Esta semana ha sido dura, dura, dura, y lo que falta. Dejemos a un lado lo del escándalo de Guaynabo y concentrémonos en lo importante de mi tierra.
A días de que la Junta de Supervisión Fiscal se convierta en la Junta de Control Fiscal, todavía tengo esperanza. Pero esa esperanza se tiene que dar bajo un diálogo de respeto, apertura y el deseo de llegar a un entendimiento que sea lo mejor para los puertorriqueños que vivimos aquí.
El pasado miércoles le decía a Elías Sánchez (representante del gobernador ante la JSF), “Elías, los veo a ustedes tan cerca, pero tan lejos”. Esto luego de la primera y segunda llamada por parte del presidente de la JSF, José Carrión.
La política, la inexperiencia, los abogados, en fin, muchos factores han incidido en que no se haya trabajado un plan que beneficie a todas las partes, pero que también responsabilice a aquellos que nos han traído aquí. Es más, muchos de los responsables están merodeando para ganarse un buen billete en este ambiente lleno de confusión.
La junta comenzó recomendando despidos, recortes, en fin, cuadrando la caja a como dé lugar. El gobierno ripostó en la negativa y luego pidiendo más tiempo para entregar su plan. La junta accedió a todos los pedidos del gobierno en la reunión del 28 de enero. En aquel momento se veía que la junta le estaba dando todo el espacio que el nuevo gobierno pedía, sin arriesgarse, para que luego no le reclamara nada. En lo que el gobierno hacía su plan, la junta contrataba el 15 de febrero a la firma de consultoría y contabilidad Ernst & Young.
Las cartas, los confrontamientos y las posturas han llevado a Puerto Rico a una parálisis económica. Las ventas de gasolina en febrero se vieron afectadas, bajaron. Marzo seguirá con el mismo patrón y si se impone un plan fiscal por parte de la junta, ellos tendrán que gobernar. La confrontación y demonización será inevitable.
La junta ha fallado en llevar su mensaje y armonizar con Puerto Rico. Ha fallado en la comunicación y honestamente no culpo a sus consultores en esa rama. Pero su mensaje, ya sea por cartas o columnas en un selecto medio, la ha dejado así mismo, alejada de la Isla y sus habitantes. Esa desconexión la ha llevado, hasta cierto punto, a ser vista como insensible.
El gobierno, por otra parte, queriendo estar en dos juegos, el político y el de la junta, ha fallado en descansar en un plan que necesita ayuda.
Desde el principio dije que los números iban a ser el centro de la disputa y que los planes a largo plazo serían cuestionados por razones bien sencillas: el paciente está muriéndose y primero hay que estabilizarlo.
Esta semana, cuando ya se veía inminente el rechazo del plan fiscal de esta administración, hicieron una conferencia de prensa y aparecieron otros $625 millones en recortes. Puede que hayan sido buenos, pero de seguro que la junta se preguntó, ¿cuánto más me están escondiendo?
La junta, por su parte, ripostó modificando su pedido de despidos con la contrapropuesta de reducción de jornada. Sin embargo, mantuvo su firmeza en que el plan como está, aun con los $625 millones adicionales, NO VA.
En esta etapa en que estamos las cartas, los ataques y el bulerismo no hacen falta. Los políticos se deben de echar a un lado, al igual que los EGOS y los personalismos.
Aquí lo que hace falta es que el gobernador y José Carrión tomen la batuta, que se hablen y que comenzando ayer se vayan a trabajar a New York con sus respectivos grupos de trabajo y logren un acuerdo, logren un PLAN. Ambos en el mismo salón, trabajando punto por punto hasta que ambos salgan como aliados y no como adversarios.
La junta es la que por ley federal tiene el sartén agarrado por el mango. El gobernador, el PNP y sus legisladores están en una posición muchísimo más desventajosa. Además, son parte de los responsables, en conjunto con el PPD, del porqué estamos aquí.
La confrontación, las cartas, los EGOS, el machismo y la politiquería ya nos han hecho bastante daño. Ahora lo que necesitamos es diálogo y la voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo, a un entendimiento de que Puerto Rico va primero. Que se cometieron unos MEGA errores y que la solución no va a ser ni fácil ni sin dolor. SÍ. Que hay que resolverla, también.
Señor gobernador, señores de la junta, ustedes tienen a la Isla paralizada. O la terminan de matar con otra ola de migración que los va a hacer quedar mal a ambos o logran el Tratado de Extradición Política de la Economía de Puerto Rico.
Están bien cerca porque les une el interés de arreglar esto, pero bien lejos en la forma.
You must be logged in to post a comment Login