Puerto Rico podría tener energía infinita casi gratis. ¡Claro que sí! Sólo tenemos que capturar la energía solar. El sol durará 5,000,000,000 años más, no responde a vaivenes políticos, y brilla de regalo. La tecnología para aprovechar la energía solar existe y está a nuestras manos. Pero no hay la voluntad política para beneficiarnos de ella. Inercias políticas nos obligan a seguir condenados a combustibles fósiles y a seguir exportando dinero, que no tenemos, sin que nos podamos proteger con una quiebra, que necesitamos. No hay razón para no hacer lo necesario. ¡Ah, claro, decisiones políticas!

Hablando de combustibles, todos nuestros vehículos de motor se pueden modificar para que usen hidrógeno como combustible. El hidrógeno es el elemento más abundante del universo. Si nos vamos a energía solar, que es prácticamente gratis, podríamos dedicar parte de esa energía a descomponer agua de mar con electricidad. Se llama electrólisis. Después de haber aprovechado el hidrógeno para mover nuestros vehículos, el hidrógeno oxidado vuelve a ser agua. Recobramos el agua sin emitir ningún bióxido de carbono que tueste el planeta o inunde nuestras costas ahogándonos a todos. Así de sencillo es, pero no hay la voluntad política para hacer ni lo razonable ni lo sensato. Hay que complicarlo, hacerlo económicamente imposible y sin acceso a una quiebra que nos remedie.
Ah, por cierto, Puerto Rico es una isla. Las islas están rodeadas por agua, en nuestro caso agua de mar. El agua de mar se puede descomponer eléctricamente para sacar hidrógeno. ¡Oxígeno también! ¿Pero quién se atreve a aceptar la verdad? Sería muy antipático hacer lo lógico y conveniente.

Claro, nos costaría dinero adoptar nuevas, aunque ancianas, tecnologías. Preferimos seguir gastando dinero irrecobrable, que no tenemos, en lugar de hacer una inversión provechosa que nos rinda beneficios. Habrá que echar a pérdida las generatrices históricas. Es lo que hay que hacer. Nos podemos consolar con que no fueron tan burradas, sino que se hizo lo que en aquel momento nos convenía hacer. Evolucionamos. Las cosas van cambiando y ya no nos conviene lo que nos convenía en el pasado. ¿Podríamos actuar con alguna madurez? No. No hay la voluntad política para hacer lo conveniente y además lo sensato. Lo inevitable. Mejor seguimos siendo brutos y botaratas despilfarrando dinero que no tenemos y empobreciéndonos aun más.

¿Se le ha ocurrido alguna vez pensar que quienes llevan a un pueblo a la pobreza se podrían estar enriqueciendo ellos? Think hard!
Nuestra especie depende de agua y alimento para sobrevivir. Nuestra Isla sufrirá de sed y no cultiva suficiente alimento para nutrirse. No es autosuficiente en agricultura. Estamos compitiendo con el resto del mundo en comida. Hoy somos 7,500,000,000, pero seremos 8,500,000,000 para 2030 y 9,500,000,000 para 2050. ¿Se imaginan comernos canto a canto como en la película “Soylent Green”?

Gente, hay soluciones y remedios, aunque algunos no sean muy simpáticos. El mundo no se va a acabar. El mundo habrá de persistir, pero mucho más salvaje y apestoso de lo que somos hoy si la toma de decisiones continúa en manos de políticos que buscan solo la conveniencia partidista instantánea, o al menos de sólo cuatro años, en lugar del bienestar de generaciones futuras que no votarán por ellos por no haber nacido todavía, pero que existirán. Y serán humanos, hijos de nuestros hijos. Ningún remedio culmina justo en cuatro años de principio a fin, como nos gusta intentar las cosas aquí. Desarrollarlo puede que tome más de un cuatrienio.

Ser torpe por falta de materia gris puede ser excusable, pero ser idiotas adrede solo porque nos da la gana es imperdonable.