A diferencia de la semana anterior, esta semana comenzó con incertidumbre, pero va mucho mejor.

El pasado lunes 13 de marzo estaba lleno de interrogantes, el plan del gobernador Ricardo Rosselló había sido rechazado el jueves anterior y solo le quedaban menos de 96 horas para presentar una última rueda de enmiendas.

El gobernador pudo haber optado por la misma ruta del “me vale” de Alejandro García Padilla y haber dicho, “eso es lo que hay y esto no pare más” o como dijo Alejandro, “no lo voy a enmendar”.

Completamente opuesto a Alejandro, el gobernador y su equipo de trabajo le metió más duro todavía. Lograron encontrarse con los requisitos de la Junta de Supervisión Fiscal y evitar que se convirtiera en la Junta de Control Fiscal.

Esto evitó el retraso de la reestructuración de la deuda y una batalla legal que sin duda íbamos a perder.

El Partido Popular y su presidente Héctor Ferrer Ríos, querían esa batalla, querían esa confrontación con los Estados Unidos. Para ellos era vital esa guerra de cara al plebiscito del 11 de junio, era esencial para continuar con el engaño del ELA.

El gobernador NUNCA se debió de haber reunido con Héctor Ferrer luego del rechazo del plan el pasado jueves, al igual que muchos PNP’s en la histeria hicieron un llamado a un frente unido con Héctor Ferrer, Carmen Yulín, Manuel Natal y Juan Dalmau, entre otros.

Estos PNP’s patiflojos perdieron la fe en la estadidad, perdieron la fe en el Congreso al cual piden representación, en fin se friquearon.
Por el contrario, el gobernador decidió meterle más duro al asunto y buscar un acuerdo.

El acuerdo aprobado el lunes pasado, no es acuerdo de celebración; si acaso podemos celebrar algo es que el plebiscito se salvó y ahora todos unidos vamos al 11 de junio.
Es un acuerdo que incluye muchos impuestos o alza en los costos de vida para los que hemos decidido quedarnos aquí. Y ahí es donde está el problema.

Al 40% que trabajamos se nos pone más cara la cosa, mientras el nivel de vida y satisfacción en Puerto Rico sigue bajando para aquellos que estamos en el sistema.
Yo estoy de acuerdo con la Junta y hoy le agradezco a cada uno de ellos que se logró un acuerdo, que la razón prevaleció y que continúan como Junta de Supervisión Fiscal. Les agradezco que dejaron los egos a un lado y que prevaleció lo mejor para Puerto Rico.

Ese agradecimiento a los miembros de la Junta no estaba en el mensaje del gobernador del lunes en la tarde, pero yo aquí se los envío.
Puerto Rico necesita ley y orden, Puerto Rico necesita que aquellos vividores partidistas se pongan a trabajar. Puerto Rico necesita UNIDAD, pero no entre PNP’s, PPD’s y PIP’s. Puerto Rico necesita UNIDAD entre puertorriqueños.

El derroche, el partidismo, la pillería, en fin, la irresponsabilidad nos ha traído hasta aquí. Ahora nos tocas enderezar la casa.

Por eso no es momento de celebrar.

El pasado lunes 13 de marzo se aprobó un plan, unas ideas, unas metas. De no cumplirse esas metas, la Junta podría convertirse en una de Control Fiscal.
La celebración la podemos dejar para cuando de verdad cuente, para cuando podamos entrar en el mercado de pedir prestado y que la Junta haya desaparecido de Puerto Rico.

Por eso no es tiempo de celebraciones ahora, ahora es que esto empieza.

Ahora todo eso hay que implementarlo, ahora es que hay que ser más inteligente que TODA LA OPOSICIÓN y mantener la paciencia y la calma, de no volver a ser patiflojos porque no me dieron el contrato que me habían prometido.

La oposición va a ser FEROZ, vendrán huelgas, agresiones, amenazas. En fin, tratarán de que venga el caos que no vino por no pelear contra Estados Unidos, por no pelear contra el Congreso.

De nuestra parte tenemos que ser más inteligentes, más astutos y anticipar las movidas. El juego de ajedrez comienza ahora.

Nos quedan de 12 a 18 meses muy duros, de mucho sacrificio y de mucha paciencia.

El gobernador y su equipo de trabajo empeñaron su palabra el pasado lunes, ahora ya tienen que estar trabajando en cómo cumplirla. Tiene que ser pronto, pues hay unas metas de tiempo y espacio establecidas. De no cumplir vendrá la Junta de nuevo a reclamar. De no cumplir, la poquita credibilidad que nos han prestado, se perderá.
Así que dejemos a un lado el chiji-chija, los vídeos y las celebraciones, pues en los próximos 12 a 18 meses tendremos que hacer lo que no se hizo en los pasados 16 años. En adición a ganar un plebiscito de manera contundente, ahí sí que se puede celebrar.