Por: Lcdo. Iván Rivera

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Ramón, dos eventos de la pasada semana nos obligan a reflexionar sobre los caminos a recorrer en el futuro político del país. El Clásico Mundial de Baseball (WBC) y la entrevista realizada al Gobernador en cierta cadena televisiva estadounidense. Indistintamente de la preferencia de estatus político que se prefiera, más de 90% de los puertorriqueños se identificaba y apoyaba en el partido final del WBC al equipo de Yadier Molina. De ahí, que incluso los que propugnan la “estadidad” –con raras excepciones-, en ese momento podían distinguir que Estados Unidos es un conglomerado con unos valores, preceptos culturales, intereses y objetivos comunes diferentes a los nuestros. Desde el punto de vista sociológico, esos elementos son los que definen lo que es una nación.

En la entrevista mencionada, pudimos observar que el tono y la referencia del entrevistador hacía el gobernador de Puerto Rico era de “ustedes”. Distinguiendo que no nos considera parte de su país. Así existe un enorme por ciento de “estadounidenses”. Ello debido a que el levantamiento de la federación de los Estados Unidos de América fue un experimento novel para la época y sentían que a esa unión bajo unos principios básicos de uniformidad jurídica y política al faltarle sentido cultural y objetivos comunes podía dar al traste con el proyecto. De ahí que se le diera tanta relevancia a la ciudadanía, idioma, himno y bandera. Contrario a federaciones de cuño posterior en las que se aceptan desde sus constituciones los hechos diferenciales de los pueblos que las componen, como por ejemplo, la Federación Alemana.

Establecido claramente el “ellos” y el “nosotros”, solamente la federación estadounidense podría abrirle las puertas a Puerto Rico como estado 51 en el momento en que se realicen como una federación plurinacional. Desde la “Doctrina Monroe” hasta el “Make America Great Again” de Trump, todo tiende a indicar que faltan muchas décadas, sino siglos, para ello. Mientras tanto debemos optar por una alternativa descolonizadora que no les cierre a ustedes los estadistas esa opción para el futuro, pero que nos libere del yugo colonial. Esa es la libre asociación.

Por: Lcdo. Ramón L. Rosario Cortés

Twitter: @SecAsuntosPR

Iván, creo que reflejas el complejo de muchos otros que aceptan ser ciudadanos americanos de segunda clase y que no les molesta quedarse “de pie” en la parte trasera de la guagua. Muchos “acomplejaos” en el 1955 le dijeron a Rosa Parks que aceptara las reglas inmorales de la segregación racial y que le cediera su asiento a un blanco. Por personas valientes y sin complejos, los afroamericanos y las mujeres tienen derecho al voto, existe la Ley de Derechos Civiles y tuvimos un presidente afroamericano.

Iván, quiero la ciudadanía americana pero la quiero completa. La quiero con voto presidencial; con representación congresional; con igualdad en los programas federales; con la soberanía que tienen los estados frente al Gobierno Federal y sin estar sujeto a los poderes absolutos del Congreso; la exijo con dignidad y respeto. No entiendo como ustedes los “soberanistas” dicen querer una ciudadanía de segunda clase y sin derechos políticos. No entiendo como ustedes los que creen en la “Libre Asociación” dicen “atesorar” la ciudadanía americana y pedir un estatus incompatible con ésta.

Iván, por más que les duela, la mayoría de los puertorriqueños se siente orgullosa de NUESTRO equipo de “baseball” como se siente orgullosa de NUESTRA ciudadanía americana. Esto no es incompatible y lo mismo pasaría con alguien de Texas, New York o Florida. Si mañana jugara el equipo de Puerto Rico con los “melao melao” de Vega Baja, le voy a los de vegabajeños porque de allí soy. La federación de los Estados Unidos es producto de la migración de muchos países. Hoy, la realidad estadunidense es otra y los latinos e hispanos son casi una quinta parte de su población. Iván, si están tan seguro que no nos darán la estadidad, pídanla sin miedo.

Sobre el gobernador Rosselló, solo te diré que me sentí orgulloso de un ejecutivo que no solo domina el idioma inglés sino que también domina los temas y tiene los recursos intelectuales para defendernos. Igual lo hizo en el Congreso sin tener que enviar a otra persona. De García Padilla solo quedan los recuerdos. Hoy, tenemos gobernador.