El Gobernador no permitió que la Junta de Libertad Bajo Palabra (JLBP) estudiará la alegada “rehabilitación” del Palerm Cruz. Para eso se creó la agencia. El Gobernador afirma haber entrevistado a Palerm Cruz y darse cuenta de que estaba rehabilitado. ¿Acaso un ciudadano común puede pedir un indulto sin la intervención de la JLBP y ser entrevistado por el propio gobernador? ¿Acaso el gobernador tiene credenciales para evaluar una rehabilitación? La credibilidad de esta administración se perdió en todos los frentes, no solo en los mercados.

COLUMNISTAS, EL VOCERO

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