Le toca ahora el presidente del senado, Thomas Rivera Schatz, y sus compañeros(as) en el Senado finalizar la discusión de los cambios en las leyes laborales de Puerto Rico.
La raíz del problema está en la ley 80, la misma que le pasan por el lado y no se atreven a tocar.
Las bases de esta discusión las hemos vivido por décadas y durante esas décadas ambos partidos se han dedicado a dar más por menos tiempo trabajado.
Desde el cultural consabido y aceptado “coffee break” hasta el enfermito, todo se ha encaminado a regalar lo que no es tuyo a cambio de nada. En el “ínterin” la productividad ha ido bajando al igual que la fuerza laboral, pues aun cuando han dado más tiempo libre por todo y para todo, la productividad ha seguido bajando.
El informe Krueger que la administración de Alejandro García Padilla pagó para justificar el impago, habla inclusive sobre bajar el salario mínimo y otros beneficios.
El querer resolver esto y a la misma vez querer “motivar o generar” empleos en Puerto Rico no se puede llevar solo y exclusivamente con una “mini reforma laboral”.
Una reforma que no cubre los retos que tiene el gobierno y la empresa privada como por ejemplo con el “enfermito” y con el bono de Navidad que se aumentó en 2006 luego de clavarnos con el IVU. Hoy el IVU está en 11.5% y decenas de miles no reciben el bono de Navidad.
Aún con lo capitalista y proempresa privada que soy, no veo cómo esta “mini reforma laboral” va a incentivar a aquellos VAGOS en nuestra sociedad que al menos consideren volver a trabajar.
Porque gran parte del problema laboral en Puerto Rico es que hemos creado una cultura en donde la VAGANCIA es remunerada. Para muchos en Puerto Rico es más lucrativo el “chivear”, el coger desempleo, Mi Salud, PAN, descuento en teléfono móvil y otros beneficios más, versus irse a trabajar con menos beneficios.
Yo ya los escucho diciendo en la barrita de la esquina con la “Schaefer” en la mano a las 10 de mañana “ UFF ahora menos, ¿pa´ qué?”
Recuerdo durante la administración de Fortuño una campaña para recoger café en donde lo que se ganaban en ese trabajo no les iba a perjudicar en sus beneficios del PAN y otros. Luego de cientos de miles de dólares gastados en publicidad, si fueron 100, fueron muchos.
En resumidas cuentas, en Puerto Rico no existe una cultura de trabajo porque no hay una necesidad mientras el ESTADO siga dando tantos beneficios a cambio de nada.
Y ahora quitando beneficios pues no le veo el beneficio.
Dentro de los puntos propuestos está el periodo de probatoria. Para mí la legislación perdió legitimidad en presentar un periodo de probatoria de 18 meses. Yo entiendo que tres meses es muy poco y me voy por la idea que si el periodo de gestación es de 9 meses, pues ese deber ser el periodo de probatoria.
También planteo ante todos estos ahorros que los patronos van a tener, por qué no subimos el salario mínimo al terminar el periodo de probatoria a $8.00 dólares u otra cifra. ¿Por qué no?
Si queremos incentivar el trabajo, tenemos que atraer al trabajador. Si me vas a reducir los días por enfermedad, que “by the way”, es por culpa del abuso que se da con el Fondo del Seguro del Estado, por qué no dar un premio al cumplir ese periodo de probatoria y la baja de beneficios.
Nuestra participación laboral en Puerto Rico está en casi 40% y eso en parte es por la poca productividad legislada y aceptada, pero la mayoría es porque no les es negocio trabajar por los beneficios federales y estatales que reciben. Simple y sencillamente no les es NEGOCIO.
Para un joven universitario en la UPR es más “negocio” el coger una beca Pell y no trabajar, mientras el Estado le da 800 y pico de millones en subsidio para que a esos mismos estudiantes les sobre dinero para sus gastos.
Al igual que el abuso que se vive día a día con los que se enferman a través del Fondo del Seguro del Estado.
Hay que mirar todo esto desde un punto holístico e ir cerrando llaves a la misma vez. De lo contrario una a una, quedarán en el olvido y el trabajo nunca se terminará, pues los objetivos no se lograrán.
El enemigo: la vagancia. El objetivo: mejorar la participación laboral, no el de mover beneficios de un lado a otro.
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