La transformación de Puerto Rico ha comenzado. El contraste con el pasado es claro, decisivo y esperanzador. Quienes reconocían que la nueva administración gubernamental estaba trabajando en y para el bienestar de la Isla a partir del mismo momento en que se conocieron los resultados de las elecciones generales, comprenden que los resultados de este primer mes liderando los destinos de Puerto Rico son cónsonos con las aspiraciones de nuestro Pueblo y las propuestas refrendadas por éste el pasado mes de noviembre.

Cada una de las órdenes ejecutivas firmadas se han puesto en vigor para adelantar los procesos y gestiones gubernamentales encaminadas a la tan necesaria recuperación económica de la Isla. Muchas de ellas, estableciendo importantes alianzas estratégicas con profesionales de diferentes sectores y peritajes con un mismo interés y meta: restablecer la credibilidad de Puerto Rico ante el mundo para garantizar, en el presente, un mejor futuro a las generaciones por venir. De igual forma, han sido convertidas en Ley un grupo de medidas legislativas que, cumpliendo con lo establecido en el Plan para Puerto Rico, adelantan el camino para alcanzar la óptima eficiencia de la Rama Ejecutiva y nos dirigen hacia el cumplimiento con las ulteriores metas de estabilidad económica y responsabilidad fiscal. Entre las que aún son objeto de análisis y discusión en la Legislatura se encuentra el proyecto creado y radicado en los primeros días de establecida esta administración para proteger adecuadamente a los hombres y mujeres que laboran en las diferentes agencias de servicio público.

Lo que algunos llaman “primeras gestiones oficiales” permitirán al Gobierno de Puerto Rico alcanzar ahorros de más de $118 millones. Iniciativas como las tomadas durante el pasado mes por el honorable Ricardo Rosselló Nevares han logrado establecer un nuevo ambiente de confianza que permite la estabilidad y crecimiento de nuestro mercado de bonos y una clara percepción de apertura de la Isla para hacer negocios. Esto evidencia una marcada diferencia entre los estilos del pasado y el de quienes miran al futuro con la seguridad de que la transparencia y la continua comunicación son claves para salir del atolladero en que se nos había estancado por quienes hoy se han convertido en la oposición. Olvidan los políticos tradicionales que el deseo de opacar con ataques infundados las iniciativas que revierten las fallidas posturas de administraciones anteriores es claro ejemplo de la improductiva inercia en la que prefirieron mantener a nuestra gente, mientras nos dirigieron con su inacción al precipicio.