Ya está bueno de Luis Gutiérrez

Por el Lcdo. Andrés Guillemard Noble
Somos muchos los que estamos hartos de las intervenciones de Luis Gutiérrez en el estatus de Puerto Rico.  No porque diga que cree en la independencia como la mejor opción para la Isla, sino porque no tiene fuerza moral para imponer esa creencia sobre los que vivimos aquí en la colonia, sufrimos el discrimen del estatus territorial y vemos a diario como a diario el estatus afecta nuestra economía, nuestra calidad de vida y nuestros derechos civiles.

Luis Gutiérrez le fabricará un caso

Soy estadista de convicción.   Y miopes como él piensan que lo soy solo porque la Estadidad trae más fondos, porque lo americano es mejor que lo de aquí, porque quiero perder mi cultura o hablar inglés.  Soy estadista porque creo en la democracia, porque no concibo tener una ciudadanía a medias, porque quiero todos los derechos y las responsabilidades de la nación de la que soy parte, porque creo que si somos iguales, debemos ser tratados iguales, y porque creo en el gobierno de la gente, por la gente y para la gente.

El más reciente proyecto de Gutiérrez es otro ejemplo de cómo “con la boca es un mamey”.   Desde el mármol del Capitolio federal, con su derecho al voto, representando a un distrito de Chicago y no a los ciudadanos americanos en Puerto Rico, es fácil decir que seamos soberanos, que somos diferentes, que primero es la cultura, que no sabemos inglés, o que somos Nación.   Mire mi hermano, dígale eso a un soldado boricua, orgulloso de su ciudadanía americana como el 95% de sus conciudadanos aquí, que con compromiso y valentía se pone el uniforme de las fuerzas armadas estadounidenses y lucha por la democracia en el Medio Oriente, pero cuando regresa a casa no tiene el voto por su comandante en jefe, ni le confieren los mismos derechos que gozan sus compañeros de batalla.  Dígale eso a una madre soltera que tiene un hijo impedido y tiene que dejar su Isla para conseguir los beneficios del SSI que aquí nos niega la colonia para los más vulnerables.  Dígaselo a un envejeciente de bajos recursos que vive ansioso por la falta de recursos del programa MiSalud, que recibe menos de la mitad de los fondos que recibiría si fuéramos estado.  Váyale con ese cuento a un pequeño comerciante que tiene que pagar el salario mínimo a sus empleados y aportar al Seguro Social, pero no puede acogerse a los créditos contributivos que provee el Gobierno federal.  Con ese cuento chino a otro, Mr. Congressman.

Yo no sé si Gutiérrez radica esta falta de respeto a los puertorriqueños para ganar adeptos en las filas estadolibristas o independentistas de aquí o allá, o si busca donantes o titulares.   Lo que sí sé es que él no representa a los puertorriqueños que vivimos aquí, lo que sí sé es que esto es una pantomima de proyecto que no tiene ninguna oportunidad de convertirse en ley.   Me molesta sacar de mi tiempo para criticarlo, pero no puedo dejar que siga haciendo esas ridiculeces “a la Trump”,  utilizando el buen nombre de los puertorriqueños y abrogándose una representación que no le corresponde.  No hay duda de que tiene derecho a ser independentista y tiene derecho a presentar el proyecto que quiera en el Congreso, así es la democracia de la cual él disfruta con todos sus derechos.   Pero, fuerza moral no tiene para decirnos cuál debe ser nuestro futuro político.  Y respeto por la democracia, de eso tiene menos.  Ya está bueno de Luis Gutiérrez.
Publicado en «Tribuna Invitada» en El Nuevo Día,