La oportunidad de 2017 – Por: Carlos ‘Johnny’ Méndez Núñez, Presidente entrante de la Cámara

La oportunidad de 2017

El nuevo año nos ofrece esa oportunidad y nosotros vamos a tomarla

22 de diciembre de 2016, Morovis Puerto Rico, El agente Daniel Rosado de la Policia de Puerto Rico adscrito a la division de Relaciones con la Comunidad del Distrito de Morovis en conjunto con la Administraci—n del Proyecto Egida del Monte llevaron a cabo un compartir navideno en el que le ofrecieron a los residentes musica, comida y obsequios como parte de las fiestas de navidad llevando alegr’a a esa poblacion de la tercera edad. En la foto un residente quien se identifco como El Pollo, observa desde su apartamento a sus vecinos celebrando. (Josian E. Bruno Gomez / El Vocero)

Josian E. Bruno Gomez / EL VOCERO.

Por: Carlos ‘Johnny’ Méndez Núñez, Presidente entrante de la Cámara

Los puertorriqueños nos uniremos mañana para celebrar la llegada de un nuevo año, el cual traerá renovadas oportunidades para lograr cambiar el rumbo y poder alcanzar nuestros más grandes anhelos como pueblo. Puerto Rico atraviesa su más aguda crisis fiscal, económica y social en más de 520 años de historia. Ante este panorama, muchos han perdido la esperanza de lograr aquí, en su terruño, la calidad de vida que se merecen, optando entonces por mudarse a algunos estados de la Nación como la Florida, Texas y Connecticut, por mencionar algunos.

Los números hablan por sí solos. En 2014 se fueron 83,010 puertorriqueños al continente. En 2015 la cantidad superó los 85,000 y aunque los números finales de este año todavía no están disponibles, para este pasado julio la cifra era de 70,016. Se hace relativamente fácil proyectar que cuando se compute toda la información, ese número superará los 90,000. Esto significa que en apenas tres años más de un cuarto de millón de puertorriqueños dejaron su isla, sus familias y amistades en búsqueda de esas oportunidades de realizar sus sueños en otra jurisdicción.

El golpe que ha dejado esta separación de las familias puertorriqueñas se siente aún más durante estos días de la Navidad, cuando muchos añoran compartir con ese familiar que ahora vive fuera de su entorno por causas externas a su voluntad.

El próximo 2 de enero juramenta un nuevo gobierno con una encomienda clara: devolverle a nuestra gente la oportunidad de crecer nuevamente, aquí, en Puerto Rico. Esta tarea no será fácil. Años de mala administración pública, masiva e innecesaria imposición de cargas contributivas y un estatus político que solo se puede describir como inmoral, han hecho su estrago en nuestro pueblo. Para lograr esa transformación que todos queremos, vamos a necesitar trabajar arduamente y en conjunto; solos no podemos.

El servicio público ha sido mi vida, mi vocación. Desde esa plataforma, el Todopoderoso me ha brindado la oportunidad de aportar para sentar las bases con el objetivo de impulsar ese cambio que todos buscamos. El próximo lunes prestarán juramento los hombres y mujeres que compondrán la nueva Cámara de Representantes de Puerto Rico, cuerpo que, con gran humildad y sentido de responsabilidad, me honraré en presidir a partir del 9 de enero y el cual será la punta de lanza para el desarrollo económico que necesitamos, en orden de reunir a nuestras familias.

Nuestra agenda de trabajo será amplia, pero tendrá un solo fin: que Puerto Rico se convierta en el paraíso de oportunidades que todos anhelamos. Un lugar donde nuestros hijos cuenten con las herramientas necesarias para desarrollarse aquí, en su suelo. Donde el sistema de salud sea eficiente, en donde las escuelas no sean un problema, sino que sean la solución. Una tierra en donde cada persona cuente con un empleo digno y bien remunerado. Solo así revertiremos la histórica ola migratoria que ha separado a tantas familias. Nuestro objetivo es que esos aviones que lleguen a la Isla en los próximos años estén repletos de puertorriqueños regresando a su casa, a su Puerto Rico.

El nuevo año nos ofrece esa oportunidad y nosotros vamos a tomarla. Todos los días, al igual que lo hacen cientos de miles de puertorriqueños, me levanto con el deseo de cambiar nuestro camino, de hacer las cosas diferentes para ayudar a nuestras comunidades, con la convicción de que puedo contribuir a hacer una diferencia, porque todos podemos y tenemos el deber de hacerlo. En esta despedida de año, en compañía de nuestros familiares y amigos, miremos al futuro con la esperanza de que vendrán cosas mejores. Estoy convencido de que los mejores días de Puerto Rico no están en su pasado: están en su futuro.

COLUMNISTAS, EL VOCERO

“Compromiso con el cambio”

Del alma brotan buenos deseos  – 

despedida

Para muchos, estas fechas quedan enmarcadas en cuentas regresivas. Vemos la llegada de un Nuevo Año como el fin de una era y el inicio de otra, a la que siempre apostamos traerá  mejores oportunidades que las vividas. Cada año, acercándose los días finales de diciembre, Renace en nosotros ese sentimiento de que existen nuevas oportunidades. Se renueva la esperanza. Reiteramos que podemos comenzar, de nuevo.

Con la llegada del día que tantas veces hemos esperado con alegría y optimismo, recibimos también nuevas fuerzas y hacemos muy personal la importante idea de que, poniendo más empeño en alcanzar las metas establecidas, lograremos que las cargas  individuales y colectivas  sean cada vez más livianas tanto para esta generación como en especial para las futuras.   Las familias se unen.  Se busca dejar atrás cualquier turbulencia del pasado.  Hasta personas extrañas se confunden en ilusiones y abrazos.  Del alma brotan buenos deseos.  Nos dejamos arropar por la sonrisa de un nuevo amanecer. Lo que es cierto para la mayoría de los individuos, lo es también en esta ocasión para nuestro Pueblo.

Para Puerto Rico, el 2017 representa el regreso a la ruta del progreso.  Juntos retomaremos un camino que parecía abandonado y olvidado, no para caminar en las nubes del recuerdo de mejores tiempos, pero para encontrar en ellos los cimientos sobre los que reconstruiremos la Patria.  Si bien es cierto que el cambio ha comenzado y que a partir de aquél martes, 8 de noviembre de 2016, hemos tomado como Pueblo una nueva y más clara dirección hacia nuestro futuro, también lo es que el próximo lunes marca el principio de la senda hacia ese mejor Puerto Rico que sabemos es posible.  Así como lo hemos soñado, nos hemos comprometido a realizarlo… y así como se ha propuesto, juntos y con el liderato de Ricardo Rosselló Nevares, lo forjaremos.

Primero que todo, estamos listos para enfrentar los retos que representa el encontrarse ante la realidad presente.  Lo que ha sido revelado durante el proceso de transición nos presenta también una gran oportunidad de comenzar a atender los problemas del aparato gubernamental con una de las principales herramientas para actuar en toda situación critica: la actitud correcta.   Allí donde hubo acomodaticia confidencialidad, habrá total transparencia.  En aquellos espacios donde se sembraron solamente dudas, por fin encontraremos respuestas.  Donde la norma era la suspicacia, renacerá la confianza.

Segundo e igualmente importante, nuestra gente ha reconocido y avalado las aptitudes y conocimientos de quienes en menos de cinco días comenzarán a implantar el Plan para Puerto Rico en cada una de las dependencias y entidades que al presente se consideran brazos de la Rama Ejecutiva.  El grupo de profesionales que ha respondido al llamado de la historia, cuenta también con el entusiasmo que caracteriza a quienes reconocen la importancia del cambio y viven en la mejor disposición de promoverlo y alcanzarlo de manera ágil.  En nuestro caso, de manera transparente y ordenada.  Hombres y mujeres quienes reconocen que, en el gobierno, el cliente interno es tan importante como el externo; que la transformación que ha requerido nuestro Pueblo en las urnas, para ser efectiva y eficiente, debe darse desde adentro.  Lo anterior, con el convencimiento de que en cada servidor público recae la responsabilidad de dar el máximo para alcanzar las metas establecidas.

Tengamos siempre presente aquél pensamiento en que Celso sabiamente establece que “nadie está William Villafañe, Secretario General del PNPobligado a más de lo que puede.” Comencemos este año convencidos de que cada uno de nosotros, como parte esencial de un todo, podemos y hemos de cumplir diariamente con nuestra mayor obligación: el futuro de Puerto Rico.

WILLIAM VILLAFAÑE, SECRETARIO GENERAL DEL PNP

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