A punto de cumplir 75 años, el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) ha perdido oficialmente el sentido de cargar ese nombre, y con la aprobación de su sucesión hacia la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (Aafaf), apenas le resta manejar su cartera interna de activos y pasivos, en lo que se define el punto final de su futuro.
Con la aprobación anoche en el Senado del Proyecto 452 que crea la Aafaf, y que contó con los votos de la delegación novoprogresista y de los populares José Luis Dalmau y José Nadal Power, prácticamente comienza una cuenta regresiva para determinar a corto plazo el futuro de los activos y el de los 158 empleados que mantenía el banco al 3 de enero.
La liquidez del BGF está por debajo de los $300 millones, confirmó ayer su nuevo presidente, Christian Sobrino Vega, quien puntualizó que la prioridad ahora es el manejo de la cartera de activos, ante la pérdida de su función como banco. La Aafaf tendrá el poder de asignarle un síndico.
Desde hace algún tiempo, el BGF no cuenta con número de ruta para realizar transacciones y EL VOCERO supo que sus empleados apenas tienen funciones para realizar.
“Mira, yo voy a ser muy honesto. El banco continúa presente, tiene una cartera de activos y de pasivos que tiene que atender, tiene deudas, tiene depositantes, pero no es un banco ya. Cuando digo que no es un banco ya, a lo que me refiero es que no tiene su ‘routing number’, no puede llevar a cabo esas transacciones que en el pasado hacía”, contestó Sobrino Vega a preguntas de este medio, e hizo la distinción de “quien eliminó la función bancaria fue la pasada administración, nosotros entramos y ya no tiene esa función”.
Sin definir la transición
¿Cuál va a ser la transición del banco?, se le cuestionó.
“La pregunta de política pública de si Puerto Rico necesita un banco de desarrollo como el BGF, eso se tiene que poner en pausa, porque nosotros ahora tenemos que atender cómo manejamos la deuda con los bonistas, los depósitos de nuestros depositantes, y la cartera de activos privados y públicos que tenemos”, indicó el funcionario de 32 años.
El BGF cuenta con notas o bonos que debe, un portafolio de préstamos en entidades públicas y en privadas (que incluye garantías), préstamos a municipios, una cartera de bienes raíces, y obligaciones con lo que le queda de sus depositantes.
¿Con cuánta gente podría operar en su nueva función?
“Lo que estamos nosotros, ahora mismo, actualmente en esta transición de dos semanas, es participando activamente en el proceso de solicitud de cualificaciones de los asesores legales y consultores financieros, tanto de Aafaf como del BGF, y con estos asesores planificamos llevar a cabo algún plan estratégico y fiscal con el cual podamos determinar ese tipo de (gestión), y todo lo demás”, explicó Sobrino Vega.
Reconoció que contarán con los mecanismos mediante proyectos, algunos pendientes de aprobación, para poder manejar los empleados. Ese es el caso del plan de empleador único del gobernador Ricardo Rosselló, para no despedir trabajadores y destinarlos a las áreas de necesidad dentro del mismo gobierno. Se le preguntó si el Departamento de Hacienda es uno de los destinos naturales para empleados del BGF, por el tema económico, y contestó que “no voy a adelantar esa decisión y tampoco quiero hablar por el secretario de Hacienda. Pero sí, es posible”.
“Una vez tengamos una visión más clara de lo que van a ser los próximos meses y años, y etcétera, del banco, vamos a comunicarnos con los líderes de las uniones”, agregó. Precisamente, el nuevo director ejecutivo de la Autoridad de los Puertos, Omar Marrero Díaz, estuvo reunido ayer con el sindicato que representa a sus empleados, algo que harán los demás jefes de agencia con sus respectivas uniones.
Una de las grandes preocupaciones para los acreedores del gobierno es qué sucederá con sus contratos una vez se transforme por completo el banco o deje de existir. A esto, Sobrino Vega comentó que “lo crítico entre los mercados es lo siguiente: que ellos sepan que hay una entidad sin conflicto de intereses, que pueda servir como agente fiscal y representar al gobierno de Puerto Rico y sus instrumentalidades”, tanto frente a la Junta Federal de Control Fiscal “como ante los mercados de valores municipales”.
Como la Aafaf es agencia sucesora del BGF, entonces manejaría el asunto junto a la negociación de acuerdos, como le encarga la nueva ley que se apruebe, y con el aval de la junta fiscal.
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